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Vaticano sabía de los abusos sexuales en Pensilvania desde 1963

La investigación da a conocer el silenciamiento del Vaticano tras los abusos sexuales de los curas de la Iglesia Católica

Escrito en MUNDO el

Luego de la investigación de Pensilvania, donde se dio a conocer los abusos sexuales de más de mil menores por más de 300 religiosos, durante siete décadas, los documentos revelaron que el Vaticano conocía y permitía algunos de estos casos desde 1963, aunque no se detalla que tanto sabía la institución. 

Hasta hace unos días, el Vaticano mostró su indignación por los abusos en Estados Unidos y señaló que "deberían asumirse responsabilidades".

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El informe destapa una maquinaria de silencio y encubrimiento ante los excesos de los curas. Este documento de mil 356 páginas  publicado por la Corte Suprema de Pensilvania, explica que Roma fue informada en repetidas ocasiones tanto de las agresiones sexuales como del hecho de que la Iglesia estadounidense estaba encubriendo a curas pederastas.

Tras la publicación, el fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, advirtió de que los patrones de encubrimiento “se alargan en algunos casos hasta el Vaticano”.

La primera vez que aparece mencionado el Vaticano en el informe es en 1963, y la última en 2015, cuando en papá Francisco ya estaba al frente de la institución. La palabra aparece 45 veces; la Congregación para la Doctrina de la Fe, el órgano encargado de salvaguardar la correcta doctrina de la Iglesia católica, se menciona 14 veces; mientras que la Santa Sede, 11.

En el  2015, el Vaticano respaldó una petición de apartar a un cura acusado de un delito de pornografía infantil. Sin embargo, un año antes, puso en apariencia reparos a la decisión de la diócesis de Allentown de no apartar del sacerdocio a un religioso que, en los años ochenta, había tocado los genitales de un chico de 13 años.

Según la investigación, el primer caso que conoció el Vaticano hace más de medio siglo concierne al cura Raymond Lukac, de la diócesis de Greensburg. En 1963, Lukac acumulaba al menos tres quejas conocidas de abusos sexuales y varias sobre trato inapropiado a menores en poblaciones distintas pese a haber prometido mejorar su conducta. Había tenido una relación con un organista de 18 años, se había casado siendo cura y había tenido un hijo con una chica que conoció cuando ella tenía 17, además de abusar de otra niña de 11 años.

El jurado de Pensilvania, concluye que “los obispos que colaboraron para mantener a Lukac activo en el sacerdocio lo hicieron sabiendo que él suponía un riesgo para la población y fueron, por tanto, cómplices con el abuso que cometió”.

"Por favor, ayúdame, abusé sexualmente de un niño"

Estos encubrimientos sistemáticos se mantuvieron durante siete décadas. Los casos de pedofilia, no fueron aislados. Las técnicas usadas por los obispos de Pensilvania para acallar las voces críticas y las denuncias de afectados y familiares incluían el alejamiento de los curas pedófilos, su “secularización”, excedencias y tratamientos en centros de salud mental, entre otras cosas. 

Otro caso de silenciamiento por parte del vaticano, fue en 1988 cuando una mujer envió una carta a la diócesis de Pittsburgh y al Vaticano para pedir ayuda ante el abusador de su hijo, y nunca recibió respuesta.

UNA “CATÁSTROFE MORAL” El presidente de la conferencia episcopal estadounidense, Daniel DiNardo, aseguró el jueves que la Iglesia sufre una “catástrofe moral” tras las revelaciones de abusos en la diócesis de Pensilvania y la decisión del Vaticano, a finales de julio, de apartar a Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington, acusado de cometer agresiones contra menores décadas atrás sin que eso le impidiera escalar en las instituciones católicas. En un duro comunicado, DiNardo, en el cargo desde 2016, aseguró que una de las “raíces” del problema es el “fracaso en el liderazgo episcopal” y pidió que sea mucho más fácil denunciar abusos y que las respuestas sean más rápidas y transparentes. Solo el Papa tiene la potestad de disciplinar o expulsar a obispos. “El mecanismo para abordar una queja contra un obispo debe estar libre de injerencias”, reclamó. “No me hago ilusiones sobre el alcance del daño que estos pecados y fracasos han causado en la confianza en los obispos”.

La investigación de Pensilvania, publicada el martes pasado, es la más exhaustiva que se ha llevado a cabo sobre el abuso sexual de la Iglesia Católica en Estados Unidos. 

En el 2002, otra investigación de el periódico The Boston Glove exhibió los abusos sexuales de la Iglesia Católica en Bostón, donde aparecían 87 sacerdotes pederastas en los últimos 30 años.

Con información de El País 

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