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Pamela, la joven de Tepito que temen desapareció por trata de personas

Ya se quedaron sin dinero, pero la familia de la chica sigue buscándola igual que hace 6 meses; no descartan que la estén prostituyendo

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Escrito en METRÓPOLI el

Esteban Alejandro Gallardo Volante y su familia son comerciantes de Tepito, la venta de zapatos y ropa es el sustento de la familia. Habían llevado una vida tranquila hasta el año pasado cuando la desaparición de su hermana menor, Pamela, les arrebató todo. La tristeza de que no esté con ellos y la indiferencia de las autoridades impulsaron una búsqueda que no cesará hasta encontrarla.  

En el camino se han topado con puertas cerradas, también con la solidaridad y empuje de otras familias que llevan años en la misma situación. Desde el inicio de la desaparición de la joven de 22 años han movido su energía y empeño. Emplearon sus ahorros y hasta se han endeudado, pero no se quedaron con los brazos cruzados a esperar que la Procuraduría capitalina actuara. 

Hasta el momento, la investigación ha avanzado muy lento. Se perdieron evidencias trascendentes debido a la tardanza de las autoridades, que después de 21 días de la desaparición de Pamela realizaron una primer búsqueda en campo. A pesar de ello, las pruebas indican que están ante un caso probable de trata de personas.

“Parece que puede ser un tema de trata de personas, que es lo que nos está encaminando hacia allá, pero no hay nada sólido. Según el subprocurador, Marco Aurelio ya pidió la solicitud en la Comisión de Trata de Personas, pero no hemos recibido nada ni nos hemos entrevistado con ellos”. 

La noche del sábado 5 de noviembre de 2017, Pamela fue al Soul Tech Festival, una fiesta de música electrónica en el kilómetro 13.5 de la carretera al Ajusco. Iba acompañada de su novio y una pareja, amigos de ella. Al día siguiente ya no regresó a su casa. 

Se comprobó que los cuatro llegaron en Uber al evento, pero en las videocámaras no se ve cuando ella sale. Los amigos se fueron el domingo pasadas las 13:00 horas y refirieron que cuando se despidieron de la joven y su novio, se veían normales. 

PAMELA FUE A UN FESTIVAL DE MÚSICA Y NUNCA REGRESÓ

“Hay evidencia de que entre las 7 y 9 de la mañana ella sigue ahí. Hay una foto con su chico y los dos amigos. Se ve bien como una chica divirtiéndose. Nosotros teníamos entendido que llegaba a la casa entre 5 y 7 de la tarde, pasó el tiempo y no llegaba”. 

Su mamá pudo contactarse con el novio de Pamela hasta mucho más tarde. Era la madrugada del lunes cuando le contestó sus mensajes. El joven le contó que él y su hija se enojaron, pero que la había dejado en la fila de los autobuses que ofrece el tour del evento. 

“Hoy estamos convencidos de que eso es una total mentira. La Fiscalía nos aportó esto, no fue posible porque el evento tiene horarios para que salgan sus camiones y empezaban a salir entre las 4 y 5 de la tarde y lo que el novio dijo es que la había dejado en la fila entre 2 y 3 de la tarde. Eso no coincide”. 

Cuando el hermano acudió a Capea -porque sus padres estaban en shock- a denunciar que Pamela había desaparecido, después de haber pisado sin suerte dos oficinas del Ministerio Público, le dijeron que seguro “había agarrado la fiesta” y que pronto regresaría. También le preguntaron si la joven tenía intenciones de huir de casa. 

Capea levantó el acta como persona ausente y tardaron 21 días para autorizar una investigación en campo. “Después de 21 días, ¿cómo es posible?”, repite enojado el hermano. 

El caso cobró fuerza en redes sociales y debido a la presión, el procurador capitalino Edmundo Garrido ordenó después de un mes y medio de la desaparición de Pamela que se abriera una carpeta de investigación, y se turnara a la Fiscalía Antisecuestro. 

Prácticamente el caso sigue igual de como empezó. Al menos es la impresión que les da el silencio de la PGJ de la ciudad. No les ha informado cómo van las investigaciones, si es que han avanzado.  

“Lo que sabemos es que casi seguimos en las mismas. Toda mi familia y yo estamos haciendo la búsqueda particular y haciendo presión porque la autoridad no obtiene nada. Parece que ellos la están buscando en Insifos. No pueden buscarla en penitenciarias porque mi hermana no tiene INE y llevan tres meses solicitando que les den una credencial para usar las huellas dáctiles”. 

Toda la familia ha participado en la búsqueda, aunque desempeñan diferentes funciones. Su papá y hermano continúan en el negocio, no lo pueden abandonar, ya que ahora es el único sustento que tienen. Esteban dejó su trabajo, vendió su automóvil y la mayoría de sus pertenencias. 

Él y su mamá se han dedicado a realizar los trámites, en asistir a las reuniones con las autoridades, en buscar asesoría y apoyo con colectivos y organizaciones.

Así dieron con la Caravana de la Realidad del Norte, un grupo de activistas y familiares de desaparecidos y víctimas de feminicidios que inició su camino en Chihuahua. Este jueves llegó a la Ciudad de México para denunciar la situación que padecen y exponer sus demandas. Esteban y su mamá se unieron al colectivo desde San Luis Potosí.  

¿Quién es Pamela?

Pamela es una joven de 22 años que en septiembre próximo cumple 23. Trabajaba en la venta de zapatos, en un negocio que su hermano abrió en Tepito. 

“Me dijo que me quería ayudar en lo que decidía qué quería estudiar. Antes estuvo trabajando en el Hotel Fiesta Inn como Call Center, después estuvo de mesera en un restaurante que está en la esquina de la casa”. 

En realidad, comenta que a Pamela siempre se le dieron los negocios: el comercio lo trae en la sangre, y además le gusta. 

“Quería abrir su propio negocio de venta de zapato, aunque todavía tenía dudas. A la par tenía otra inquietud que era estudiar criminología. Le gustaba mucho. Era muy padre platicar con ella, porque es muy divertida y sociable. Además de la música electrónica, le encanta la salsa, también bailarla”. 

ams