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“Ya saben lo que sucede…”

Que el presidente que llegó al poder por la vía democrática diga: “si ustedes se pasan, pues ya saben lo que sucede ¿no?”, es muy delicado. | Joel Hernández Santiago

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Escrito en OPINIÓN el

Lo del ‘viernes de Ramos’ sigue en ‘dimes y diretes’ entre el presidente de México, Andrés López Obrador y la prensa mexicana… o gran parte de la prensa mexicana y sus periodistas.

Todo esto porque luego de que el viernes 12 de abril de 2019 el periodista Jorge Ramos, en entrevista pública, contradijo, de forma pública asimismo, al presidente de México, Andrés López Obrador en sus cifras de criminalidad en los tres meses recientes

Al hacerlo, Jorge Ramos generó un gran debate nacional respecto de la figura presidencial, sus conferencias de prensa “mañaneras”, los datos que le aportan sus funcionarios y la libertad de expresión: todo junto.

Para muchos lo que hizo el periodista de Univisión, Jorge Ramos, fue una irreverencia, una enorme falta de respeto al presidente, un acto de protagonismo exultante y hasta que es un “genio provocador de tempestades”… “cirquero” y muchos adjetivos. Todo eso junto, y más.

Para otros, lo que hizo Ramos fue un ejercicio periodístico normal en cualquier parte del mundo: va a lo que va… a preguntar, y a precisar, a reiterar y a intentar una respuesta contundente y clara del entrevistado. Nada de irse por las ramas: la pregunta es la pregunta…

Ese día Ramos adosó su pregunta: dio las gracias por la intervención del gobierno mexicano para su salida de Venezuela el 26 de febrero, cuando fue expulsado por el gobierno de Nicolás Maduro. Aunque ‘lo que hay ahí es una dictadura, quiérase o no’, con lo que hacía alusión a la posición de México en el caso de Venezuela.

Luego lo del periódico Reforma y el tema de las fuentes que el presidente quiere que exhiban por haber publicado la carta-borrador que su gobierno envió al de España. Ramos dijo que no, que las fuentes periodísticas no se deben dar a conocer porque es regla internacional en periodismo la reserva de la fuente por razones de privacidad y para evitar persecuciones y perjuicios…

Enseguida Ramos dijo que qué bueno que tenía ahí enfrente, en el estrado, a un grupo grande de militares, aunque no se entiende una Guardia Civil militarizada… Y de ahí la pregunta:

Dijo que de acuerdo con sus datos (ahí mismo dijo que provienen de la Secretaría de la Seguridad Pública y Protección Ciudadana), el número de homicidios en los primeros tres meses del Gobierno llegó a 8 mil 524 por lo que de mantenerse ese promedio 2019 será "el año más sangriento de México en la historia moderna”.

El presidente le dijo que no era así… Ramos le preguntó si entonces las cifras oficiales no son ciertas. López Obrador le insistió en que habría que revisar esas cifras. Y que sus cifras estaban ahí en promedio diario. Ramos insistió en que se tendría que dar el total. El presidente dijo que no tenía la cifra pero que la pediría y se la pasaría al reportero…

Todo esto generó un gran debate en los medios de comunicación en México, impresos, electrónicos o digitales. Pero fue en las redes sociales en donde mayormente se desgranó el tema. Y hay una especie de guerra de pros y contras.

Y en un tris operó el aparato de reacción-respuesta del gobierno federal, para descalificar a quienes hacen observaciones críticas a la actitud presidencial. Casi siempre estas descalificaciones utilizan adjetivos, groserías y agresiones verbales anónimas. Y en un autoengaño, estas respuestas generan la idea de “benditas redes sociales”.

Pero lo peor vendría luego. Un señor, en la conferencia de prensa mañanera del 15 de abril, queriendo quedar bien con el presidente preguntó:

“El viernes pasado estuvo aquí un reportero, yo le diría cirquero, del grupo Televisa, filial de Univisión, increpándole por el tema de la inseguridad en el país (y aquí desgrana un gran número de descalificaciones al periodista) ¿Qué opinión le merece, presidente o qué sabor de boca le deja que reporteros [¿él no lo es?] vengan a increparle y que acallen la violencia que existe en el país a cambio de publicidad?”

El presidente contestó con generalidades para concluir que: “Siempre se ejercerá el derecho de réplica ante los medios y que no se quedará callado”; destacó que los periodistas que acuden a las conferencias de prensa [las mañaneras] son ‘prudentes’, porque aquí lo están viendo y “si ustedes se pasan, pues ya saben lo que sucede ¿no?”

Es evidente que el presidente está indignado por lo ocurrido el viernes pasado; pero de paso desahoga una afirmación muy grave: la del “…ya saben lo que sucede”. Esto dicho por un presidente de un país que lo llevó al poder por la vía democrática es muy delicado y tiene que ver con el ejercicio periodístico y la libertad de expresión, base de todas las libertades.

Ya es evidente que al presidente López Obrador la prensa le cae en el hígado. Que siempre que puede le aplica adjetivos y descalificaciones si son observaciones críticas propias en democracia: “conservadores” “fifís” “voceros del pasado”… y mucho más. Luego aduce su ‘derecho de réplica’.

El martes 16 entró de nuevo al tema para reiterar que está en su derecho de réplica pero que lo que dijo el día anterior “se entendió mal”, y que él nunca profirió ni proferirá amenaza alguna en contra de la libertad de expresión y tal y tal…

Pero el hecho está ahí y los dichos son esos, que puestos en labios de un presidente de un país que se quiere democrático es grave. Ojalá termine ya con esa controversia y vea en la libertad de expresión a un aliado inconmensurable para conseguir el objetivo que prometió en julio de 2018: ser el mejor presidente de México. Pero esto lo conseguirá con aliados libres y con derechos, respetables y respetados.

Elba Esther ‘la malquerida’

@joelhsantiago  | @OpinionLSR | @lasillarota