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¿Vamos bien?

Ese “vamos bien” de López Obrador sonó a burla. Hasta ahora vamos bien. Porque hay debates (sobre el tema) y no ha pasado a mayores. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

La percepción presidencial es que del país va bien y los adversarios están nerviosos y molestos frente a la transformación de México. “El Gobierno era de ellos. Era un botín. Se dedicaban a saquear. Hoy están muy destanteados”, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador para quien las cosas van bien.

La realidad del país es otra y las críticas empiezan a arrinconarlo. Es cierto que el presidente tiene una legión de seguidores pero no son los más de cien millones de mexicanos que exigen respuestas.

Una amplia capa de la población plantea una serie de demandas, pero el gobernante las elude.

Los mexicanos le recriminan que haya falta de empleos y que se inviertan más de cien millones de dólares en Centroamérica para contener el flujo migratorio en atención a la exigencia del gobierno de Donald Trump, de frenar la migración, en tanto en el territorio mexicano hay escasez, pobreza, atraso, delincuencia, corrupción y ausencia de incentivos para el campo y el desarrollo.

Pero de esos males se desmarca López Obrador y afirma que es el resultado de políticas neoliberales, aplicadas por gobiernos anteriores y que, en su caso, ha llegado a poner orden.

Insiste: “vamos bien. Es buena la evaluación (por parte de Estados Unidos) en estos 45 días en que la Guardia Nacional ha trabajado para contener el flujo migratorio desde países de América Central”.

Respetamos todos los puntos de vista y fue lo mejor el que se ordenara el flujo migratorio y se respetaran a los migrantes. “Que se vaya enraizado, consolidando la idea mexicana de que la migración debe ser opcional y no forzada”, refirió el jefe de Estado en su conferencia mañanera.

Pero no dice nada de los desplazados de Chenalho, Chiapas. De la destrucción de viviendas que ocurrió en el pasado reciente en Mitontic, también en Chiapas donde fueron corridos los indígenas evangélicos por turbas de católicos que no aceptan en su territorio otra opción religiosa.

“Que las personas sean felices donde nacieron. Donde están sus culturas y sus familias. Nadie abandona por gusto”, dijo el presidente en referencia a los migrantes y tiene razón ya que tampoco los chiapanecos han abandonado sus tierras por gusto.

Tampoco por gusto miles de personas de personas han abandonado sus viviendas en Tamaulipas frente a la oleada delincuencial.

Pero eso no interesa al mandatario mexicano que está más preocupado por congraciarse con Donald Trump y para ello dijo que hay que ver que está pasando en los países de origen.

No vamos a culpar a nadie lo que queremos es atender el problema. Lo que importa es ayudar y contribuir a que haya paz y tranquilidad y que se respeten los derechos humanos.

Y los derechos humanos de los mexicanos. Esos que esperen. Al cabo que no protestan.

Ese “vamos bien” sonó a burla. Hasta ahora vamos bien. Porque hay debates (sobre el tema) y no ha pasado a mayores. “Estamos trabajando con mucha urbanidad política. Hay normalidad política no hay problemas mayores. Estamos viviendo un cambio. Esperamos que antes que termine el año quedarán las bases de la transformación”. 

López Obrador está contento “porque (en su gobierno) no se tolera la corrupción y no hay impunidad. Se terminó con el influyentismo. El principal cambio es que no haya corrupción y no haya impunidad”.

Pero a ese respecto no dice nada de su amigo el ex gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello a quien pareciera que la actual administración ya le perdonó el supuesto desvío de recursos por casi 700 millones de pesos y el empobrecimiento y destrucción de las instituciones.

Para AMLO, los mexicanos están viviendo una etapa nueva. El periodo neoliberal de saqueo, de pillaje pasó de noche y es tan notorio el ocultamiento que hicieron los medios de comunicación de este tema. ¿Por qué guardaron silencio cómplice con sus honrosas excepciones?, preguntó ¿Cuáles fueron los medios y los periodistas que actuaron a favor de administraciones corruptas? López Obrador no los ha querido identificar.

Pero admite que hubo quienes fueron perseguidos y censurados como José Gutiérrez Vivó quien hoy vive en una situación lamentable, víctima de la represión del régimen pasado.

Tenemos que pensar hacia adelante y no olvidar (el pasado), según AMLO, pero sería conveniente por empezar a enchiquerar a quienes se enriquecieron bajo el manto del aparato estatal.

Solamente así le creeremos que México sí se está transformando y que en materia de corrupción e impunidad él no se casa con nadie.

Solo así.