La elección presidencial del 2024 está a años luz, pero desde ahora la oposición acaricia la idea de un solo candidato opositor a Morena… y por supuesto, a Andrés Manuel López Obrador.
“Yo tengo una buena relación con todos los presidentes de los partidos políticos de oposición, claro que estamos platicando, estamos dialogando, estamos construyendo acuerdos y consensos”, nos dijo Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, en la Mesa de debate de El Heraldo de México y La Silla Rota, en el que acompaño a mi colega y amigo Alfredo González Castro.
Ángel Ávila, miembro de la dirigencia colegiada del PRD, confirmó la intención de algún tipo de alianza PRI, PAN y PRD en el 2021 y adelantó que en agosto próximo se discutirá en el Congreso Nacional del PRD si se elimina o no el candado que hoy les prohíbe en el sol azteca ir en alianza con el PRI para las elecciones del año próximo.
En la entrega pasada les contaba que hace un par de meses panistas sondearon cómo se vería una alianza PRI-PAN. ¿Es posible pensar en una alianza PRI-PAN en el 2021, para la Cámara de Diputados federal, alguna de las 15 gubernaturas o miles de alcaldías en disputa?
El 4 de febrero de 2019 en este espacio les presenté la integración de un grupo de políticos e intelectuales, afines al ex candidato presidencial del PAN Ricardo Anaya. Semanas más tarde lo confirmó el gobernador panista de Chihuahua, Javier Corral, en entrevista con Roberto Zamarripa en Reforma.
El 16 de enero, un par de semanas antes, la periodista Lourdes Mendoza había revelado en su columna de El Financiero que ocho poderosos empresarios pondrían 20 millones de dólares cada uno para crear un fondo que operaría contra Morena.
En plena pandemia por covid-19, el presidente López Obrador difundió un documento irrisorio en torno al BOA, una supuesta alianza contra la 4T.
Con todo este contexto, hay voces de dirigentes opositores que confirman la perfilación de una coalición en el 2021 para las elecciones intermedias, para arrebatar la Cámara de Diputados a Morena. Y que eso sea el pavimento para consolidar la postulación de un solo candidato que haga frente al o a la abanderada (es probable que sea mujer) de la 4T y de López Obrador.
¿Suena descabellado? Puede ser. Todo depende de cómo se vayan organizado en los próximos meses. Pero es un hecho que desde la derrota de 2018 los oponentes a López Obrador quieren acuerparse ante la avalancha López Obrador.
Punto y aparte. El viernes 10 de julio estalló Hugo López-Gatell. Optó por repartir culpas, principalmente a los estados, y a todos por el aumento de contagios. Reprochó que se le critique por el elevado número de muertes, que se le ha dicho que son todas y cada una son historias de dolor. Sería mejor que admita sus yerros y corrija. Aquí se planteó al inicio de la primera fase que el subsecretario sería el héroe o el villano en esta historia. Y el 18 de mayo se agregó que aún podía sacar la bata del científico y dejar la casaca de militante. Perdió su oportunidad.
Punto final. ¿Qué oficina de la 4T decidió conjurar a sus antecesores y retiró sus retratos oficiales en la sala donde estaban colgados en su sede central?