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Sin brújula

López Obrador bien haría en sentarse a gobernar y dejar sus lados las conferencias mañaneras que poco contribuyen al desarrollo del país. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

El presidente Andrés Manuel López Obrador perdió la brújula. Pregona que está llevando a cabo una política racional, austera y honesta para limpiar de corrupción a México.

La realidad, sin embargo, es distinta. Los que han saqueado a México, en el pasado reciente, se pavonean alegremente con su cargamento de millones de pesos sin que los alcance la mano de la justicia.

¿Pactos soterrados? ¿Acuerdos económicos? ¿Compromisos políticos? Vaya usted a saber qué fue lo que pactó AMLO para perdonarlos y perseguir charales en lugar de los grandes tiburones del saqueo.

Sus “amigos” políticos que hoy gozan las mieles del dinero y algunos del poder como los ex gobernadores de Chiapas, Manuel Velasco Coello y Juan Sabines Guerrero saben que tienen el manto protector de la Transformación de Cuarta.

AMLO ha perdido la brújula pese a que algunos lo ven como “Apóstol de la democracia”. Ni demócrata ni respetuoso de las libertades. A diario arremete contra la prensa que no es afín a su proyecto o le hace observaciones.

En su mañanera se comprometió a presentar informes semanales del progreso de obras estratégicas de infraestructura que impulsarán la economía nacional, como la refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.

Aseguró que hará lo mismo cuando inicien el Tren Tran-ítsmico y el Tren Maya.

En ese contexto ha reafirmado que en el mediano plazo bajará el costo de las gasolinas. Lo primero es limpiar de corrupción a Pemex.

“Agradecemos el apoyo que han manifestado los usuarios de redes sociales al gobierno. Nuestra respetuosa recomendación es evitar los insultos y la confrontación”, dijo quien desde el púlpito de la presidencia ha sido el principal promotor del encono.

Y vaya que ha perdido el horizonte y ya no tiene brújula quien gobierna los destinos del país cuando desliza que hay una campaña en su contra, similar a la que hicieron contra Francisco I. Madero para derrocarlo y asesinarlo.

Este hombre bueno (Madero, según AMLO), Apóstol de la Democracia, no supo, o las circunstancias no se lo permitieron, apoyarse en una base social que lo protegiera y lo respaldara.

Claro está que en aquellas épocas no existía Internet ni redes sociales que defendieran al pobre de Madero como sí lo hacen algunos con el hombre de Macuspana.

“Ahora es distinto. Aunque son otras realidades y no debe caerse en la simplicidad de las comparaciones, la transformación que encabezo cuenta con el respaldo de una mayoría libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitiría otro golpe de Estado en nuestro país”, expresó el ahora mandatario mexicano.

Según AMLO: “Aquí no hay la más mínima oportunidad para los Huertas, los Francos, los Hitler o los Pinochet. El México de hoy no es tierra fértil para el genocidio ni para canallas que lo imploren”.

De esa forma salió al paso de las versiones de que hay inconformidad dentro de las filas del Ejército mexicano por el constante maltrato presidencial.

López Obrador bien haría en sentarse a gobernar y dejar sus lados las conferencias mañaneras que poco contribuyen al desarrollo del país.

Que gobierne y gobierne bien.

Tanto que luchó para llegar al poder y está perdiendo esa valiosa oportunidad desgastándose diariamente con sus conferencias que poco o nada aportan al país.

Las ruedas de la locomotora de este México requieren comenzar a deslizarse por las vías, ajustar los vagones y durmientes y marchar hacia el desarrollo.

Con palabrería no solucionará nada. Existe la impresión de que no tiene un plan de gobierno y administra al país al trancazo, a como salga y por ocurrencias.

Desde hace rato debió despedir o más bien echar de la secretaría de Gobernación a Olga Sánchez Cordero quien no garantiza ni estabilidad, ni seguridad ni gobernabilidad. Más bien le quedó grande el paquete y ha llegado el momento de jubilarse de la actividad pública.

El mismo día en que en Culiacán, Sinaloa se desataba una balacera de los mil demonios la señora vino a Chiapas para atender una recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La abordé en el aeropuerto de Chiapa de Corzo y no supo responder qué acciones iba a realizar el gobierno sobre la violencia.

“Vengo enterándome a través de los medios de comunicación. Todo lo está viendo el Gabinete de Seguridad”, indicó. Imagínense lo que dijo la secretaria de Gobernación.

Sánchez Cordero viajó de la Ciudad de México a Tuxtla Gutiérrez cuando las papas quemaban en Sinaloa y luego viajó a Ocosingo para "pedir perdón" a nombre del Estado mexicano a las hermanas González que fueron detenidas de manera arbitraria y violadas hace 25 años por elementos del Ejército.

¿Y por qué no envió a otra persona o esperar un día luego de que se resolviera el tema de violencia en Sinaloa si ya se había esperado un cuarto de siglo el tema del perdón?

Pobre señora no sabe dónde está parada. Igual sucede con el presidente que gobierna por ocurrencia y con frases con las que descalifica a sus detractores.

No hay duda que ha perdido la brújula mientras México que es como un barco marcha a la deriva mientras arrecia la tempestad.