Main logo

Salvando al Godín de un potencial tiro en el pie

O los riesgos de una carta oferta | Aniela Cordero

Por
Escrito en OPINIÓN el

Nuevo empleo

Martín aplicó durante meses a cuantas vacantes le parecían interesantes en las bolsas de trabajo, fue a incontables entrevistas con agencias, reclutadores, gerentes y hasta directores, hizo innumerables pruebas de inglés y psicometría, y por fin, después de mucho tiempo ilusionarse y decepcionarse con cada nuevo proceso, llegó el día en el que una empresa que le gusta, le ofreció una posición interesante por un sueldo nada despreciable. Ya firmó su carta oferta y tiene fecha de ingreso. Sólo hay un pequeño detalle… No le ha dicho a su jefe.

¿Les ha pasado? Si sí, ya saben que hay varios posibles escenarios para este desenlace: nuestro jefe nos apoya y está contento porque nos sigamos desarrollando (y nos llevaremos un grato recuerdo de todas las enseñanzas), nuestro jefe monta en cólera y nos corre ese mismo día (gracias por participar, aquí tiene su cajita de cartón) o… nuestro jefe sale corriendo con Recursos Humanos y nos contra ofertan.

Contra oferta

En ese momento se aparece un angelito en nuestro hombro derecho y un diablito en nuestro hombro izquierdo. ¿Aceptamos o no la contra oferta? ¿Nos conviene? Es más dinero, sí, pero… ¿y después? ¿Qué sigue? El diablito les diría: “Firma la contra oferta, te están dando mucho más que el nuevo empleo, no importa que ya hayas aceptado, total, pueden encontrar a alguien más. ¡Sólo mira esa cantidad de dinero!” ¿Ya les están brillando los ojitos? Pues no tan rápido… Entra en acción su contra parte y entonces hace las preguntas pertinentes: “¿Por qué hasta que me voy me suben el sueldo? ¿Podré seguir creciendo profesionalmente? ¿Qué va a pasar después de un tiempo?”

Y bueno, ¿por qué no deberíamos aceptar una contra oferta si es más dinero? Pensemos un momento, si ya hicimos todo lo posible por mejorar nuestras condiciones de trabajo, nuestro plan de carrera y nuestra calidad de vida al buscar mejores opciones, ¿realmente un aumento, por considerable que sea, va a resolver todo lo que nos tenía insatisfechos? Claro que no. Y por otro lado, están las intenciones de nuestros jefes… ¿Seremos realmente tan valiosos para la compañía? ¿O sólo se están ahorrando el proceso de encontrar a nuestro reemplazo? Y… ¿de dónde están sacando tanto dinero?

Spoiler: de nuestro potencial aumento a largo plazo, es decir, nunca más en la vida mientras estemos ahí, nos van a volver a subir el sueldo.

¿Ventaja o desventaja?

Por si esto no fuera suficiente, la relación con nuestro jefe e incluso con nuestro equipo de trabajo, se fractura, porque desde ahora estaremos fichados como los que “se quieren ir a la primera” y a quien deben retener a billetazos. Súmenle lo mal que quedan con la otra compañía, con quien ya habían aceptado una oferta y con quien seguramente ya tenían hasta fecha de ingreso.

¿Ven cómo son más desventajas que ventajas? Lo más recomendable, es no aceptar una contra oferta. Pero si no están tan seguros y quieren desahogarse, cuéntenselo a quien más confianza le tengan.

Responder en una entrevista sin morir en el intento

@Ancoren | @OpinionLSR | @lasillarota