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Salvando al Godín de ser una olla exprés a punto de explotar

Porqué son importantes las vacaciones. | Aniela Cordero

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Escrito en OPINIÓN el

Todos los días en la oficina trabajamos (casi) de sol a sol, en juntas, llamadas, revisando pendientes interminables y resolviendo emergencias. Para relajarnos hacemos ejercicio, pintamos, leemos, salimos a caminar o hacemos algo que nos haga distraernos y desconectarnos por un rato. Pero sabemos que poco a poco se junta el estrés, la ansiedad, la presión y si no encontramos un escape, explotaremos, metafórica y literalmente.

Para prevenir nuestra transformación a una olla de presión sin válvula, no basta con los escapes diarios de a ratos. Necesitamos de vez en cuando, al menos una vez al año, una desconexión lo más total que se pueda, para recargar baterías, deshacernos de todo lo que nos pone los nervios de punta y regresar a trabajar agarrando el toro por los cuernos, renovados y mucho más tranquilos.

Hoy en día está difícil salir de casa y más para tomarnos unos días de vacaciones, ya saben, porque hay un virus cobrándose miles de vidas por día. Lo importante aquí no es el lugar, ni si podemos salir a los lugares más exclusivos o quedarnos a disfrutar nuestro recién remodelado hogar (gracias videos de DIY). Lo primordial es darnos ese espacio para desconectarnos de la oficina, tanto por nuestra salud mental como física, y realmente enfocarnos en nosotros, en descansar, en cuidarnos y en relajarnos.

Hay que tener cuidado también al regreso, pues podemos añorar tanto la vacaciones y esos días de libertad que sale más caro el remedio que la enfermedad. Algunos consejos para que el regreso al trabajo no nos cueste tanto trabajo son:

No regresar justo el día anterior porque nos va a caer como balde de agua fría. Por mucho que queramos disfrutar la playa, el bosque, la casa o donde quiera que estemos, hay que reservar unos dos o tres días al final de las vacaciones para preparar nuestro regreso; los pendientes, la ropa, las herramientas, los horarios.

Si tenemos rutinas extra laborales, como hacer ejercicio o clases de algún tipo, es importante no dejarlas, o retomarlas también lo antes posible, pues ayudarán con nuestra rutina y disminuirán el estrés de retomar todo.

Al regresar, tratemos de no abarcar más de lo que podamos trabajar en ese momento. Sí, seguramente los pendientes habrán crecido y se habrán multiplicado como conejos, y posiblemente nuestros equipos vean todo negro ante las urgencias, pero es importante darnos unos minutos para evaluar los pendientes, priorizar las tareas y empezar a quitarlas de nuestra lista una a una.

Así podremos regresar con menos ansiedad y estrés y disfrutar mucho más nuestro trabajo que antes de irnos de vacaciones.

Y recuerden, que no se trata de alejarse lo mayor posible físicamente (pero siempre es bienvenido un cambio de aire) sino de desconectarnos mentalmente de la oficina.