Main logo

Salvando al Godín de los malos hábitos

Cómo motivarnos y ser más productivos. | Aniela Cordero

Por
Escrito en OPINIÓN el

Todos tenemos hábitos buenos y malos. Algunos buenos son levantarse a correr por las mañanas, (en mi caso solamente me levanto a correr las cortinas para dormir un ratito más), desayunar saludable y no solamente un café más cargado que nuestra conciencia (¡hola gastritis!), escribir una lista con todos los pendientes y realmente tacharlos todos durante el día. Otros no lo son tanto, como tontear horas en redes sociales, llegar tarde, no priorizar nuestros pendientes, y comer lo primero que se nos atraviese (¡hola de nuevo gastritis!).

Este último año (feliz aniversario pandémico, por cierto) todos nos hemos tenido que adaptar, y dentro de esa adaptación, hemos encontrado nuevos hábitos, pero sin saberlo, algunos de ellos pueden estarnos costando nuestra salud mental, y física.

Primero lo primero: las redes sociales. Todos queremos la selfie mientras llegan 10 correos más, o tomarle foto al desayuno para que vean que sí desayunamos algo más que porquerías, o simplemente queremos ponernos al corriente con los últimos bailes de moda en Tik Tok para practicarlos después. Y sin darnos cuenta, ya pasaron 40 minutos, no hemos hecho nada y sigue creciendo nuestra montaña de pendientes.

Ahora, dependiendo del grado de pérdida de tiempo, podemos hacer acciones para ajustar nuestro consumo de redes sociales durante nuestras horas más productivas. Primero podemos intentar desactivando las notificaciones, para no correr y abrir el celular cada que suena, vibra o se muestra el puntito rojo. ¿No funciona? Bueno, entonces probemos a dejar el celular (personal) fuera de nuestro alcance. ¿Tampoco? Pongamos la app en una carpeta segura con una contraseña difícil de recordar, y no, no se vale anotarla. ¿No se va a poder? Entonces apliquemos el extremo de borrar la aplicación y reinstalarla el fin de semana.

Segundo, nuestro lugar de trabajo. Sí, sigo dando lata con lo mismo. Pero es una realidad que, aunque muchos de nosotros hemos logrado adaptar un espacio de nuestro hogar para convertirlo en una oficina temporal (gracias tío Amazon y tío Mercado Libre por los escritorios, lámparas y chucherías), hay muchos otros que siguen trabajando desde cama, en pijama, 24/7. Está más que comprobado (gracias ciencia) por varios estudios, que el no realizar una división clara del espacio personal vs laboral con un simple caminar de la cama a la sala o al comedor, puede detonar insomnio. Sí, es por eso que no podemos dormir y estamos picándonos los ojos a las 3 am.

Es prácticamente imposible cambiar todos nuestros hábitos de la noche a la mañana, pero lo podemos lograr poco a poco si vamos dando pasitos de bebé. Por ejemplo, si queremos comenzar a dejar de trabajar en cama, podemos empezar con irnos al comedor, o a la sala todos los días en pijama. Cuando logremos hacerlo en automático, podemos probar con agregar cambiarnos y vestirnos de oficina. Y ya un super paso extra, haciendo toda nuestra rutina de levantarnos, baño, arreglo y desayuno, y saliendo de casa a dar una vuelta a la cuadra para regresar y sentir que estamos entrando en nuestro modo de oficina, y haciendo lo mismo para “salir” de la oficina, y regresar a casa.

¿Ustedes cómo rompen con los malos hábitos y generan nuevos?

¡Nos vemos el siguiente sábado!