La elección presidencial del año entrante supone para todos los contendientes el reto de integrar ideológicamente a sus partes, pues por lo visto quienes se perfilan para competir lo harán sustentados en alianzas, formales o no, que parecen desafiar al esquema político tradicional.
Su primera vez
Por un lado, el PRI por vez primera en su historia ha optado por una figura externa. José Antonio Meade Kuribreña tiene ante sí el complejo camino de reunir en una sola las plataformas de los partidos que ya prefiguran alianzas con el tricolor y las propuestas de los grupos y corrientes de opinión que representan a la base militante.
La militancia priista se basa en algo más que en las formas, pues estas son solo la expresión de una ideología.
En la base priista está la expectativa de cómo responderá el hoy precandidato a su compromiso de respeto y adopción del programa de acción común a revolucionarios e institucionales.
El tricolor se adelantó en dar pasos hacia una cohesión tanto de grupos como de plataformas, basado en su característica unidad. Propios y extraños han reconocido esa ventaja.
Un panista que divide
La derecha, por llamarla de algún modo, formó un Frente que, paradójicamente, propició una serie de enfrentamientos internos que no parecen acabar. La mezcla de corrientes panistas ajenas al panismo tradicional, tribus perredistas de siempre peleadas y el invitado MC, han llevado a esa coalición incluso a eliminar de sus siglas la correspondiente al concepto “ciudadano”.
Aunque falta la precampaña, al momento de escribir esta columna queda claro que en el Frente el final será el mismo que se anticipó desde hace tiempo, con un panista que dividió a su partido y dejó profundas heridas con tal de ser postulado.
En la Ciudad de México se avecina una cruenta batalla entre izquierdas que dejarán muy mal parado al blanquiazul, y en las dirigencias nacionales, los liderazgos de PAN y PRD se desquebrajan cada día más.
Su tercera vez... y no cambia
La izquierda radical, por su parte, se mantiene excluyente. El partido que inventó Andrés Manuel López Obrador para nominarse una tercera vez, descarta todas las voces que no se pliegan a sus designios. Esa fue una de las causas que le hicieron perder la elección del Estado de México y nada parece indicar un cambio en su comportamiento.
Los independientes sufren
Los independientes siguen sufriendo para reunir las firmas que requieren para registrarse. Si no pueden solventar ese requisito mínimo, ¿tendrán el empuje para aparecer de forma relevante en la boleta?
Cohesiones y divisiones son los conceptos que están dando forma a los equipos que llevarán al triunfo o a la derrota a sus abanderados, y por el momento no se ve en la derecha ni en la izquierda la intención de ser incluyentes.
Inclusión es el concepto clave.