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Reunión de embajadores y Cónsules, ya 33 años, memorias de un embajador

Desde 1989 se celebra la Reunión de Embajadores y Cónsules, este lunes 10 de enero se inauguraron los trabajos de la #REC2022. | Rubén Beltrán

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Escrito en OPINIÓN el

Ingresé al Servicio Exterior Mexicano (SEM) en 1981 y a partir de su creación en 1989, he participado en todas las reuniones anuales de embajadores y cónsules (REC), ello como funcionario de la Secretaría de Relaciones Exteriores o como invitado en mi carácter de funcionario comisionado ante alguna de las dos agencias de las Naciones Unidas en las que tuve el honor y el privilegio de servir: A partir de enero 2001, hasta enero de 2018, lo hice en mi calidad de titular de algún consulado de México o como embajador de nuestro país. Estos fueron, sin duda, los cargos más honrosos y enriquecedores de mi vida como servidor público a lo largo de una carrera que se extendió por 43 años, desde enero de 1975. 

El modelo Solana, origen de la REC 

Siendo canciller, Fernando Solana, quien sin duda ha sido uno de las figuras más destacadas en la historia de la administración pública mexicana, imprimió -tal y como lo hiciera en todas las dependencias e instituciones que encabezó-, el hábito de la reflexión colectiva como un ejercicio de prospectiva y de búsqueda de soluciones y alternativas. Era común ver cómo el canciller Solana reunía a grupos aparentemente disímbolos y rompiendo jerarquías, dirigía conversaciones altamente productivas en torno a los temas más diversos. En esa diversidad había siempre un hilo conductor, el interés de México. Las sesiones en las que participábamos bajo su convocatoria se convirtieron en un ejercicio de aprendizaje y motivación altamente provechoso.  No es sorprendente entonces que Solana haya innovado en la cancillería al instituir en enero de 1989, un proceso colectivo de reflexión con los titulares de las embajadas y consulados de México. La Reunión Anual de Embajadores y Cónsules.   

Son las características que definen a la REC desde hace 33 años, las que en gran medida han asegurado su continuidad. No le cuesta al erario: Solana ideó que las reuniones se deberían hacer en invierno, inmediatamente después de las fiestas de fin de año para aprovechar que la gran mayoría de los titulares se habrían pagado su viaje para vacacionar en nuestro país; No son obligatorias: La participación en la REC, se estimularía por las características de su propio programa de actividades y la agenda temática. La calidad e importancia de los invitados, la participación de funcionarios de alto nivel y, en la mayoría de las ocasiones, el encuentro con el Jefe de Estado, conforman la estructura de un programa que garantiza una muy amplia participación. 

Adicionalmente, desde su origen la SEM estuvo diseñada para aprovechar la experiencia y conocimiento colectivos de los miembros del SEM, para el diseño de la política exterior, al tiempo que propicia un intercambio con actores nacionales e internacionales de primer nivel que aportan información privilegiada destinada a actualizar y a reforzar el conocimiento colectivo en ciertos temas coyunturales; la REC siempre ha procurado, por otro lado, la formación continua de los representantes de México en el exterior. 

Pro domo mea

El SEM es, conforme la Ley que lo regula, el cuerpo permanente de funcionarios de Estado, encargado de representar a nuestro país y de ejecutar la política exterior de México conforme los principios establecidos por nuestra constitución. 

Es precisamente ese carácter de cuerpo permanente del Estado, su lealtad institucional y la cohesión que mantiene en torno de los principios consagrados desde 1988 en la Constitución, lo que otorga al SEM una posición privilegiada para estar al frente de la lucha por la preservación de nuestra soberanía y la promoción de los intereses de México. 

Este año se celebra la XXXIII Reunión de Embajadores y Cónsules

Este lunes 10 de enero, se inauguraron los trabajos de la #REC2022, que se celebra de manera ininterrumpida desde 1989.  La alternancia política que México ha experimentado en los últimos 33 años, no ha sacrificado la continuidad de la REC; seis gobiernos y los once cancilleres que han sucedido a Fernando Solana desde entonces, han sabido descubrir el valor de la REC como un mecanismo relevante que permite que nuestra política exterior encuentre una cadena de continuidad aún en momentos de profundo cambio político. 

Cierto, en gran medida, esa continuidad está garantizada a nivel constitucional a partir de las reformas al artículo 89, pero es en la ejecución de esa política, en el establecimiento de objetivos y metas, en la labor de prospectiva y en el trabajo cotidiano de nuestros representantes y sus equipos, el espacio donde se materializa, es también el espacio donde se dan los acentos que diferencian a un gobierno de otro. 

El canciller Ebrard ha acertado al dar continuidad a los trabajos de la REC; la oportunidad que se desprende del trabajo colectivo de los representantes de México crece en función de los retos que impone una nueva agenda. La correcta ejecución de nuevos programas e iniciativas es más eficaz en la medida en que los representantes de México los conocen a fondo, enriquecen con sus conocimientos y experiencia y se apropian de ellos.   

La historia muestra que aún en las ocasiones en las que el país ha experimentado cambios profundos en la orientación de sus relaciones internacionales, la participación activa del SEM en las labores de prospectiva, diseño y ejecución de la política exterior, es un factor de primera importancia para que dichos cambios se puedan materializar de manera eficiente y en el marco de los principios, hoy constitucionales, que norman dicha política.