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Reparto de utilidades, ¡chinteguas!

Se firma el primer convenio rebasando la vergonzosa reforma del artículo 127 fracción VIII de la Ley Federal del Trabajo. | Manuel Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

Si hubieras visto cómo andaban los mineros de incabritos, allá en Sonora, porque la empresa Minera México les quería robar sus utilidades. La empresa les dijo, para que estuvieran enterados, que la ley laboral había cambiado, y que ahora había un tope de tres meses de salario o el promedio de los últimos tres años.

Ellos, los mineros del cobre le reclamaron a los patrones que el gobierno nunca les consultó ese cambio, con el que perdían el 10% de sus utilidades. 

“¡Mejor sepan ustedes que ese 10% es un derecho al cual no vamos a renunciar, y que les vamos a estallar la huelga, cueste lo que cueste!”

El más bragado de los mineros lanzó una expresión propia de los sonorenses:

“¡Chinteguas, ya voy hecho la mocha!”

Expresión que significa, para que la entendamos los que habitamos en la colonia doctores de la Ciudad de México: “¡no me arrepiento, llevo prisa!”

Los directivos de la empresa se confiaban, en secreto, de que esta era una de las negociaciones más difíciles que habían llevado, porque los mineros estaban muy molestos, y decían: “¡Esta vez sí nos estallan la huelga!”

En las negociaciones, los representantes de la Minera México explicaban a los trabajadores que no se verían afectadas sus utilidades y que, por el contrario, iban a aumentar, que leyeran los discursos de los funcionarios del gobierno. “No lo decimos nosotros, revisen, ¡entérense!”. Al escuchar esas expresiones, los obreros se molestaban más al sentirlas como una burla.

Por todos lados aparecían consignas de estallar la huelga y señalaban que, si en el contrato colectivo no quedaba una cláusula que asegurara el 10% de las utilidades, las banderas rojinegras aparecerían por todos lados.

Los mediadores de la Secretaría del Trabajo no sabían qué hacer, daban recesos a toda hora para buscar una salida, porque los patrones no querían que quedara por escrito, y mucho menos en un Contrato Colectivo, que debían reconocer el 10% y mandar a un cajón ese remedo de tope a las utilidades que se inventaron como moneda de cambio para hacer algunas modificaciones menores a la subcontratación.

Me cuentan que los trabajadores no querían aceptar una prórroga, y que mejor le dijeran a la empresa que ya era suficiente tanta burla.

Ellos sabían que el precio del cobre había subido, y que, a sus utilidades, que rondaban en los 250 mil pesos, las querían congelar.

Después de muchas horas de negociación, el tres de mayo pasado, la empresa Operadora de Minas e Instalaciones Mineras, S. A. de C. V. (de Cananea), aceptó firmar un convenio ante la Secretaría del Trabajo para terminar el conflicto con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minero Metalúrgica, C.T.M.

El acuerdo resulta de trascendencia nacional, porque es el primer convenio que se firma rebasando la vergonzosa reforma del artículo 127 fracción VIII de la Ley Federal del Trabajo, y porque representa, para cada uno de esos trabajadores, utilidades en promedio de 700 mil pesos.

En estos tiempos en que los salarios sufren entre piedras y caminos terregosos la inflación y los topes salariales que imponen los patrones, es un triunfo sin precedentes.

Como dirían en Sonora: “¡Esa troca está bien acá!”