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Protección de datos personales de menores en la era digital

En ejercicio de nuestra responsabilidad como padres o tutores, hagamos conciencia y acudamos al INAI. | Blanca Lilia Ibarra Cadena

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Escrito en OPINIÓN el

El interés superior debe ser la consideración primordial en la toma de decisiones relativas a niñas, niños y adolescentes, por tanto, se debe conceder más importancia a lo que sea mejor para el menor”. Comité de la Infancia de la ONU

Es un lugar común escuchar que asistimos a una revolución digital de dimensiones semejantes a las de la revolución industrial. Sin embargo, poco o nada nos detenemos a tomar conciencia de lo que ello significa y el impacto que tiene en nuestras vidas. Estamos en la puesta en escena de una realidad virtual que desde luego tiene un alto impacto en el desarrollo de la infancia.

En los últimos años, la tecnología pasó a ser parte de nuestra forma de ser y de actuar, así como de la cotidianeidad misma. Hoy, nadie duda en hacer trasferencias bancarias por el celular, anclar sus redes sociales al teléfono, utilizar aplicaciones para conocer el tráfico, para llegar a nuestro destino en el menor tiempo posible, así como solicitar servicios de transporte y comida, entre otras tareas.

De esta forma el tiempo y la tecnología se han convertido en un binomio valioso e indispensable de la era digital, en la que todo se logra con un “click”, es decir, oprimiendo un botón táctil del celular. Nuestros dispositivos móviles: teléfonos inteligentes, laptop, tableta, consolas de video juegos, así como las cámaras digitales colectivas almacenan una serie de datos que, a su vez, están interconectados con otros sistemas de mayores dimensiones y son utilizados en el mejor de los casos, para actividades económicas, sectorizar mercados y estar en condiciones de ofrecer productos y servicios en el mundo globalizado.

No obstante, no podemos ser ingenuos y pensar que el tratamiento de nuestros datos siempre será lícito. Ernesto Garzón Valdés, filósofo del Derecho, estima que existe un “coto vedado en la esfera del ser humano, es decir, aquella parte en la que ninguna mayoría puede decidir sobre nuestros derechos, entre ellos justamente, el derecho a la privacidad, a la intimidad y a la protección de nuestros datos personales. Todos ellos con un gran valor en esta época de instantes capturados tecnológicamente y tele transportados en fracciones de segundo desde diversos lugares digitales, lo que prefigura un núcleo de protección distinto.

Por ejemplo, el uso de redes sociales por menores, según datos del INFOTEC(https://www.infotec.mx/work/models/infotec/Resource/1012/6/images/Estudio_Habitos_Usuarios_2017.pdf), evidencia que en 2006 existían en México 20.6 millones de usuarios y a fines de 2016, aumentó a cerca de 70 millones de internautas, con una penetración del 63% en mayores de 6 años. De ese total, el 21% de usuarios cuentan con 3 y 6 años. El rango se eleva a un 72% en mayores de ocho años, siendo la hora de la comida, entre dos y cuatro de la tarde, la hora pico con mayor número de usuarios: 88%.

De igual forma, el 83% de las actividades en línea está dedicado al uso de redes sociales, le sigue el envío de correos electrónicos, búsqueda de información y música, juegos y la visita de sitios para adultos. Los menores son los más susceptibles a sufrir riesgos en Internet que van desde la suplantación de identidad, discriminación, ciberacoso, vulnerabilidad de datos personales hasta la explotación sexual y la pornografía infantil.

Al límite

Por otra parte, el uso de redes sociales ha llevado al límite el equilibrio entre el ejercicio de los derechos fundamentales y los riesgos para el honor, el buen nombre y la intimidad. En este sentido, el uso de las nuevas tecnologías ha permitido una concepción en el campo de los derechos humanos que trata de dar respuesta a las necesidades de la sociedad de la información y que va a la par del desarrollo tecnológico, según la doctora Andrea Mendoza del Centro de Investigación e Innovación en Tecnologías de la Información y Comunicación. (https://www.infotec.mx/es_mx/infotec/olivia_andrea_mendoza_enriquez)

En materia de protección de datos existen diversos instrumentos que otorgan directrices internacionales y nacionales para evitar que los niños sean susceptibles de los riesgos que las redes sociales conllevan, así como sentencias protectoras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; sin embargo, los esfuerzos muchas veces han sido rebasados por la vertiginosa evolución de las redes sociales en Internet, lo cual deja al derecho un paso atrás en el ámbito tecnológico.

Ante tal circunstancia, es necesario difundir las acciones que realiza el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales, para coadyuvar en la tutela de la protección de datos personales. Si bien, se asocia a nuestro Instituto con el acceso a la información, no debemos dejar de lado, que parte de la esencia del INAI es la protección de datos en posesión de particulares y del gobierno mismo, mejor conocidos como derechos (ARCO). Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición. (http://inicio.ifai.org.mx/Publicaciones/02GuiaAtencionSolicitudesARCO.pdf)

Un aliado

La sociedad, las autoridades educativas a través de los libros de texto gratuitos, los padres de familia, y las organizaciones civiles deben ver en el INAI a un aliado natural para proteger a nuestra niñez, a efecto de que el avance tecnológico coadyuve a su formación y no a la inversa. Corresponde a todos, la tutela del interés superior del menor en esta era tecnológica, pues sobre ellos ciframos grandes expectativas como género humano. Así, ante cualquier intromisión en nuestra esfera privada o la de ellos, en ejercicio de nuestra responsabilidad como padres o tutores, hagamos conciencia y acudamos al INAI, órgano ciudadano que tiene la facultad de proteger los datos de las personas por mecanismos legales y en su caso, imponer sanciones.

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