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Poco se mueve con el segundo debate

Todo indica que poco se moverán las encuestas | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

En estos días se han vertido opiniones muy diversas respecto al segundo debate, tanto sobre el formato, el desempeño de los candidatos y moderadores así como de sus resultados o posible impacto. Aunque a algunos analistas y espectadores les pareció demasiado largo y consideran que se desaprovechó la presencia del público pues debió tener mayor participación en la formulación de preguntas e incluso interactuar con los candidatos, en sentido opuesto hubo quienes estimaron que este formato, aunque perfectible, fue muy superior al empleado en elecciones anteriores que propiciaba aburridos monólogos, por lo que es de reconocer el esfuerzo que ha realizado el INE para modificar esos rígidos debates.

Protagonismo

Pero en lo que la mayoría coincide, es en la crítica al excesivo protagonismo en que incurrieron los moderadores -en particular la periodista Yuriria Sierra- ya que, a decir de muchos, confundieron su papel al pretender formar parte activa del debate. También hay coincidencia respecto a la escasez de propuestas al utilizarse el espacio para la confrontación. Salvo en la posición de los candidatos frente a Trump, poco se habló de migración, comercio, inversión, seguridad fronteriza o crimen trasnacional.  

En cuanto a la actuación de los candidatos, es difícil establecer criterios objetivos para definir a un ganador, pues depende de muchos factores como la estrategia de cada uno y hay también una gran subjetividad en función de las preferencias y expectativas de los ciudadanos. Si bien los debates representan un ejercicio necesario para contrastar ideas, personalidades, capacidad de respuesta, lo que realmente importa es el impacto que tengan en las tendencias electorales y no parece que se hayan movido mucho.

Ricardo Anaya

A diferencia del primer debate en que existió consenso en que Ricardo Anaya tuvo el mejor desempeño y se erigió como ganador, en esta ocasión nuevamente demostró que se preparó bien, que es muy estructurado, con agilidad mental -nadie duda de su inteligencia- y presentó algunas propuestas interesantes como la eliminación del ISR a quien perciba menos de 10 mil pesos, pero quizá le faltó la contundencia que requería y no gustó del todo la actitud de confrontación o la sonrisa permanente que algunos interpretaron como de burla.

José Antonio Meade

Hay que reconocer que José Antonio Meade mejoró mucho, se notó más suelto, es evidente que era quien más conocía de los temas por su experiencia al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y colocó un par de buenos golpes contra López Obrador al hacer referencia al manejo de su partido como una empresa familiar y al costo de la atención médica privada que recibe, pero sigue sin despertar ninguna emoción y le pesa mucho tanto el partido que lo postula como su estrecho vínculo con el Gobierno del Presidente Peña Nieto. Defender la polémica visita de Trump a México echó por tierra todo su esfuerzo.

Andrés Manuel López Obrador

En el caso de Andrés Manuel López Obrador, quien se mostró evasivo y hasta un tanto soberbio -aunque en algunos momentos no pudo ocultar su molestia e incomodidad-, fue evidente su desconocimiento de los temas e insistió en que todo se va a solucionar con su buen ejemplo. Sin embargo, a pesar de todas sus carencias, se llevó la nota al proteger su cartera cuando se le acercó Anaya y llamarlo ricky riquín canayín -lo que seguramente pareció genial a sus seguidores que nada le cuestionan pero no es propio de quien encabeza las encuestas y aspira a gobernar a todos los mexicanos-, cumplió bien con su estrategia de administrar su ventaja y generar la percepción de la inevitabilidad de su triunfo. Aún faltan cerca de  40 días para la elección, pero por lo pronto, todo indica que tras el segundo debate poco se moverán las encuestas.

Repetir la hazaña del Estado de México

@agus_castilla | @OpinionLSR | @lasillarota