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¿Pierden eficacia las conferencias de medios?

Una conferencia de medios mal manejada puede generar la percepción de manipulación y engaño. | José Antonio Sosa Plata

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Escrito en OPINIÓN el

La conferencia de medios es una herramienta que fue poco valorada en años anteriores por la clase política de nuestro país. Durante décadas se le relegó porque se le consideraba riesgosa, intrascendente o poco útil. A algunos, incluso, les resultaba incómodo por el temor que les infundía estar frente a frente con las y los periodistas sin más protección que una mesa o pódium. 

Con la llegada al poder del presidente Andrés Manuel López Obrador la conferencia mañanera se institucionalizó. También se convirtió en el instrumento principal de información y propaganda de su gobierno. La experiencia que tuvo cuando fue Jefe de Gobierno de la CDMX fue buena y captó la atención de mucha gente. De ahí su interés y empeño en mantener la herramienta como el eje de su estrategia de comunicación para lo que resta del sexenio.

En el marco de la pandemia ocasionada por el covid-19, se abrieron los espacios de los medios públicos hasta ocupar más de cuatro o cinco horas diarias con esta modalidad de comunicación. Sin embargo, la dinámica que se está manejando —y la falta de preparación de algunos personajes o voceros— están poniendo en riesgo la eficacia del formato. Primero, porque la saturación informativa casi siempre se convierte en desinformación. Segundo, por el desgaste que se genera en los medios con su uso desproporcionado. Y tercero, por la reducción o pérdida de interés que los dos factores anteriores están provocando en la ciudadanía.

Por si no lo leíste: Mariluz Roldán. "Los tres meses de contradicciones de López-Gatell", Especiales LSR, 21 Julio 2020.

Por las razones anteriores es necesario insistir en la necesidad de que se corrijan los errores más frecuentes que se están cometiendo en el formato y en el diseño de los mensajes. Aquí se mencionan los más importantes:

Formato:

1. No respetar la agenda, los tiempos programados o los términos establecidos para la interacción con las y los periodistas.

2. Convertir el formato en un evento político, con invitados y mensajes que parecen cumplir otros propósitos, no necesariamente informativos, sino de promoción personal.

3. Utilizar una parte importante del tiempo para informar sobre temas que pueden ser muy útiles para los procesos internos de toma de decisiones, pero que no son de interés general.

4. Difundir temas y posicionamientos que están dirigidos a audiencias muy específicas y cuya información puede ser consultada en otros medios.

5. Reducir en forma premeditada el segmento de preguntas y respuestas.

6. Tratar de imponer una agenda sin considerar los principios de libertad de expresión, valor noticioso de los hechos y pluralidad que deben caracterizar a los medios de comunicación.

7. Desalentar la presencia o participación de medios y periodistas que no se consideran aliados o afines al proyecto político de la institución que organiza la conferencia.

8. Dar trato privilegiado a periodistas para que hagan preguntas “a modo”. 

9. Confundir el formato con la interactividad que caracteriza a una actividad académica de nivel superior.

10. Abrir el espacio al escándalo político.

Mensajes:

1. Dar respuestas largas, ambiguas y confusas para evadir la verdad de lo que está sucediendo.

2. Caer en contradicciones consigo mismo o con personajes del mismo equipo.

3. Mostrar preocupación, incomodidad o enojo ante preguntas incisivas o provocadoras. 

4. Emitir opiniones personales o juicios de valor.

5. Entrar en confrontación con medios o periodistas con los que hay desacuerdo.

6. Restar importancia a hechos relevantes o datos duros por considerarlos “inconvenientes”.

7. Abusar del lenguaje técnico, sobre todo el que resulta incomprensible para las audiencias objetivo.

8. Manipular la información o las estadísticas del tema que se aborda, con el propósito de ocultar o minimizar la realidad de lo que está sucediendo.

9. Justificar en lugar de aclarar.

10. No asumir con sinceridad y transparencia los errores cometidos.

Consulta: "La mañanera", en Verificado. Te conviene saber más.

Los personajes públicos y voceros no deben olvidar que en política, lo que parece es. Por eso, cuando no se cumple con las reglas mínimas de este importante formato, los medios, periodistas y audiencias pueden pensar que se les está manipulando o engañando. La responsabilidad, profesionalismo, seriedad y el cumplimiento de objetivos para resolver los problemas que se enfrentan en una crisis son objetivos que no se deben descuidar durante la gestión.

Tampoco se puede olvidar que la conferencia de medios es uno de los muchos instrumentos de comunicación que tienen los gobiernos a su disposición. Está claro que el formato puede ser la herramienta rectora o principal de la estrategia. Lo que no es conveniente es que desde este foro se busque dar solución a todas las necesidades complejas de las audiencias diversificadas e hipersegmentadas que hoy tienen los gobiernos.

También puedes leer: #ConferenciaDeMedios: ¿Qué sí y qué no?

Tengamos presente que la credibilidad es un valor que los personajes públicos y las instituciones deben procurar y promover en un sistema democrático. Ambos están directamente relacionados con la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas. El escrutinio público es mayor en tiempos de crisis y más ahora que el humor social está afectado en forma severa por la pandemia y sus efectos más lamentables.

Por otra parte, se ha demostrado en varios países que se pueden obtener beneficios cuando se modifican con audacia algunas técnicas o procesos de comunicación. Es válido y se tienen que asumir nuevos retos. Sin embargo, cuando no se realizan las investigaciones correspondientes —o no se pone el cuidado profesional que se requiere— los resultados pueden ser negativos para la población y afectar seriamente la reputación de los líderes.

Recomendación editorial: Jordi Xifra. Manual de relaciones públicas e institucionales. (Tercera edición revisada y ampliada). España, Tecnos, 2017.