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No volver al pasado

“El futuro y lo lejano sean para ti la causa de tu hoy”, Friedrich Nietzsche | Octavio Díaz García de León.

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Escrito en OPINIÓN el

La idea: Es bueno aprender de la historia. El avance de la humanidad se basa en la acumulación de experiencias y conocimientos de incontables generaciones de seres humanos. Pero no se debe construir al futuro queriendo regresar al pasado. Hay que aprovechar las lecciones de la historia para, partiendo del presente y su dinámica, alcanzar un futuro que supere lo anterior, no para repetirlo.

El profesor Correa , de la Universidad de Las Américas en Chile,  dice que “…la Historia para Nietzsche no debe ser entendida como un conocimiento que determine el actuar humano – el historicismo -, pues de esa manera se constituiría en una enfermedad que paralizaría el actuar humano” y cita al filósofo: “El conocimiento del pasado, en todos los tiempos, no es de desear sino cuando está al servicio del futuro y del presente, y no cuando debilita el presente, cuando desarraiga los gérmenes vivos del porvenir.” Correa concluye: “Según Nietzsche las verdades históricas son ficciones; a la vez, estas constituyen interpretaciones y toda interpretación es perspectiva”.

Nietzsche, entonces, propone que la historia se ponga al servicio del futuro para construirlo, no pensando que la historia obedece a reglas o leyes sino como narrativas basadas en interpretaciones que puedan aportar a la construcción del porvenir deseado.

Así, algunos líderes utilizan a la historia como una herramienta para impulsar sus visiones de futuro. El riesgo puede ser que privilegien una visión idílica de un pasado que no existió y promuevan el retorno a una Edad de Oro que es pura ficción.

Steven Pinker nos hace ver que vivimos la mejor de las épocas posibles gracias a la vigencia de la Ilustración que se basa en la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso, por lo que cualquier época anterior tiene severas desventajas comparada con el presente.

Por ejemplo, para enfrentar la pandemia de influenza “española” de hace un siglo, nuestros abuelos sólo contaban con el cubrebocas. Nosotros, para enfrentar la pandemia de covid-19, además de cubrebocas, tenemos la posibilidad de obtener una vacuna en un plazo corto, desarrollar antivirales eficaces para combatirla y contamos con tecnología para identificar los patrones de movilidad de cada persona que tenga acceso a internet o a un teléfono celular, con lo cual, sepamos con quiénes y cuándo estuvo en contacto un enfermo, para que ellos se hagan pruebas y se aíslen de ser necesario. 

Entonces, querer regresar al pasado no es lo conveniente ya que la evidencia muestra que no fue mejor que el presente. Lo adecuado será partir de lo ya logrado, corrigiendo lo que no funciona.

Hay que mirar al pasado para aprender de él pero no para repetir una historia que ya no es dable revivir. Construir el futuro a partir de lo ya logrado implica conocer muy bien lo que se ha hecho, para no reinventar el hilo negro ni cometer los mismos errores. Hay que mirar a la historia para aprender, no para repetirla.

La construcción del porvenir es una tarea sumamente compleja que requiere el entender la dinámica con la que se mueve una sociedad para poder dirigirla hacia la consecución de sus objetivos. Este proceso no es lineal ni determinista, ni obedece a las “leyes” de la historia. Se trata de dirigir un sistema donde interactúan millones de personas y donde influyen el azar y la incertidumbre.

Para ilustrar esta complejidad y lo inesperado que suelen ser los resultados hay que recordar lo que dice la Teoría del Caos. Para ella, un pequeño cambio en los valores iniciales de las variables en las ecuaciones que intentan predecir algún comportamiento complejo, puede dar un resultado radicalmente diferente e inesperado.

Se suele simplificar esto con la imagen de que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán al otro lado del mundo. O para ponerlo al día, una sola persona en China, que disfrutó los placeres culinarios de un murciélago, está ocasionando una pandemia mortífera y una enorme depresión económica mundial.

Construir un futuro deseable para la sociedad no es un problema de objetivos. Todos coinciden en buscar una calidad de vida que propicie el bienestar y la felicidad mediante bienes materiales que satisfagan las necesidades de cada quien y contar con servicios de primera por parte del Estado en salud, educación y seguridad pública.

La dificultad estriba en cómo lograrlos. Con el enfoque y herramientas adecuadas, una sociedad puede construir un porvenir exitoso y en estos tiempos de crisis, sobrevivir y adaptarse.

Para resolver nuestros problemas inmediatos, hace falta usar los elementos que nos entregó la Ilustración, no querer regresar a un pasado utópico e irrepetible. La humanidad puede seguir su camino de progreso, de la mano de la Ilustración.