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Mueren más militares en accidentes que en enfrentamientos

Es obligación del alto mando corregir los peligros inminentes que están afectando al personal militar. | Cesar Gutiérrez Priego

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Escrito en OPINIÓN el

En lo que va de este año han fallecido más militares en accidentes de tránsito en vehículos militares, que en enfrentamientos con miembros del crimen organizado. Nuevamente un vehículo militar sufre un accidente en las diferentes carreteras del país, lo acontecido en Ixtlan, Oaxaca, donde fallecieron 5 elementos militares y quedaron más de 28 elementos heridos, algunos de gravedad, no fue el último de los accidentes que personal militar y de la Guardia Nacional han sufrido en este inicio de año, ya que nuevamente se suscitó otro accidente en el tramo carretero Guerrero Negro, Baja California Sur, donde nuevamente un vehículo militar choco de frente con una camioneta, el personal militar herido tuvo que ser trasladado del lugar en un helicóptero Black Hawk de la Fuerza Aérea Mexicana para su atención inmediata.

Pero, ¿por qué se han suscitado tantos accidentes de personal del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional en los últimos meses? ¿Se deberá a la falta de mantenimiento de los vehículos militares Humvee o Mercedes Benz?, ¿será acaso falta de adiestramiento de los choferes que operan los vehículos militares por parte del servicio de transportes? ¿O podría ser que la carga de trabajo a la que han sometido al personal militar está desgastando a tal grado al material humano que ha generado que por más esfuerzos y vocación que exista, es imposible cumplir con todas las cargas de trabajo que les encomiendan, por ser humanamente imposible?

Preguntas que no quedan en el aire, ya que hay que recordar que quien más elementos ha enviado a la Guardia Nacional es la Secretaría de la Defensa Nacional, mismo personal que no ha sido cubierto por la SEDENA y que sólo ha generado que el trabajo y funciones del personal militar se multipliquen de forma desproporcionada, cumpliendo con las misiones ordinarias y extraordinarias que el mando les ha encomendado.

Esto no espanta a las tropas, las cuales entienden que están para servir y cumplir las misiones que se les encomiendan, pero que para los mandos deberían ser prioridad el proteger la integridad física y emocional de su personal, ya que lo más importante de una institución es el material humano, el personal, la raza, para que nos entendamos. Algo está mal, eso es más que claro, por lo mismo es obligación del alto mando corregir de forma inmediata los peligros inminentes que están afectando al personal militar, ya que de nada sirve un excelente plan estratégico, si no cuentas con personal calificado que lo ejecute.

Como siempre lo he dicho, el papel que diseña el trabajo y las operaciones es perfecto, el diseño se realiza en la comodidad de una oficina con todas las brillantes mentes de los dioses de la guerra, pero que en la realidad no entienden o conocen las múltiples variables que pueden surgir en la realidad, ya que no es lo mismo conocer la teoría de la guerra, que vivirla. En la realidad del día a día, es por eso que valdría la pena que se entienda que el personal diplomado dignamente se ha ganado esa distinción; es necesario el apoyo y consejo del personal táctico, que tan menospreciado se encuentra dentro del alto mando, ya que no todos los militares pueden tener la experiencia con la teoría académica.

También vivimos cómo las Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina Armada de México, realizando un operativo quirúrgico detuvo en Culiacán, Sinaloa, a Ismael Quintero Arellanes, sobrinos de Rafael Caro Quintero el capo de capos, sin que hubiera una reacción como lo ocurrido con la detención de Ovidio Guzmán. Demostrando que cuando las Fuerzas Armadas llevan a cabo las operaciones de alto riesgo sin la intervención de políticos que no saben ni conocen nada de seguridad, las cosas funcionan. Como es de todos sabido el Almirante Secretario José Rafael Ojeda Duran, es de mecha corta, no le gusta llamar la atención ni estar en los reflectores, no le gusta ir a donde no lo llaman, pero que cuando le toca a sus elementos trabajar, no permite que nadie se meta en la planeación de las operaciones, ya que sabe que el único responsable será el, pero si el operativo sale bien, saldrán varios políticos que se apuntaran el éxito, cosa que no le interesa si se cumple con los objetivos.

La Guardia Nacional no termina de cuajar, aunque es el proyecto más ambicioso de la 4T para enfrentar los problemas de seguridad del país, ya que su personal sigue sin poder acreditarse como guardias nacionales, siguen utilizando las identificaciones militares, situación que ha estado costando violaciones al debido proceso. Los delincuentes detenidos al acudir a los juzgados puedan obtener su libertad por el simple hecho de que quien los detienen son elementos militares que no pueden acreditar su personalidad como guardia nacional. Además, sigue siendo la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina Armada de México, quienes siguen pagando sus haberes (sueldos); mismos que no son los prometidos para los elementos de la guardia nacional porque el personal de tropa no está para nada cerca de los famosos $18,000.00 (dieciocho mil pesos 00/100 M.N.) prometidos, así como los vehículos que utilizan son los reciclados de la SEDENA y SEMAR,

Me pregunto en qué se gastó el secretario Alfonso Durazo los 7 mil 993 millones de pesos (publicado por Contrapeso Ciudadano el 24 de enero 2020). Es un costo muy grande para los pobres resultados de su gestión como secretario de Protección y Seguridad Ciudadana.

Todos los esfuerzos que realizan los policías, guardias nacionales, marinos y militares para cumplir con su deber, arriesgar su vida y detener a los delincuentes, se ven opacados con la colusión de autoridades de alto nivel, me refiero a la fuga de los 3 reos de alto perfil, miembros de la delincuencia organizada del Reclusorio Sur de la Ciudad de México.

Es obvia la colusión de funcionarios penitenciarios y de la Ciudad de México con los reos fugados, esto no puede quedar impune, ya que la renuncia del director del Reclusorio y la detención de elementos penitenciarios por la fuga no es suficiente, se debe exigir la renuncia del subsecretario del sistema penitenciario de la Ciudad de México, ya que no es la primera vez que reos de alta peligrosidad se fugan de penales bajo su jurisdicción, lo que nos hace preguntarnos, ¿fue casualidad que se fugaran?, o es parte de algo más grande.