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¿Mano firme contra los delincuentes?

José Antonio Sosa Plata

Por
Escrito en OPINIÓN el

Los datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que octubre fue el mes más violento de los últimos 20 años. La noticia no fue una sorpresa. Más bien fue la confirmación de que el problema de la inseguridad está muy lejos de ser controlado.

La mayoría hemos sido víctimas de la delincuencia

Lejos parecen estar los tiempos en los que pensábamos que un asalto, robo, extorsión, violación o secuestro no nos pasaría a nosotros ni a las personas de nuestra familia.

La percepción de vulnerabilidad sigue creciendo

Lo mismo sucede con el miedo, preocupación y enojo que generan la impunidad y la corrupción asociada con el crimen organizado.

Las reformas legales tampoco han logrado la eficacia deseada

Los cambios administrativos en las instituciones de seguridad del Poder Ejecutivo, la depuración de las policías, la propuesta de mando único, los procesos de profesionalización y especialización y los cambios en el sistema de procuración e impartición de justicia parecen no estar a la altura de la magnitud de los retos.

El gasto público no se ve reflejado en los resultados

A pesar del incremento extraordinario y sin precedente del presupuesto del gobierno federal (de 130 mil millones de pesos en 2007 se elevó a 264 mil millones en 2017), la gente sabe que la inseguridad se mantiene como uno de los dos problemas más importantes del país.

Con todo esto, no se puede afirmar que no se ha hecho nada

Sin embargo, es evidente que la situación que hoy vivimos es muy delicada. El gobierno lo sabe y lo reconoce. También está en el centro de atención de la mayoría de los partidos políticos y de quienes serán las candidatas y los candidatos en la #Elección2018.

En los medios y en las #RedesSociales es tema cotidiano

Pero la solución no aparece por ningún lado. Y lo que es peor, la comunicación del gobierno en sus tres niveles ha sido errática o ha contribuido a afectar aún más el #HumorSocial, convirtiéndolo en el factor de mayor peso para incrementar a niveles preocupantes la crisis de liderazgo, credibilidad y confianza que enfrentan las instituciones y la clase política.

¿Quién será el David que pueda vencer a este Goliat?

Las promesas o compromisos de campaña y los informes de avances o logros de las autoridades dejaron de generar esperanza en la ciudadanía. Todos y todas nos dicen lo mismo, nos ofrecen lo mismo, nos quieren convencer con los mismos argumentos.

Pero ante la realidad, los mensajes perdieron fuerza y contundencia

Los eslóganes y frases contra la inseguridad las hemos escuchado durante más de 20 años: “A mí no me temblará la mano para enfrentar a los delincuentes”, “Voy a poner orden”, “Tolerancia cero”, “Por tu seguridad”, “Reconstruiremos, juntos, el tejido social”, “Acabaré con la corrupción”, “Recuperaré la paz” y muchos más; hoy le parecen a la gente palabras huecas.

Expresiones como estas se han convertido en lugares comunes

No podía ser de otra manera. Cuando las imágenes de la violencia real, cuando la información abrumadora y los datos duros de la inseguridad en la que estamos inmersos, y cuando la experiencia cercana o vivida en carne propia se imponen, no hay spot ni discurso que pueda vencer la percepción de que ya no hay esperanza.

De seguir así, la violencia será parte de nuestra normalidad

Por eso, las y los ciudadanos debemos entender que no nos conviene transitar por el camino de la resignación, la indiferencia o el miedo. Tenemos que aprovechar todos los medios de comunicación a nuestra disposición para ser más críticos y exigir lo que por justicia y derecho nos corresponde.

Por su parte, los partidos deben cambiar el paradigma de comunicación

Para ganar y lograr la legitimidad del triunfo en la #Elección2018 se necesita más que una retórica elemental o demagógica porque el modelo actual dejó de funcionar desde hace tiempo.

La tarea no será sencilla

Para adaptar la Estrategia de #ComunicaciónPolítica se requiere de un mejor entendimiento de la situación. También de comprender y responder mejor a las emociones que provoca el tema en los distintos grupos de la sociedad. Y de arriesgarse a tomar decisiones de campaña más valientes, más convincentes, más comprometidas y, por lo tanto, más audaces y efectivas. El rediseño del Perfil de Imagen tendrá un alto valor estratégico para quien en verdad quiera ganar.

Decir que se tiene “mano firme” ya no es suficiente

La gente sabe que el tema es muy complejo y que la solución es multifactorial. Además, la mayoría está convencida —según los estadios de opinión recientes— de que el próximo Presidente o Presidenta de la República deberá tener la capacidad, experiencia y valor para contener o reducir, en serio, el problema de la inseguridad.

¿Quién cree usted que sea esa persona?

Preguntas y comentarios a sosaplata@live.com

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