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Los olvidados del sur

Los chiapanecos sostienen, no sin razón, que están huérfanos de Gobierno. | José Luis Castillejos Ambrocio

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Escrito en OPINIÓN el

Los chiapanecos sostienen, no sin razón, que están huérfanos de Gobierno. No hay un solo día en que la queja del desorden administrativo y la indiferencia de las autoridades no se ventile en las redes sociales. Duele la realidad de Chiapas y golpea que siendo uno de los estados con un potencial hidrocarburífero, minerales, mar, agricultura y comercio, su gente esté pobre. 

Chiapas se convirtió en el décimo noveno estado de México el 14 de septiembre de 1824 tras la realización de un plebiscito popular, luego de haber estado integrado, durante la etapa colonial, a la Capitanía General de Guatemala. Hoy algunos chiapanecos, como los de la región del Soconusco, aseguran que hubiera sido preferible quedarse en esa condición administrativa ya que en la actual están en la vil calle.

Este estado cuenta una gran diversidad cultural, étnica, lingüística y estilos de vida que dan forma a un verdadero Estado Multicultural y Multiétnico. Todo ello, sin embargo, queda sólo para la postal turística, para los estudios y los ensayos de quienes ven “raro” a ese Estado que siendo tan pujante un alto porcentaje de su gente viva miserable.

Los chiapanecos ya hasta se ríen de su desgracia. “No tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre”, reza un dicho cotidiano que es aplicado, con frecuencia al gobierno. Igual pasa con el resto de políticos que siguen engordándose a costas de la pobreza de millones de chiapanecos a quienes ya están hartos.

No es queja

Es la realidad. Es la neta, directa, sin ambages, recogida en voz directa de sus afectados. En 1913, el senador chiapaneco Belisario Domínguez sostuvo lo que hoy sigue vigente: "A cualquiera que no conozca Chiapas le parece exagerado lo que se dice de sus riquezas, pero lo cierto es que todo mexicano o extranjero que después de haber visitado los países más ricos del mundo recorre el Estado de Chiapas, exclama ingenuamente: este es un Estado hermosísimo, aquí existen todos los climas y todas las producciones del mundo, a esta tierra privilegiada le está reservado el más brillante porvenir y sin embargo de poseer tantos elementos de riqueza Chiapas es uno de los Estados más pobres y más desgraciados de la República, ¿por qué? porque en Chiapas no hay caminos, no hay escuelas, porque los gobernadores en vez de ocuparse del engrandecimiento y prosperidad de su Estado, se dejan cegar por la ambición y sólo se afanan en hacerse ricos a expensas del Estado. Esta ha sido la triste historia de Chiapas, esta es su historia actual".

Aunque los políticos admiten tibiamente que la pobreza extrema y la marginación tienen la cara marchita de los indígenas zoques, tzotziles, tzetzales, mam, tojolobales, choles, lacandones, cachiqueles, y de los campesinos marginados, asentados en una de las principales riquezas tropicales de nuestro país, nada hacen por cambiar esa suerte, esa ruta del desprecio.

¿De qué tamaño será la contradicción y la injusticia, que en una tierra exuberante, la mayoría de su población no puede acceder a la alimentación básica, no dispone de vivienda y sobrevive todavía en la oscuridad de la ignorancia? , preguntó en alguna ocasión el diputado Alejandro Cruz Gutiérrez y se respondió: “A Chiapas el atraso la ha convertido en Chapas, como la llaman muchos funciones del centro, le quitan la i, la i de incluyente, la i de inmensa, la i que si tiene México, da la impresión que la quieren borrar del desarrollo nacional”.

Durante los años de su integración a la federación por voluntad propia y democrática Chiapas tuvo como respuesta el autismo de las políticas y los presupuestos federales, la expoliación de sus recursos naturales, la ingratitud ante sus aportaciones energéticas y la posición más baja entre los índices de desarrollo.

Las obras enormes que hicieron producir el petróleo, la fuerza eléctrica, producida limpiamente por la pureza del agua, es cierto que es dinero de todos los mexicanos, pero no arrancaron el desarrollo y es muy poco lo que deja a Chiapas en ingresos fiscales.

A un siglo de las palabras de Belisario Domínguez, en los tiempos del cambio, la situación no cambia y Chiapas soporta condiciones de atraso, de marginación, de injusticia y de pobreza que entonces, hoy dos terceras partes de la población vive en condiciones de pobreza extrema, los rezagos en materia de educación, salud, empleo, salarios dignos, viviendas y carreteras, han ubicado a Chiapas como uno de los estados con mayores niveles en los índices de marginación del país.

El diálogo como la única manera digna de resolver el conflicto, no ha logrado sin embargo lograr una justicia social y los derechos fundamentales de las comunidades indígenas de Chiapas han sido pateados hacia delante, postergadas y sin visos de solución inmediata. 

¿De qué tamaño serán las raterías actuales mientras Chiapas se cae a pedazos y con ello parte de la historia de los olvidados del sur?

La hora cero

@JLCastillejos  | @OpinionLSR | @lasillarota