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Las prácticas antidemocráticas del INE

El presidente considera que con la censura en las mañaneras, lo que se busca desde el INE es afectar su derecho a la libertad de expresión. | César Cravioto

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Escrito en OPINIÓN el

Nació como IFE, Instituto Federal Electoral en 1990 después del fraude de 1988 y continuó como INE, Instituto Nacional electoral a partir de 2014; sin embargo, no ha logrado generar una convivencia sana en México, no ha podido detener los fraudes de índole electoral, no ha sido garante de la democracia, y ahora quieren censurar al presidente de México a través de lo que han llamado “tutela inhibitoria”, en contra de los discursos presidenciales, para evitar que se cometa un ilícito futuro “mediante la implementación de medidas de anticipación”. 

Luego de que el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdoba planteara la suspensión de la transmisión de las mañaneras por dos meses debido al período electoral, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que se trata de una actitud intolerante contra las libertades. “Venimos de una lucha en donde hemos enfrentado siempre las prácticas antidemocráticas que él (el INE) ha avalado. Él, por consigna, entregaba candidaturas, registros para nuevos partidos. Durante mucho tiempo se mantuvo una política fraudulenta, antidemocrática en el país (…), y ahora nos quieren silenciar” dijo AMLO fuerte y claro.  

A principios de diciembre pasado, representantes de los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional presentaron una queja ante el INE reclamando una intervención presuntamente inconstitucional del presidente al realizar, según sus argumentos, “declaraciones violatorias al principio de neutralidad”.  

Sin embargo, el 23 de diciembre la Sala Superior del Tribunal Electoral echó abajo esa medida. Una mayoría de cinco magistrados consideró inexistentes las infracciones atribuidas al mandatario: “No se advierte que induzca(n) a la ciudadanía (…) a votar por cierta fuerza política o que solicite el voto de forma expresa o indubitable (…) Que el presidente realice expresiones relacionadas con los procesos electorales o las posibles alianzas entre los partidos políticos no está prohibido”. 

Aquí cabría la pregunta: ¿Por qué el INE y en su momento el IFE fueron tolerantes ante los fraudes electorales en el 88, 94, 2000, 2006, 2012? ¿Por qué avalaron la ruta del fraude? 

México tiene una larga historia de fraudes electorales y episodios terribles, las elecciones del 2 de julio de 2006, por ejemplo, generaron un conflicto postelectoral en el que el candidato presidencial del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, impugnó los comicios que daban la victoria al candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón. Sus acusaciones de que el gobierno federal y el Instituto Federal Electoral (IFE) habían conspirado en su contra, cobraron fuerza porque los resultados indicaban que Calderón ganó la elección por 0.51% de los sufragios emitidos o menos de 283 831 votos válidos (Aparicio, 2006; Schedler, 2007). 

Otro ejemplo que “constituyó una traición a la democracia” (como ha dicho AMLO): después de muchos años de un solo partido, con el esfuerzo de muchos mexicanos se consigue sacar de Los Pinos al PRI y llega (Vicente) Fox, que enarbolaba la bandera del cambio pero admite y propicia el fraude y lo peor de todo es que lo dice, lo confiesa: dice ‘claro que cargué los dados, ni modo de que iba permitir que un peligro para México llegara a la presidencia’.  

Recordemos las prácticas fraudulentas para privilegiar a los candidatos priistas para hacerles entrega de su cuota de poder a grupos y camarillas por la vía del partido prácticamente único. Recordemos la compra desmedida de votos, todos los fraudes electorales que se han dado en los estados, la utilización de los programas sociales, las campañas sucias, los padrones adulterados, el hostigamiento a la oposición …; recordemos 1994, 23 de marzo, un asesinato presidencial y político, Luis Donaldo Colosio, el favorito para ganar la elección presidencial de ese año, y la estrategia conocida como “el voto del miedo” a través de una campaña de difusión del miedo a la violencia si se votaba por una opción que no fuera la priista.  

La campaña del miedo del 94 se centró en el mensaje de que si se elegía a Cuauhtémoc Cárdenas, (PRD) o a Diego Fernández de Cevallos, (PAN) la economía se iría a pique, el conflicto armado zapatista se extendería por todo el país y todo eso generaría una situación de confrontación social que ocasionaría una situación de caos. …Ganó Ernesto Zedillo. Esa misma fórmula del miedo la aplicó el PAN en las elecciones de 2006, cuando Felipe Calderón desplegó una campaña en contra del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien calificó como “un peligro para México”, comparándolo con el entonces presidente venezolano Hugo Chávez. 

Recordemos la "caída del sistema" cuando el candidato presidencial del entonces hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carlos Salinas de Gortari, se impuso a Cuauhtémoc Cárdenas, del Frente Democrático Nacional, tras registrarse “problemas técnicos” en el recuento. 

El flujo de recepción de datos se interrumpió esa noche cuando Cárdenas iba a la cabeza con los primeros resultados que llegaban de las grandes ciudades pero, cuando se retomó el recuento, Salinas ya lideraba la elección con una ventaja considerable debido al voto rural. 

El presidente considera que con la censura en las mañaneras, lo que se busca desde el INE es afectar su derecho a la libertad de expresión, por lo que acudirá a instancias judiciales al calificar esta acción como un acto de censura desde la autoridad electoral, pues “esto no puede prosperar desde el punto de vista constitucional, desde el punto de vista legal”.  

Al pueblo no se le puede negar el derecho a la información.  

#Digamos no a la censura.