Main logo

Las Fuerzas Armadas en el Conacyt, objetivos, las metas

Analistas y organizaciones civiles antimilitaristas han visto un paso más en el acelerado proceso de militarización. | Jorge Medellín

Por
Escrito en OPINIÓN el

El pasado 13 de abril la noticia sobre la integración de las secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la Marina-Armada de México (SEMAR) a la estructura del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) causó enorme revuelo entre analistas y organizaciones civiles antimilitaristas que han visto en ello un paso más en el acelerado proceso de militarización que lleva adelante el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En la fecha mencionada, con 426 votos a favor, 14 en contra y 1 abstención, la Cámara de Diputados aprobó cambios fundamentales en la Ley de Ciencia y Tecnología con lo que los secretarios de la Defensa y de Marina pasarán a formar parte del Consejo General de Investigación Científica del CONACYT, para ser parte de las sesiones en las que se revisarán los proyectos a los que se les apoyará con recursos económicos.

Tanto la SEDENA como la SEMAR cuentan con una certera de proyectos en marcha y consolidados con los que se busca seguir impulsando sus áreas de investigación científica y tecnológica, esto para dejar de depender de importaciones de material bélico y de seguridad y lograr producir en fábricas militares lo que cuesta mucho dinero adquirir en el exterior.

Algunos ejemplos de lo que se ha avanzado y de lo que se busca alcanzar se han mostrado en las ediciones 2015, 2017 y 2019 de la Feria Aeroespacial México (FAMEX), organizada por la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en las instalaciones de la Base Aérea Militar Número 1 (BAM-1) de Santa Lucía y que este año cambiará de sede –se moverá al Aeropuerto Internacional de Querétaro– por las obras de construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).

Investigadores como Alma Maldonado (Instituto Politécnico Nacional –IPN–) y legisladores como la diputada federal Martha Tagle, del partido Movimiento Ciudadano (PMC) se opusieron de inmediato y criticaron la llegada de SEDENA y SEMAR al corazón del CONACYT, argumentando básicamente que el nivel y las capacidades científicas y tecnológicas de los militares no están a la altura del consejo, que en los cuarteles y laboratorios castrenses no se investigan cosas serias, aprovechables.

Nada más equivocado y alejado de la realidad, por lo menos de la realidad que responde a las necesidades del desarrollo militar y naval del país.

Alma Maldonado dijo que las fuerzas armadas forman parte del subsistema de centros que hacen investigación en México.

“Para mí no es suficiente justificación, porque al final las actividades de investigación que hacen no son tan relevantes. Y también por una cuestión de confianza. El consejo debería mantener el carácter civil”, dijo la científica.

La diputada Tagle fue una de los 14 legisladores que votaron en contra, advirtiendo que “recientemente, la SEDENA accedió a recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología para investigación. Ahora que formará parte del consejo, no dudo de que ellos tratarán de acceder más a estos fondos. El consejo es plural, porque hay muchas dependencias ahí, pero ellos, desde ese espacio, en esta administración, van a tener mayor peso”.

En realidad, los recursos que buscan militares y marinos para sacar adelante sus proyectos son limitados, se han aplicado a proyectos concretos que están en uso y que, sobre todo, buscan lograr en el mediano plazo niveles de autonomía para dejar a un lado la dependencia tecnológica en áreas muy localizadas que tienen qué ver con las misiones diarias de las fuerzas armadas.

El Proyecto de Egresos de la Federación (PEF) para este 2021 destinado a Ciencia, Tecnología e Innovación es de 102 mil 720 millones de pesos. De esa cantidad, 44 mil 776 millones de pesos corresponden a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y 30 mil 291 millones de pesos son para el CONACYT.

Hasta antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara la cancelación de 109 fideicomisos para reasignar esos recursos a programas sociales, la SEDENA contaba con 53 millones, 210 mil 536 pesos y la SEMAR con 45 millones, 276 mil, 004 pesos que fueron reencausados de manera directa hacia sus programas de investigación y desarrollo, algunos de los cuales operaban de manera conjunta con el CONACYT.

En la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), por ejemplo, se creó en 2013 el Grupo de Investigación y Desarrollo Tecnológico (GIDTFAM), que en agosto de 2020 se transformó en el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico (CIDTFAM), operando bajo cinco líneas centrales: Sistemas Aéreos, Recursos de Administración de Cabina de Vuelo, Sistemas de Adiestramiento Simulado, Sistemas de Gestión Aeronáutica y Modificación y/o actualización de aeronaves.

No es solamente la FAM la involucrada en estas áreas de estudio, investigación e innovación tecnológica. Con la Fuerza Aérea trabajan el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y su Centro de Investigación y de Estudios Avanzados Unidad Guadalajara (Cinvestav-Guadalajara), la Universidad Aeronáutica de Querétaro (UNAQ), el Instituto Tecnológico Superior de Zapopan (ITSD), la Universidad Tecnológica de Tecámac (UTT), la Universidad Politécnica de Tecámac (UPT).

Hasta finales de 2018, los especialistas de la FAM habían concluido con éxito alrededor de 10 de los proyectos planteados desde 2013, año en el que se firmaron para fortalecer el Fondo Sectorial SEDENA-CONACYT para impulsar investigaciones aplicables. Ese fondo se constituyó originalmente con 8 millones de pesos en 2001.

Los especialistas de la FAM han concluido y aplicado, con recursos exclusivos de la SEDENA, los siguientes proyectos: 

·  Diseño y Construcción de un Entrenador de Vuelo para Helicóptero Cougar EC-725

·  Diseño y Construcción de un Entrenador de Vuelo de avión F-5 

·  Sistema de Observación Aérea 

·  Sistema de Mira con Información Integrada del Armamento Aéreo para Helicóptero 

·  Plataforma de Información y Navegación Aero Táctica (PINA) 

·  Sistema de Protección Estructural de Baja Densidad para Aeronaves de la FAM (Blindaje) 

·  Sistemas de Detección por Medio de Imágenes Térmicas de 1ª y 2ª Fase 

·  Sistema de Armamento Macahuitl en 1ª y 2ª Fase. 

 

En la lista de Proyectos en Fase de Desarrollo de la FAM hay al menos otros 10 que buscan apoyos financieros más amplios y seguros, calendarizados, completos, transparentes que aceleren los procesos de independencia tecnológica hacia el exterior.

El diseño y fabricación de aeronaves no tripuladas, la fabricación de sistemas de visión mejorados para tripulaciones de aeronaves militares y el desarrollo de sistemas de vigilancia térmica aérea y terrestre son algunos de la larga lista que podría ser impulsada ahora desde el CONACYT en una nueva y provechosa etapa de colaboración, que deberá estar sujeta a una aguda y constante revisión federal.