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La opacidad como regla

Para el régimen actual la opacidad es la regla, y va generando cada vez más especulaciones. | Ivonne Ortega

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Escrito en OPINIÓN el

Recién conocido el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ordenó reservar por cinco años los contratos firmados por el gobierno de México para la adquisición de vacunas Pfizer, Astra-Zeneca y Cansino contra el covid-19, las organizaciones de transparencia pusieron el grito en el cielo, y con razón. 

La Corte, en mayoría de ocho de sus integrantes, resolvió que divulgar las condiciones esenciales de compra de esos biológicos podría poner en riesgo la seguridad nacional, “obstaculizar o bloquear acciones tendentes a prevenir o combatir pandemias en el país”.

Cuesta trabajo entender esta situación.

En una investigación realizada por Transparencia Mexicana con la colaboración de filiales en 15 países y la Unión Europea, se averiguó que, ciertos datos relacionados con compras de vacunas anti covid-19 por los gobiernos fueron reservados o testados en sus informes públicos.

Sin embargo, de acuerdo con la misma investigación, las compañías farmacéuticas sí pueden en ciertos casos dar a conocer esa información incluso sin el consentimiento de los compradores. Esta condición está explícita en los contratos.

El reporte fue publicado en 2021, y con base en los datos confirmados por escrito, la organización elaboró un índice de transparencia de los países investigados, y resulta interesante constatar que de 100 puntos posibles, México obtuvo 9.09, en tanto que países como Estados Unidos y Brasil obtuvieron una puntuación de 81.82 en transparencia de dichos contratos.

Otras calificaciones: Albania, Colombia, República Dominicana y Guatemala, 63.64; Australia, Canadá, Chile y Reino Unido, 27.27, entre otros.

Importante destacar que, según el mismo reporte, la mayoría de las naciones mantuvieron algunos datos testados por razones de confidencialidad comprador-vendedor, lo que beneficia a las farmacéuticas para las negociaciones por separado por cada nación.

Ocultar la información de los contratos solo fortalece esta ventaja del vendedor porque puede determinar sus condiciones de acuerdo a las características de cada nación. Dicho en otras palabras, para las farmacéuticas del tamaño del sapo es la pedrada.

¿Qué hace más daño a la seguridad nacional, dar a conocer las condiciones del contrato u ocultarlas? Bajo un esquema de negociación comercial, evidentemente la opacidad es más benéfica a las farmacéuticas.

Pero hay otras características de la información que echan un manto oscuro sobre cualquier certeza, que confunden a la sociedad y que generan únicamente suspicacias no deseables que el gobierno confunde con ataques o teorías conspiranoicas, cuando son únicamente el fruto de la opacidad que el propio gobierno propició.

Un claro ejemplo han sido los anuncios de la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre la compra de vacunas, una labor que debiera corresponder a la Secretaría de Salud. Cuando la información de SRE se hace del dominio público a través de los medios de comunicación, a menudo no cuadra con la información que maneja Salud en cuanto a vacunas aplicadas y almacenadas.

La sociedad mexicana desconoce cuánto se paga y cuáles son las condiciones por las vacunas que adquiere el gobierno mexicano. Tampoco se sabe a qué farmacéuticas en específico se contrata, si hay algún intermediario, el contenido de las indemnizaciones de garantía, si las hay. En fin, total opacidad.

Y la opacidad da paso a la especulación. El problema es que para el régimen actual la opacidad es la regla, y va generando cada vez más especulaciones.