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La necesidad de Guarderías para igualdad de oportunidades

Ante la imperiosa necesidad de espacios de cuidado infantil, es necesario trabajo corresponsable entre familia, sociedad, gobierno y mercado. | Víctor Pichardo

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Escrito en OPINIÓN el

A inicios del mes de octubre, La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desestimó la petición del municipio de Hidalgo del Parral, Chihuahua, para declarar inconstitucional la desaparición del programa de Estancias Infantiles. Esto aunado a la noticia de que el expresidente Felipe Calderón presionó a la Corte respecto al proyecto de resolución por el incendio de la Guardería ABC, traen a la agenda el tema las guarderías.

A inicios del 2019, el recorte y cambio de operación del antes Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras (PEIAMT), el cual actualmente se denomina Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras, trajo múltiples protestas y críticas hacia el gobierno federal en materia de cuidados y género.

La necesidad de las Estancias infantiles lo demuestran los datos de la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) de 2017, la cual arroja que el 55% de los hijos de las madres trabajadoras son cuidados por su abuela; el 29% de las niñas y niños lo son por otra persona que puede ser un familiar o no y; sólo el 16% asiste a una guardería.

Estos datos muestran que la población más afectada, aún con el apoyo PEIAMT, son las mujeres adultas mayores, situación que al parecer no interesaba al anterior secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien ante las críticas a la decisión de recortar el recurso al PEIAMT, declaró que al recibir las madres y/o padres de familia el apoyo de manera directa este dinero podría ser entregado a las abuelas para que cuidaran a sus nietas y nietos, lo que sin duda inserta de nuevo a las mujeres en su rol tradicional de cuidadoras en detrimento de su derecho a elegir qué hacer con su tiempo libre.

Aunado a lo anterior, los espacios de cuidado infantil son necesarios por las siguientes razones: Incorporación de las madres al mercado laboral; contar con un lugar especializado y acondicionado para la atención y cuidado de los infantes mientras madres, padres, tutores o personas encargadas de los infantes trabajan, estudian o realizan otra actividad y; se requiere de lugares en que las niñas y niños reciban estimulación y habilidades por parte de personal capacitado.

Dichas necesidades estaban cubiertas, a una parte de la población, según el Recuento de la evidencia de las evaluaciones 2007-2019 del Programa de estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras, del Coneval, el cual señala los siguientes avances: contribuyó a mejorar los niveles de autonomía e independencia económica de las mujeres beneficiarias; ofreció una alternativa para reducir el uso de las redes familiares para el cuidado infantil; brindó un espacio para mejorar el desarrollo infantil; se mejoró la socialización de los infantes y diversidad de su dieta y; niñas y niños que tienen mayor exposición al programa cuentan con mejoras en el puntaje de la escala de comunicación.

Este documento menciona que para cubrir las necesidades de cuidado de niñas y niños se requiere de tres elementos: 1) que las personas puedan costear opciones de cuidado (accesibilidad); 2) que existan opciones de cuidados ya sean familiares, privados o públicos (disponibilidad); y 3) que estas opciones sean de calidad, es decir que no sólo sean espacios de contención de los infantes, sino que les permitan desarrollar sus habilidades socioemocionales y motrices en ambientes seguros (calidad).

Esto se complementa con el documento Ley de Guarderías en México y los desafíos institucionales de conectar familia y trabajo, publicado en 2014 por el Banco Interamericano de Desarrollo, el cual plantea la necesidad de una política nacional congruente en materia de inserción laboral de las madres y buscar efectos positivos en niñas y niños. Se menciona que el reto es que el servicio se brinde con integralidad en la atención, para lo cual se deben atender los siguientes puntos: 1) contar con información consistente sobre la provisión privada del servicio, principalmente si están registradas ante la SEP; 2) contar con información sobre la calidad de las distintas modalidades de provisión y subsidios públicos, y; 3) buscar que exista congruencia regional entre oferta y demanda de guarderías.

Ya en el 2017, Lucía Pérez Fragoso, planteaba en el Foro Internacional ¿Quién cuida en las ciudades? Políticas urbanas y autonomía económica de las mujeres, los retos a corto, mediano y largo plazo, en materia de cuidados, los cuales pueden identificarse con la perspectiva tanto del BID como del Coneval. Su estudio se enfoca en la Ciudad de México, pero sus propuestas pueden tomarse como referencia para aplicarlas a nivel nacional. De todas sus puntuales y acertadas aportaciones menciono dos: Que existen insuficientes espacios de cuidado colectivo y que ni el Estado ni el mercado están asumiendo su corresponsabilidad en las tareas de cuidado.

Ante la imperiosa necesidad de espacios de cuidado infantil, es necesario un trabajo corresponsable entre familia, sociedad civil, gobierno y mercado a favor del interés superior de las niñas y niños, lo cual brindará la posibilidad a mujeres de distintas edades tener opciones de buscar empleo, alternativas de esparcimiento, estudiar, en otras palabras, tener la oportunidad de contar con una perspectiva distinta de la vida.

En dicha labor el Estado deberá tomar la batuta y aspirar a que el cuidado infantil sea parte de una amplia estrategia en materia de los Cuidados, basada en evidencia que permita elaborar una política pública integral, que busque ante todo no fragmentar el tema de los cuidados y que tienda a la igualdad entre mujeres y hombres.

Maestro Víctor Pichardo Ángeles. Politólogo con maestría en Sociología Política por el Instituto Mora. Gestor de información. Asesor en planeación, diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de proyectos. Conocimientos en temas políticos, derechos humanos, perspectiva de género y medios de comunicación aplicados al ámbito de la comunicación política, procesos electorales, inteligencia y contrainteligencia empresarial, políticas públicas y relaciones inter e intrainstitucionales.