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La #LeyBonilla y su impacto

Los grandes perdedores son los ciudadanos y nuestra democracia. | Fernando Díaz Nanrajo

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Escrito en OPINIÓN el

En este 2019 en que hubo elecciones en seis entidades federativas, sin duda Baja California acaparó la atención por haberle arrebatado al PAN la gubernatura del estado que ostentó por 30 años.

Aún nos encontrábamos analizando las cifras de los resultados electorales cuando apareció lo que hoy se le conoce como #LeyBonilla, que, en síntesis, puede traducirse en una reforma aprobada por la mayoría de la legislatura que recién terminó su encargo, para ampliar el periodo por el que fue electo el morenista Jaime Bonilla de dos a cinco años. Reforma perpetrada posterior a la jornada electoral, es decir, bajo un acto jurídico ya ejecutado y determinado.

En principio, es importante referir que nuestro sistema político mexicano se funda en una democracia donde su columna vertebral es justamente la soberanía del pueblo y el derecho del mismo a elegir y controlar a sus gobernantes.

Consecuentemente, la #LeyBonilla vulnera este espíritu constitucional que, dicho sea de paso, le anteceden otros lamentables hechos.

El primer antecedente lo encontramos en septiembre de 2018, cuando se intentó reformar la Constitución local para ampliar el periodo del próximo gobernador por un periodo de seis años. La reforma no paso.

En el desarrollo del proceso electoral hubo dos intentos más. Fueron impugnadas las normas que determinan que quien resultara electo ejecutivo local en 2019 duraría en su encargo dos años. De igual forma dichos intentos no lograron éxito.

El asunto de la #LeyBonilla de no resolverse con toda oportunidad generaría un mal precedente para nuestra democracia; se faltaría al respeto al propio proceso electoral y todos los que participaron en él, incluyendo los ciudadanos, los partidos políticos, candidatos y podría generar una pérdida de legitimidad a las instituciones garantes de dar certeza a estos procesos electivos.

Son varios los preceptos legales que, me parece, se estarían violando entre los que destacaría la aplicación retroactiva a la ley que es justamente lo que aprobó la mayoría del Congreso local de Baja California.

También vulnera las disposiciones referentes a que no deben modificarse disposiciones electorales con el proceso electoral en curso con lo que ha generado incertidumbre, malestar y encono por esta intentona de ampliar un periodo de dos a cinco años.

Ante este panorama, varios han sido los actores políticos que se han pronunciado en contra de la #LeyBonilla incluyendo a prominentes legisladores del propio Partido Morena.  El Gobernador del Estado ha fijado, a últimas fechas, una posición en contra de dicha reforma y por lo mismo esperamos que publique la misma para que los inconformes, en su caso, puedan obrar en consecuencia.

El PAN expulsó de sus filas a los siete diputados locales que votaron a favor de la reforma en comento y la COPARMEX anunció que promoverá un amparo contra la “Ley Bonilla”, así como un juicio político contra los diputados que validaron la reforma que amplía el plazo del próximo gobernador Jaime Bonilla.

Asimismo, y de acuerdo con lo referido por diversos medios, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, hizo un llamado al Congreso de Baja California y a los cinco ayuntamientos de la entidad para dejar sin efecto el decreto de reformas a la Constitución Política Local en donde se contempla la extensión del periodo de gobierno.

Y por si fuera poco y en medio de la incertidumbre que prevalece en Baja California, y de acuerdo a notas publicadas por medios de comunicación, el ex candidato del PRD a la gubernatura de Baja California, Jaime Martínez Veloz, acudió a la Fiscalía General de la República para ratificar su denuncia por la llamada “Ley Bonilla”.  En julio pasado Martínez Veloz interpuso un recurso contra diputados locales por presuntamente recibir sobornos a cambio de ampliar de dos a cinco años la gubernatura del Estado.

Como puede ver amable lector, la trama de la #LeyBonilla parece ampliarse cada día más y, al final, los grandes perdedores son los ciudadanos y nuestra propia democracia. Ese es el tamaño del impacto que, hasta ahora, va dejando en el camino la #LeyBonilla.

¡Hasta la próxima!