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La convulsión de los mercados y el peligro del nacionalismo moderno

En el juego de la especulación, los analistas y manejadores de fondos, han comenzado a incitar la volatilidad de los mercado.

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Escrito en OPINIÓN el

Las últimas dos semanas, los mercados globales han vivido una fuerte oleada de especulación financiera, la cual está precedida de una gran recesión económica iniciada en 2008 y de la que no se ha recuperado la economía mundial.

 

El panorama se nubló previo a la reunión del banco central de los Estados Unidos el pasado 15 de junio, en la que decidió postergar el alza de sus tazas de referencia debido a que el comportamiento de la economía norteamericana todavía es débil.

 

Pero esta vez influyó un factor más, el denominado Brexit, que no es otra cosa que el acrónimo del referéndum que se llevará acabo el 22 de junio próximo, para decidir si Gran Bretaña continúa o no siendo miembro de la Unión Europea, contribuyó a la volatilidad financiera global.

 

El Brexit (Britain-exit) ha cobrado fuerza entre diversos grupos políticos en el parlamento británico que están a favor de salir de la Unión Europa, pues consideran que ser parte de la comunidad, ha contribuido al incremento del déficit de gasto social y está presionando las finanzas públicas del gobierno, lo que se ha traducido, en menor crecimiento económico y en alarmas de desempleo en el reino unido.

 

Los inversionistas globales, están a la expectativa del resultado del referéndum en Gran Bretaña, pues una decisión de salida de la Unión Europea, significará una salida de capitales de las economías emergentes y por supuesto de tierras británicas pues buscarán refugios más seguros, fortaleciendo nuevamente de forma artificial, al dólar estadounidense.

 

Sin embargo, en el juego de la especulación, los analistas y manejadores de fondos, han comenzado a incitar la volatilidad de los mercados y tanto las principales bolsas de valores como la mayoría de las divisas del planeta incluido el peso y el euro, sufrieron la gran volatilidad generada por este escenario durante la última semana.

 

La pregunta sobre qué sucederá en caso de que el Brexit prospere en Gran Bretaña, mantiene en vilo a los inversionistas sobre lo que puede venir en materia económica en lo que resta del año. Y es que la decisión de abandonar la Unión Europea no es solamente es un tema económico, también es un asunto de política global, pues una decisión de salida, estaría reconfigurando todo el mapa de liderazgo político y económico en Europa.

 

Aunque mucho se habla de que la actual recesión global es una segunda versión de la iniciada en 2008, lo cierto es que el planeta no se ha recuperado aún de la crisis financiera provocada por la burbuja inmobiliaria, y las crisis que le siguieron en Europa, acentuaron aún más la recesión de la economía mundial.

 

La recesión de 2008, arrastró a las economías de España, Italia y Grecia; ésta última, la más aguda que ha vivido un país miembro de la Unión Europea. El país helénico, ha debido ser rescatado dos veces en los últimos años, y apenas hace doce meses, el pueblo griego enfrentó un referéndum para decidir si continuaban siendo parte de la Unión Europea. El resultado fue permanecer dentro de la comunidad.

 

Y es que la posibilidad de dejar de ser miembro de la Unión Europea, puede ser más pernicioso para cualquier país que mantener su participación en un mercado en el que los lazos de integración, incluyen aspectos de seguridad nacional, políticos, económicos, financieros, e ideológicos que hacen más difícil extraerse de la comunidad.

 

Tomar la decisión de abandonar la comunidad europea, implicaría no sólo un desorden financiero para el país que considere salir de ella, alterará también el comportamiento y desempeño del resto de los países miembro y de la economía global y ahondará aún más la crisis de países como Grecia, España, Italia o Portugal.

 

Una resolución como ésta, también implica aspectos políticos y de seguridad pues el libre tránsito de las personas entre los países miembro, coadyuvo a desarrollar y generar nuevas fuentes de empleos para quienes quisieran probar suerte en algún país miembro de la comunidad; es decir, existe un mercado laboral con mayores opciones y posibilidades para quienes deciden salir de su país de origen en busca de más opciones laborales.

 

Sin embargo, con una recesión global y un incremento de la migración hacia Europa de miles de desplazados por las guerras de medio oriente o de personas venidas del norte de África y América Latina, han prendido las alarmas entre los grupos políticos conservadores o de extrema derecha para detener el éxodo de personas hacia el continente Europeo, mediante plebiscitos como el Brexit.

 

Hoy día, el riesgo geopolítico es tan importante como el económico, pero es el político el que determina los rumbos a seguir, pues Europa está ante un escenario similar al que provocó la segunda guerra mundial cuando el planeta estaba sumido en una aguda crisis económica, y los sentimientos nacionalistas y proteccionistas, se impusieron al razonamiento científico de la economía.

 

El Brexit es una manifestación clara de ese nacionalismo que se encuentra al límite de prácticas xenofóbicas y raciales que son alimentadas por condiciones económicas de incertidumbre y recesión, muestra de ello, es el lamentable deceso de la diputada de 41 años de edad del partido laborista Jo Cox, que era miembro del parlamento británico, y que esta misma semana, fue abatida por un extremista conservador. La congresista, había hecho campaña para que Gran Bretaña permaneciera dentro de la Unión Europea.

 

Al grito de “muerte a los traidores y libertad para Gran Bretaña”, Thomas Mair asesino de Cox, justificó sus actos que denotan el ánimo de ciertos grupos de extrema derecha que cada vez se hacen más evidentes no sólo en el Reino Unido, también en Alemania, Polonia, Francia, Hungría, Austria y Rusia se están viviendo manifestaciones de corte nacionalistas y de extrema derecha que reclaman su derecho a limitar la entrada de migrantes a sus respectivos países y delimitar sus fronteras, compromisos y obligaciones para con la Unión Europea.

 

Parece ser que el contexto global, está dado para que veamos cada vez mayores manifestaciones nacionalistas, pues quizás ese tipo de expresiones, apenas sea la punta de un iceberg que pocos han visto o nadie quieres ver, pero que cada vez es más evidente cuando observamos personajes como Donald Trump que basa sus discursos en la segregación étnica y racial, al atribuir a los migrante las tribulaciones por las que pasa la economía de los Estados Unidos. Argumentos que también son utilizados en Europa, por los grupos extremistas con el fin de limitar la migración, y encontrar culpables de una crisis económica que ha sido generada, por la perniciosa especulación de los mercados financieros, lo cual además es exacerbado por los actos de terrorismo registrados recientemente en los países europeos.

 

La posible salida de Gran Bretaña de la comunidad Europea, traería complicaciones no sólo económicas y políticas, estaría transformando por completo las relaciones políticas y comerciales entre los países no sólo de Europa, si no de todo el planeta. La humanidad se encuentra ante un latente crecimiento de sentimientos nacionalistas y proteccionistas que en 1939, fueron las semillas que derivaron en la segunda guerra mundial.

 

@ijm14

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