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La arbitrariedad del Ejecutivo

Es tiempo de defender los contrapesos. | Julio Castillo López

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Escrito en OPINIÓN el

El gobierno de López Obrador ha estado constantemente marcado por el autoritarismo arbitrario, el debilitamiento de los contrapesos constitucionales y el silenciamiento de cualquier opinión contraria a su posverdad (la de los otros datos), sin embargo, la ilegal modificación que permite extender el periodo de la presidencia de la Suprema Corte marca otro nivel de atropello a la división de poderes.

Sin embargo, aquí fue mucho más allá de un Ejecutivo autoritario, fue un Senado cómplice en donde fue procesado en la opacidad y con votos que deberán explicar, y es increíble que la misma Suprema Corte y el propio ministro Zaldívar no se hayan pronunciado, su silencio no sólo avala la aberración legal, también denuncia los dos objetivos claros de la reforma: el del presidente López Obrador de mantener su control sobre la Corte y el del ministro Zaldívar de ser el conducto para controlarla quedándose ahí extendiendo ilegalmente su estadía… además, es bien sabido que el mismo Zaldívar es autor o al menos coautor de la reforma y su vinculación con AMLO no es un secreto.

Hace 16 años; el 15 de abril de 2005, frente a la Cámara de Diputados, en función de Jurado, el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, al defenderse en contra del desafuero dijo:

“Al presidente de la República se le volvió una obsesión hacer campaña en mi contra[…] lo acuso (al presidente) de actuar de manera facciosa con el propósito de degradar las instituciones de la República, acuso también, por complicidad, al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por supeditar los altos principios de la justicia y de la Constitución, a las meras consignas políticas ordenadas por los intereses creados del momento. Días antes de iniciar el procedimiento en mi contra, el presidente de la Suprema Corte acudió a un encuentro con el ciudadano presidente de la República para tratar este asunto, olvidándose que su deber no es encubrir las arbitrariedades del titular del poder Ejecutivo, sino el de proteger a los ciudadanos del atropello y del abuso. […] Todo acto autoritario suele encubrirse en un discurso de aparente devoción por la legalidad, lo cierto es que no sólo están envileciendo las instituciones sino haciendo el ridículo. […] que a ustedes y a mi nos juzgue la historia”.

Qué lástima que ahora el presidente obsesionado con hacer campañas en contra de personas sea López Obrador, qué lástima que quienes degradan hoy las instituciones sean Morena, el presidente López Obrador y el ministro Zaldívar y qué lástima que el ministro olvidó “que su deber no es encubrir las arbitrariedades del titular del poder Ejecutivo, sino el de proteger a los ciudadanos del atropello y del abuso”.

Es tiempo de defender los contrapesos porque sino pronto no será la Corte la que extienda sus periodos arbitrariamente. Cada paso que da el gobierno de López Obrador es un paso al autoritarismo y cooptar la Corte no es un paso, es un sato ya no sólo supedita un poder a otro, también anula a los árbitros.