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¿Igualdad para las mujeres?

Jalisco era el primer estado del país con mayor número de asesinatos de mujeres en manos de sus parejas. | Leonardo Bastida

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Escrito en OPINIÓN el

Betsabé abrió la puerta de su casa tras escuchar varios toquidos. Pasaba de la media noche y recién llegaba al hogar donde vivía con sus cinco hijos. Su sorpresa fue mayúscula cuando vio que era su ex pareja, de quien se había separado el mes anterior, e inmediatamente sintió una ráfaga de golpes en distintas partes de su cuerpo.

Una vez derribada en el piso, su agresor comenzó a azotar su cabeza contra el suelo y la sometió para poder amarrarla con un alambre por la cintura. Sin posibilidades de defenderse, con sus cinco hijos gritando y llorando, su victimario le cortó las venas de las muñecas y le clavo un arma punzo cortante en el pecho, provocándole la muerte casi de inmediato.

Vivió por 12 años con su ex pareja, pero a lo largo de estos, se presentaron múltiples episodios de violencia. Ella acudió a denunciarlo en varias ocasiones a la Procuraduría Estatal de Justicia y al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia de la entidad pero lo más que obtuvo fue un citatorio para que su agresor se presentara a las instituciones. Hecho que nunca ocurrió.

A más de tres años de la trágica noche en el municipio de Tlajomulco, Jalisco, el agresor permanece prófugo y sus hijos quedaron huérfanos.

El caso de Betzabé fue uno de los cientos de registrados por los que se decretó la Alerta de Violencia de Género en 10 municipios de Jalisco el pasado diciembre.

Violencia de género

La solicitud de alerta de género documentó un aumento de 59 asesinatos de mujeres al año a 150 durante 2015; 269 asesinatos de mujeres entre 2012 y 2013, de los cuales, sólo 21 casos estaban siendo investigados como feminicidio, y en 2014 existía una sola sentencia dictada por feminicidio en la entidad, además que Jalisco era el primer estado del país con mayor número de asesinatos de mujeres en manos de sus parejas.

La respuesta a la implementación de la alerta de género por parte de la administración gubernamental actual, encabezada por Enrique Alfaro Ramírez, fue la supresión del Instituto Jalisciense de las Mujeres para crear la Secretaría de Igualdad Sustantiva.

Propuesta aprobada por el Congreso de Jalisco, en medio de protestas por parte de decenas de organizaciones civiles, las cuales consideraron que no se llevó a cabo el proceso adecuado para el análisis y debate de la misma, incluida su aprobación en una sesión extraordinaria.

Uno de los argumentos centrales de la propuesta del ejecutivo jalisciense fue que en sus 18 años de existencia, el Instituto no logró hacer permear la perspectiva de género en la administración pública estatal, situación que trajo como resultado la activación de la alerta de violencia de género. Sumado a que la mayor parte del presupuesto, 82 por ciento, se gastaba en pago de salarios.

La Secretaría de Igualdad Sustantiva de Jalisco no sólo atenderá al sector femenino sino que tiene el objetivo de “atender a toda la ciudadanía que ha quedado excluida de tener una vida digna”, según Fela Pelayo, su futura titular, quien ha asegurado que la misión es lograr que los derechos humanos sean efectivos en la vida cotidiana de las personas.

La reforma será impugnada por parte de un sector del Congreso jalisciense, el cual buscará que el asunto llegue a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que sea decretada su inconstitucionalidad. Organizaciones civiles, muchas de ellas, peticionarias de la alerta de género, se han sumado a este llamado.

Igualdad

De acuerdo con ONU Mujeres, la igualdad tiene varias vertientes. La igualdad de género consiste en reconocer la discriminación histórica padecida por las mujeres y la implementación de acciones para eliminar dichas desigualdades a fin de acortar las brechas existentes entre hombres y mujeres.

Para lograrlo, se requiere la garantía de otro tipo de igualdades. La formal o de jure, cuya finalidad es que los derechos humanos sean comunes y alcanzables para todas las personas, y la sustantiva, posible cuando las leyes y políticas públicas garantizan que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en las distintas esferas sociales y personales y exista un contexto adecuado para lograrlo.

La pregunta que surge ante la situación es cuál es la intención de este cambio. ¿Lograr que las leyes y políticas públicas garanticen a las mujeres las mismas oportunidades que los hombres o reducir las brechas (económicas, políticas, sociales, culturales) profundas existentes entre ambos sectores?

Por el momento, parece que la respuesta apuesta más por el terreno de lo legal pero no el sociocultural, ese que permite que al año haya más de 100 feminicidios en la entidad y centenas de actos de violencia física, psicológica y sexual hacia las mujeres sin que se investiguen o castiguen, e incluso, se atreva a cuestionar su calidad de víctimas.

La perspectiva de género

@leonardobastida | @OpinionLSR | @lasillarota