Los que están preocupados son los altos mandos de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), quienes dan un seguimiento minucioso a las acciones de ICA. En la última semana, van varias veces que deciden suspender la cotización para evitar un daño mayúsculo a la empresa y al mismo mercado.
Lo mismo ocurre con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) quien conminó a los directivos de la compañía a dar a conocer cualquier evento relevante –por mínimo que sea- respecto a su futuro financiero y operativo.
La preocupación entre los analistas por ICA es tal, que muchos la catalogan como “altamente riesgosa”, por lo que no recomiendan invertir en ella ni siquiera con fines especulativos.
Aunque ahora es diferente y mucho más grave, esta no es la primera vez que la constructora se encuentra al borde de la quiebra. En 2003, la compañía se encontró en una situación similar, pero logró salir a flote con una emisión de capital.
Sin embargo, en este momento, los únicos segmentos rentables para la compañía -y en los que menos se enfocó-, son el de concesiones y aeropuertos; en la actualidad cuenta con 14.32% de las acciones del Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA).
Pero ¿qué sigue?, los más enterados vaticinan poco probable que las negociaciones de la constructora con los acreedores sea exitosa y en consecuencia, hay una alta probabilidad al concurso mercantil.
El problema es que ante un escenario de quiebra se esperaría una severidad de la pérdida para los acreedores cercana al 5%, lo que significa que el valor remanente para el accionista sería de cero.
Mala apuesta
Roberto Alcántara Rojas, de quien se dice que es uno de los empresarios consentidos del presidente Enrique Peña Nieto, no le ha ido tan bien con sus últimas apuestas.
Resulta que para el magnate y presidente de Grupo Toluca, su inversión de 100 millones de euros en PRISA, que controla el periódico El País, no ha sido tan rentable.
El tema, según nos cuentan, es que para solventar la compleja situación financiera de la compañía española, algunos de los altos mandos de PRISA podrían buscar apoyo en más inversionistas, lo que permitiría sacarla a flote.
Este sería el segundo negocio en el que el empresario no se llevaría una estrellita en la frente. El primero fue Bancrecer, cuyo control lo tomó el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB). Este intermediario recibió una inyección de capital por 102 mil millones de pesos por parte del gobierno, lo que lo ubica como una de los más costosos en la historia de la banca mexicana.
Por lo pronto, el mexiquense echará toda la carne al asador a su empresa VivaAerobús, cuyos planes son de los más agresivos de la industria para los siguientes años y si bien por el momento no prevén reanudar su intención de listarse en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), esa posibilidad la podrían retomar en el 2017.
Así las cosas…