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El apagón y la transición energética

El mega apagón fue un episodio más que ha expuesto la seguridad energética de México. | Alicia Fuentes

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Escrito en OPINIÓN el

Más allá de que si fue o no un incendio el causante de que más de 10 millones de mexicanos se quedaran sin electricidad por casi tres horas el pasado 28 de diciembre, el hecho es que el mega apagón fue un episodio más que ha expuesto la seguridad energética de México, ahora en términos del estado que guarda la red de suministro eléctrico.

Como en otros países, la electrificación en México es la pieza clave durante la transición energética baja en carbono, y la intermitencia de las renovables ya plantea el reto diario de contar con suficiente capacidad de generación para cubrir la demanda y garantizar la confiabilidad de la red sin que esto represente mayores costos y pérdidas técnicas.

Si bien hasta ahora el suministro de electricidad en México funciona relativamente bien y el 99% de los hogares cuenta con el servicio de energía eléctrica, la gran dependencia y la baja extracción de combustibles fósiles en el país plantean retos que de postergarse podrían generar problemas para cubrir el creciente consumo nacional en un futuro no tan lejano, por lo que limitar la producción de electricidad proveniente de energías renovables, como lo ha asegurado Manuel Bartlett actual titular de la CFE, es más que absurdo a estas alturas.

Hasta ahora, el conjunto de tecnologías utilizadas en el sector eléctrico ha permitido cubrir la demanda de 43.4 millones de usuarios a nivel nacional, entre ellos empresas, hogares, comercios, servicios públicos y agricultores. Sin embargo, el hecho de que la SENER prevea que el consumo de electricidad crecerá un 382% hacia 2032, supone que el 100% del consumo de electricidad no lograría ser cubierto, especialmente si se considera la fuerte dependencia que el sector eléctrico tiene del gas natural, cuya mayoría proviene del exterior, y a la necesidad de descarbonizar la producción de energía para combatir al cambio climático. 

Una de las metas gubernamentales es que el 35% de la electricidad sea producida por energías limpias para 2024, para ello, según la IRENA, el 81% que hoy ocupan los hidrocarburos en la generación de electricidad deberá pasar a un mínimo de 40% para 2024, un objetivo inalcanzable si se insiste en restringir el uso de energías renovables, especialmente las que provienen de la iniciativa privada. Hoy en día ya hay grandes empresas operando en México que han aprovechado el Mercado Eléctrico Mayorista y los Certificados de Energía Limpia creados con la reforma energética de 2013, y han optado por producir su propia energía a partir de fuentes renovables; entre dichas empresas se encuentran Audi, Alsea, Bimbo, CEMEX, Deacero, Femsa, General Motors, Grupo Modelo, Heineken Cuauhtémoc Moctezuma, José Cuervo, Nissan, Nestlé, Soriana, Volkswagen y Walmart.

Lo anterior, sin embargo, denota que las empresas privadas están tomando en sus manos su propia seguridad energética a través de los esquemas de autoabastecimiento a base de energías renovables y en la que por ahora prácticamente la tarea primordial del Estado mexicano es la ampliación y adecuación de las redes de transmisión y distribución para aprovechar los excedentes de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables que el sector privado transfiera a la CFE. 

Por supuesto, se requiere asimismo atender las pérdidas técnicas y no técnicas en la red de transmisión, incluido el huachicol eléctrico, que aunque han disminuido representan pérdidas económicas a la CFE por un monto de 54.845 millones de pesos, lo que en términos de seguridad energética constituye una ineficiencia importante y el doble de los niveles de los países de la OCDE. Por otra parte, la integración de todo el Sistema Eléctrico Nacional y la expansión de la capacidad de transmisión son esenciales para garantizar la integración de las energías renovables y avanzar hacia la meta del 35% de energía limpia en la generación de electricidad para 2024. Para ello es indispensable conectar Baja California y Baja California Sur, que tienen importantes recursos de energía solar y eólica, al Sistema Interconectado Nacional y quizá considerar un intercambio mayor de energía renovable con California.

Todo lo anterior resalta la necesidad de soluciones técnicas y no a un debate político como lo hace la CFE, es obvio que en estos momentos de transición energética se deben superar los traumas sobre el papel estatal en el sector eléctrico y trabajar en reglas claras de operación del mercado para la conexión a la red eléctrica y el acceso para fomentar el desarrollo de capacidad de energía renovable.