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Diorama

Esta semana en DIORAMA, aquí mis recomendaciones literarias. | Jorge Iván Garduño

Por
Escrito en OPINIÓN el

 

El loro de Flaubert (Anagrama) de Julian Barnes. Un despliegue de gran audacia técnica y elegante virtuosismo, al servicio de una amenísima trama en la que se alterna la ficción con hechos reales muy imaginativamente ordenados. Un libro que ha tenido un extraordinario éxito, tanto de crítica como de ventas, y ha recibido numerosos galardones.

Esta novela no trata sólo del loro que aparecía en Un corazón simple, sino también de ferrocarriles y de osos; de Francia y de Inglaterra; de la vida y del arte; del sexo y de la muerte; de George Sand y de LouiseColet; de los (odiados) estudiosos de la obra de Flaubert y de las virtudes del lector «aficionado». Y todo ello de la pluma de un enigmático narrador, el doctor Braithwaite, apasionado de Flaubert, cuya vida y secretos nos son progresivamente desvelados.

Amores solitarios (Roca Editorial) de Morgane Ortin. ¿Quién ha dicho que la sentimentalidad es algo cursi?

El sentimiento es la vanguardia.

El romanticismo intemporal moderno.

Y Amores solitarios es el manifiesto de esta nueva era.

Porque en el pasado, los enamorados se intercambiaban cartas.

Hoy, se envían mensajes de texto.

Sin embargo, la poesía no ha desaparecido nunca.

Amores solitarios es el manifiesto del amor moderno, del amor 2.0, que reagrupa cientos de mensajes de amor anónimos. Desde que creó la cuenta de Instagram Amours solitaires (@amours_solitaires) Morgane Ortin ha recopilado miles de conversaciones íntimas de amantes anónimos. Palabras dulces, palabras crueles, exaltadas, eróticas, simples, divertidas, sensuales, hábiles, dulces, alocadas.

Morgane ha seleccionado 278 de estos mensajes que, a través de un maravilloso y lírico montaje, y ha reunido para componer ahora en forma de libro la gran y hermosa historia de amor que estás a punto de leer.


Ellos (Periférica & Errata naturae) de Francine du Plessix Gray. Ésta es la historia real de unos padres muy singulares, pero también la historia de su hija, la estupenda narradora de unas páginas fascinantes. Al mismo tiempo que, con rigor e inteligencia, nos lleva de la mano por las vidas de su familia —de Rusia y Francia a Estados Unidos—, Francine retrata a la perfección una época mítica e irrepetible. Sus padres son tan exitosos (una diseñadora de sombreros y un director de revistas de moda) como, en ocasiones, egocéntricos; tan seductores como insufribles; pero ella siempre sabe extraer una lección tanto del carácter ajeno como de la vida que le ha tocado vivir: entre el exilio y el glamour, entre el lujo y las pérdidas…

Tatiana Yákovleva, la madre de la autora, se convirtió en la musa del famoso poeta Vladímir Maiakovski cuando éste se enamoró de ella. Al poco, renunció a este romance y se casó con un vizconde francés: Bertrand du Plessix, el padre de Francine. Tras su muerte —el avión que pilotaba fue abatido por los nazis—, Tatiana comenzó a vivir con Alexander Liberman, un ambicioso artista hijo de un prominente judío ruso. Un año después de la ocupación de París en la Segunda Guerra Mundial, huyeron a Nueva York con la joven Francine. Allí, los sombreros de Tatiana llegarían a ser también un icono y Alexander, después de dirigir primero Vogue, estaría al frente de todo el imperio de revistas Condé Nast. Extravagantes, brillantes y audaces, los dos eran irresistibles para los amigos que frecuentaban sus fiestas, como su íntima Marlene Dietrich o diseñadores de la talla de Christian Dior e Yves Saint-Laurent.

En estas memorias tan novelescas hay mucha verdad, encanto, placer y conocimiento, además de una mirada única sobre algunos de los momentos más relevantes del siglo XX.

 

Dinosaurios bebés (Océano Travesía) de Alejandra Ortiz Medrano y Gabriel Ugueto. No faltan libros en los que los dinosaurios son representados como criaturas enormes y terribles, enzarzadas en una lucha interminable por devorar o ser devorados. Pero también los tiranosaurios y los triceratops fueron pequeños. ¿Cómo se veían los bebés de los dinosaurios? En este libro de cartón se muestran 10 especies de animales prehistóricos que apenas dan sus primeros pasos. Algunos se parecen un pájaro actual –hoy sabemos que muchos dinosaurios tenían plumas— y otros encantadores pequeños son distintos a cualquier criatura viva. En las imágenes del experto herpetólogo e ilustrador Gabriel Ugueto los bebés de la prehistoria cobran vida para encender el interés perdurable tanto de niños como de niñas por estas carismáticas criaturas.

Imagina que no hay cielo (Gran Travesía) de Antonio Malpica. En el México de los años noventa, buena parte de la población enfrenta la mayor crisis financiera que el país ha visto en la historia reciente. Entre las víctimas están los hermanos Oroprieto Laguna, dos muchachos que huyeron de su pueblo —y de su tiránica madre— antes de cumplir la mayoría de edad. Pero ahora la tremenda inflación y la caída del peso los llevarán de vuelta a sus raíces, de regreso con Mamá Oralia a San Pedrito Tololoapan, donde Neto y Jocoque habrán de encontrar una manera de ablandar el duro corazón de su madre y mendigar aunque sea un poco de su amor… O ya de perdida, un mucho de su dinero.

En esta divertida comedia de circunstancias, Antonio Malpica nos enseña que, si bien uno no elige a su familia, bien puede escoger cómo fregarla.

Roboters. Código troglodita (Montena) de Tom Helix. Tras descubrir que C-R3BRO, el robot que creó Gala, los puede llevar atrás en el tiempo, Hugo, Gala y el Profesor lo tienen clarísimo: de momento van a mantenerlo en secreto.

Esta vez deciden vivir esta nueva aventura en la PREHISTORIA pero... ¿Serán capaces de regresar al presente antes de que se los coma un dinosaurio?

Coco. La guía esencial (Altea) de Disney Pixar. Acompaña a Miguel en la aventura de su vida. ¡Descubre los secretos de la familia Rivera! ¡Explora la misteriosa tierra de los muertos! ¡Prepárate para la música!