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Contra la corrupción, se necesitan denuncias

El ciudadano necesita más que promesas y muestras de buena voluntad.

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Escrito en OPINIÓN el

El Barómetro Global de la Corrupción 2019 para América Latina elaborado por Transparencia Internacional ofrece indicaciones de progreso en la lucha contra la corrupción del nuevo gobierno. En comparación con los dos últimos años, en 2019 el 21% de las personas opina que hubo una reducción de la corrupción durante los 12 meses anteriores, un aumento de 15 puntos desde 2017. Aún más positivo para el gobierno, una mayoría, 61%, califica de “bien” el trabajo del gobierno actual en la lucha contra la corrupción. En 2017, sólo 24% compartió esta opinión: un cambio dramático de 37 puntos.

Estos resultados son positivos y sin duda muestran el buen trabajo del gobierno. Por supuesto, hay otros resultados de la misma encuesta que no son tan alentadores y que señalan que todavía hay mucho por hacer en este campo. Por lo que en esta ocasión me enfocaré en los retos y las oportunidades que enfrenta el gobierno en un área muy específica, esto es: las denuncias por parte de la ciudadanía.

Al respecto, 79% de las personas encuestadas creen que el ciudadano es parte de la solución de la corrupción – donde un 90% considera que la corrupción es un “problema grave” –. Si esto es así, podemos afirmar que una parte fundamental de la solución es denunciar la corrupción. Sin embargo, sabemos que pocos lo hacen; algunos no saben cómo hacerlo; una buena parte podrían denunciar, pero tienen miedo; y el resto de las personas lo consideran inútil.

De acuerdo con el Barómetro, 77% de los encuestados opina que la gente teme a represalias al denunciar un acto corrupto; sólo 21% creen que uno puede hacerlo sin miedo. En otra pregunta, 61% duda de que denunciar un caso de corrupción resultaría en una acción contra el servidor público, es decir, que no pasa nada.

Estos resultados, como otras encuestas a través de los años recientes, nos arrojan cierta luz sobre las oportunidades, los retos, y los instrumentos inmediatos que habrá que focalizar para combatir la corrupción con aciertos. Así, por ejemplo, que la gente tenga la disposición de participar en el combate a la corrupción es la oportunidad; el reto entonces es aumentar su participación en las denuncias. Y los medios para lograrlo son los factores que explican de porque no denuncian. Es decir, por miedo, por la creencia de que no vale la pena ya que no pasará nada – como indica el Barómetro –, por no saber los procesos de denuncia y porque en algunos casos el ciudadano recibe un beneficio durante el acto corrupto.

Hay varios métodos para enfrentar estas deficiencias y de esa manera aumentar la participación de la ciudadanía en el combate a la corrupción a través de las denuncias. Identificado como uno de los 5 ejes o prioridades de la nueva SFP, el gobierno está trabajando en algunos de estos y empezando a lograr resultados. El nuevo programa de Alertadores Internos y Externos anunciado en Julio, por ejemplo, ofrece un nuevo sistema de denuncias, donde es más fácil lograrlo a través del Sistema Integral de Denuncias Ciudadanas (SIDEC), pues protege la identidad del denunciante, además de ofrecer atención y consejos individuales al denunciante, asimismo da seguimiento del caso, y mantiene comunicación directa con el “alertador” durante el proceso.

Otros nuevos programas de la SFP que también deben fortalecer la denuncia son el programa de Atención a las Victimas de la Corrupción, que atiende a los efectos del abuso de poder, y el programa de Integridad Empresarial, con lo cual se promoverá la ética y programas de anticorrupción dentro de las empresas privadas.

Por supuesto, la denuncia y la participación ciudadana están basadas fundamentalmente en la confianza: y esta se obtiene siempre y cuando valga la pena denunciar y que ello garantice que no habrá represalias.

Los resultados iniciales son alentadores. Se ve en el Barómetro con la evaluación popular sobre el trabajo anticorrupción del gobierno actual, y se reafirma con el aumento de denuncias en tan poco tiempo; pues de acuerdo con el Informe de Labores de la SFP, las denuncias incrementaron 30% durante la primera mitad del año en comparación con el mismo periodo del año pasado.

El hecho que la SFP haya aumentado sustancialmente el número de auditorías e investigaciones desde diciembre también ha ayudado a fomentar la confianza de que las denuncias desencadenan efectos. Sin embargo, queda mucho trabajo por delante. Para ganar la confianza de la ciudadanía, la gente necesita saber lo que está ocurriendo contra la corrupción y la impunidad. Necesitan ver los ejemplos de cambio y éxito, y necesitan la motivación. La gente tiene que estar informada de los nuevos programas, de las nuevas garantías que les protegen si denuncian, y de que si denuncian tendrá un efecto fundamental.

Hay que promover las historias y los casos, y difundir el programa. Todos tienen que saber el proceso y los mecanismos para denunciar; las personas tienen que ver que es fácil ser parte de la solución. El ciudadano necesita más que promesas y muestras de buena voluntad. Tienen que conocer las evidencias de que de verdad ha habido un cambio.

Para obtener su confianza, los ciudadanos tienen que estar convencidos de que ellos son parte de la solución, pero también de que la situación ha cambiado y que ellos juegan un papel fundamental mediante la denuncia de actos de corrupción. Además de la difusión gubernamental en los medios de comunicación, tal vez la SFP puede formar grupos, tal vez de alumnos que se vuelvan replicadores con las comunidades para informar y promover los programas. Para hacer más fácil la denuncia, puede crear una App para reportar actividad sospechosa o subir un video de un servidor aceptando una mordida, o incluso volver a emplear usuarios simulados.

Incluso de alguna manera hay que promover la denuncia en aquellos casos donde el ciudadano se ve “obligado” y obtiene un beneficio de algún servicio o trámite; y en estos casos, privilegiar la denuncia sin afectar al ciudadano que busca que estos casos no se repitan en su actuar cotidiano. En otras palabras, se debe incentivar a las denuncias como una herramienta fundamental en el combate a la corrupción.

No cabe duda que es una obligación del gobierno, y de la SFP en particular, la implementación y difusión de los nuevos programas, además de fomentar la confianza necesaria para que funcionen. Que la ciudadanía y las personas servidoras públicas denuncien la corrupción es clave para cambiar la cultura política que facilita (no causa) la persistencia de la corrupción. Enfrentar estos retos requiere todo el esfuerzo del gobierno. Los buenos resultados del Barómetro deben de inspirar a la SFP para que expandan y fortalezcan su trabajo en este campo.

*Stephen D. Morris

Doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Arizona Colaborador de Integridad Ciudadana A.C. Actualmente es profesor titular en el Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en Middle Tennessee State University y participa en el Mexico Institute del Baker Center of Universidad de Rice (Houston, Texas).

Integridad Ciudadana

Es una asociación no lucrativa, independiente, sin afiliación partidista, que se creó en 2008 por un conjunto de profesionistas provenientes de diferentes disciplinas. Poco a poco, Integridad Ciudadana fue involucrándose en proyectos relacionados con el análisis y el diseño de las políticas públicas de los gobiernos locales; su planeación, evaluación y fiscalización, así como con su desarrollo urbano regional y el impacto que todo ello genera en el hábitat y por tanto en la calidad de vida.

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