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Conferencia Silvia Federici

La violación y el asesinato de niñas, adolescentes y mujeres es el extremo del ejercicio de un poder desquiciado y en México, impune | Teresa Priego

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Escrito en OPINIÓN el

La violencia doméstica, golpear a la mujer, ha sido siempre tolerada por el Estado, nunca ha sido considerada una verdadera violencia, un asalto al cuerpo de la mujer, una falta fundamental de respeto y un ataque fundamental a su cuerpo… Como se ha aceptado la idea de que golpear a un niño o niña en la familia, no es una falta de respeto, no es un ataque al cuerpo del niño o de la niña… Si como mujeres reclamamos respeto a nuestro cuerpo, reclamamos el fin de la violencia, debemos al mismo título reivindicar el fin de la violencia contra los niños y las niñas. Es sumamente importante que un movimiento de mujeres contra la violencia, ponga esta realidad en el centro de su programa

Silvia Federici

La escritora y académica feminista Silvia Federici, Profesora Emérita de la Universidad Hofstra en Nueva York, vino a México para participar en el Segundo Congreso de Comunalidad organizado en Oaxaca. El 9 de marzo, invitada por el Centro Vlady de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, ofreció la conferencia: “Violencia contra las mujeres y acumulación capitalista”. Una pensadora fundamental para los feminismos, desde la corriente del feminismo autónomo, autora de obras que ya son un clásico: Calibán y la bruja: mujeres, cuerpo y acumulación originaria. Y, en 2013: Revolución en punto cero: trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas.

Cuál es el lugar que de manera obligada ocupan hombres y mujeres de las clases trabajadoras, atrapados en el sistema capitalista, desprovistos de sus formas originarias de producción, alienados en la maquinaria de una producción de riqueza que los excluye. Federici analiza –y esta es una de sus aportaciones más enriquecedoras– cómo el trabajo reproductivo y de cuidados a cargo de las mujeres, invisibilizado y no asalariado, ha sido el piso que sostiene al capitalismo, generador en consecuencia de “una violencia sistémica contra las mujeres”. En Calibán y la bruja afirma que no es casual esa sincronía entre los comienzos del sistema capitalista y las atroces cacerías de brujas que marcaron la historia de occidente.

Si las mujeres eran (como siguen siendo), quienes mantenían la cohesión en sus comunidades de pertenencia, perseguirlas era fragilizar los lazos sociales, desgarrar los tejidos de convivencia y producción. Una mujer denunciada por “brujería”, era torturada hasta que denunciaba a sus compañeras, era obligada a traicionarlas. Quemadas vivas en las plazas públicas, como un mensaje muy claro: 

Si quieres sobrevivir, tienes que someterte. A partir del siglo XVI, el capitalismo había desarrollado formas de violencia específica contra las mujeres… destruir los medios de producción, los medios de subsistencia que los trabajadores tenían antes del desarrollo del capitalismo... Así estaban obligados a someterse a cualquier forma de explotación. Se debía destruir también cualquier forma de poder social de abajo, las formas de solidaridad, de comunalidad que se habían fortalecido durante la guerra contra el poder feudal… y que sostenían sobre todo las mujeres.

           

Esa “caza de brujas”, regresa con el creciente aumento de la violencia contra las mujeres. Si bien, explicita Federici, toda forma de violencia se ha incrementado, la violencia específica contra las mujeres ha crecido de manera cuantitativa y cualitativa: 

Es claro que esta violencia de los hombres no se podía desplegar en la forma en la cual se despliega sin un gran nivel de impunidad… y un mensaje de que las mujeres son hostiles a los hombres, cuán perversa es la cultura popular que manda mensajes a las nuevas generaciones en donde las mujeres son representadas como antagonistas a los hombres, con una sexualidad agresiva, como un peligro para los hombres. No se puede separar la violencia contra las mujeres de la violencia en la política económica y de la violencia institucional

Así como legitimizar los insultos y los golpes hacia las niñas y los niños (dentro de la familia), como “medidas educativas” es inaceptable y reproduce la violencia cotidiana y brutal, también es inaceptable educar a los varones en la falta de respeto hacia las mujeres, a sus cuerpos, a sus vidas, recrear fantasmas de mujeres “peligrosas”, cuyo sueño máximo sería controlarlos y dominarlos. Esos niños, esos adolescentes, esos hombres son empujados a vivir a la defensiva: 

La mujer agresiva sexualmente, como la representan en los cines, armadas, le está diciendo a los hombres: mírala, esta es tu enemiga… con la nueva liberalización de la economía se ha expandido muchísimo el trabajo sexual, es una forma clásica de sobrevivencia para las mujeres, servir sexualmente a los hombres expone a muchos peligros, o vender en la calle, o migrar, las mujeres que cruzan la frontera hacia México para ir a Estados Unidos toman anticonceptivos semanas antes porque ya saben que van a ser violadas

Los hombres están frágiles, porque sus vidas como proveedores se han fragilizado: un salario ya no son suficiente para mantener a una familia. Federici afirma que la salida de las mujeres hacia el trabajo asalariado, su búsqueda de autonomía, ha convertido esa fragilidad en rabia. Sí. Y en miles de casos en un ciego deseo de “venganza” que se traduce en acoso sexual, violación, feminicidio. La violación y el asesinato de niñas, adolescentes y mujeres es el extremo del ejercicio de un poder desquiciado y en México, impune. 

Se ha incrementado el antagonismo masculino frente a las mujeres que tiene muchas raíces. Tantos hombres intentan recuperar los recursos que han perdido con la neoliberación del trabajo… intentan recuperar su poder por la crisis que han sufrido, a través de la violencia contra las mujeres

¿Cómo resistir?

El final de la conferencia de Silvia Federici trata de “¿Cómo resistir?” Habla de las marchas inmensas que tomaron las calles en varias ciudades del mundo, (no fue, tristemente, el caso de la ciudad de México), y de la urgencia de encaminar “esa fuerza” hacia nuestras reivindicaciones

¿Cuáles son las políticas públicas que nos sirven para parar esta violencia? La posibilidad de apropiarnos de formas de sobrevivencia… de reconstruir el tejido social… no solo en el campo, también en la ciudad se ha destruido el tejido comunitario y se vive en condición de aislamiento, de vulnerabilidad… re-crear el tejido social, crear formas mas colaborativas de reproducción, compartir los problemas que tenemos, crear redes de mujeres que conocen sus problemas, que conocen su historia para apoyarse

Para quien esté interesado en escuchar la conferencia completa: https://www.facebook.com/Desinformemonos/videos/1915391685169181/

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