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Bloqueo económico: la mejor vacuna contra el comunismo

Vacunas y alimentos, son imperiosamente estratégicos para contener y mantener la paz social. | Ismael Jiménez

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Escrito en OPINIÓN el

Poco más de 60 años de bloqueo económico, terminan por causar estragos en cualquier nación, por más que ésta se resista a los cientos de dosis que desde los Estados Unidos, se suministra a todas aquellas naciones que consideran hostiles a sus principios de “democracia y libre mercado”.

Actualmente, además de Cuba y Venezuela, Estados Unidos tiene bloqueos y/o embargos económicos a cuando menos diez naciones más. Irán, China y Turquía, son las naciones más destacadas después de los países latinoamericanos.

En este espacio, advertimos que el suministro de vacunas y apoyos humanitarios, serían fundamentales para controlar o desestabilizar a los países más vulnerables y que las inoculaciones contra el SARS Cov2, serían utilizados como armas de cambio contra aquellos países que los Estados Unidos consideraran hostiles contra los principios de “libertad” que dicha nación pregona.

Las protestas en Cuba, suceden en un marco en que los contextos, no pueden, ni deben quedar al margen cuando a nivel mundial, está en disputa la hegemonía unipolar de los Estados Unidos contra la influencia de Irán, China y Rusia en Asia y Oriente Medio.

Cuba había anunciado 36 horas antes de iniciadas las protestas, haber conseguido en sus laboratorios paupérrimos, el principio activo para producir la vacuna contra el coronavirus. El bloqueo inhumano, impide a todas aquellas naciones bloqueadas por los Estados Unidos comprar, vender o intercambiar medicamentos, independientemente del que se trate.

Contexto que tiene a los cubanos y venezolanos en la indefensión y dejados a su suerte al no pertenecer al grupo de las naciones bien portadas y así catalogadas por los Estados Unidos. Cierto en ambos países, parece ser que los contagios y decesos por Covid-19 no son tan altos, por una simple razón. Al ser países marginados, el tránsito de personas llegadas del exterior, es menor que en el resto de los países.

De cualquier forma, en ambas naciones, hay una gran cantidad de contagios y decesos como en cualquier otro país incluido el principal fabricante de vacunas que son los Estados Unidos. Pero comenzar las protestas al mismo tiempo que anuncian que han conseguido su propia vacuna, no puede quedar fuera de una sombra de “sospechosismo”.

Días atrás, previo a que el gobierno cubano diera a conocer la consecución de su vacuna, se alzaron muchas voces en Europa y desde China, Rusia e Irán para que se levantara el bloqueo económico a Cuba. De hecho, hubo pronunciamientos desde el parlamento europeo al respecto. A las que se sumaron, algunas voces en Latinoamérica.

Estados Unidos, fue señalado de genocida en algunas de esas proclamas pues no solo se condenaba, el que la isla, no sólo no podía comprar y ni vender vacunas. Tampoco pueden adquirir alimentos, ni ningún otro material médico necesario para atender la emergencia sanitaria.

Las vacunas y los alimentos, son imperiosamente estratégicos en este momento para contener y mantener la paz social en todos los países del mundo, al mismo tiempo que, enfrentamos una pandemia que aún no termina y no sabemos cuándo lo hará.

En el mundo, ya hay varios focos amarillos en los que la gente comienza a ser presa de la desesperación ante la falta de alimentos, medicamentos y vacunas para enfrenar el coronavirus. Sudáfrica, lleva una semana consecutiva de protestas.

Mientras esto sucede en ese lado del planeta, en Asia y Oriente Medio, se vive una “rebelión” que le disputa el liderazgo mundial a los Estados Unidos en el que el bloque Irán-China-Rusia, mantienen en alerta máxima sus ejércitos ante la presencia de buques ingleses, estadounidenses y de la OTAN en las inmediaciones de los espacios aéreos y marinos de dichas naciones.

En Cuba como en Venezuela, la normalidad regresará en el momento que caigan los bloqueos económicos y los Estados Unidos, respeten el principio de la autodeterminación de los pueblos.