El pasado 15 de febrero, el diario Reforma publicó una encuesta nacional de vivienda realizada entre el 8 y el 11 del mismo mes a una muestra representativa de 1,200 adultos. Muchos aspectos son de destacarse en este ejercicio, pero resaltaré tres que considero los más significativos.
En primer lugar, debemos destacar que no causa sorpresa, al menos hasta el momento, que Andrés Manuel López Obrador se mantenga por arriba de las preferencias electorales para Presidente de la República con un 33%. Pero el dato más significativo es que Ricardo Anaya alcance ya un 25% de dichas simpatías, recordando que en noviembre de 2017 se ubicaba en un 19%, es decir, es quien más ha crecido en el periodo de precampaña con 6%. López Obrador creció dos puntos porcentuales en el mismo periodo.
El caso de José Antonio Meade es también significativo, ya que estaría obteniendo el 14% de las simpatías electorales y sería el único precandidato que de noviembre de 2017 a febrero de 2018 descendió en las preferencias ciudadanas al pasar de un 17% al 14% referido. Este dato negativo, según Reforma y con cual coincidimos plenamente, está asociado a la evaluación del Presidente de la República, en virtud de que el 79% de la población considera que el país va por mal camino; el mismo porcentaje desaprueba la forma en que el Ejecutivo está realizando su trabajo.
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AMLO inspira confianza
Un segundo aspecto importante son los atributos positivos de los precandidatos. De los 9 atributos medidos en este ejercicio, López Obrador se queda con 8, destacando que es el que inspira más confianza, haría más por las personas, gobernaría mejor, respetaría más a las instituciones, representaría mejor a México en el mundo, combatiría la corrupción, mejoraría la situación económica y acabaría con la inseguridad. Ricardo Anaya solo está mejor posicionado en que es más inteligente, aunque en algunos otros atributos va muy de cerca con López Obrador, como es que representaría mejor al México en el mundo.
Entre los atributos negativos destaca que a López Obrador lo perciben como el que “robaría menos”, pero José Antonio Meade resulta con el mayor número de atributos negativos, destacando el de que “solo beneficiaría a los influyentes.”
El último aspecto que considero muy relevante y del que seguramente se harán más mediciones en su oportunidad, está relacionado con la forma en que votaría la población electoral. Al respecto destaca que López Obrador y Ricardo Anaya se disputan al electorado más joven, a la vez que a la población de 50 años y más, así como parecerían empatar con la población femenina.
Pero el dato más relevante es el de la escolaridad. Según Reforma, para el caso de López Obrador, entre mayor escolaridad de la población electoral, mayor simpatía por él, “así votarían…” en un 43% los que tuvieran un grado universitario o inclusive mayor, seguido de un 37% de quien tenga un nivel de escolaridad de preparatoria o equivalente; un 32% votaría por él con nivel de secundaria y un 25% hasta primaria. Para el caso de Ricardo Anaya, el mayor segmento de la población que votaría por él se ubicaría entre la escolaridad de primaria, secundaria, preparatoria o equivalente. Y respecto a José Antonio Meade los número están más o menos equilibrados en todos los niveles, aunque solo el 10% de la población electoral con nivel universitario o más, lo preferirían.
Por supuesto que en este ejercicio muy completo llevado a cabo por el Reforma, existen otros datos que habrá que analizar y registrar para compararlos con otros resultados que se vayan publicando en diversos medios de comunicación.
Lo importante es contar con un panorama de cómo están los precandidatos hasta el momento a poco más de un mes de que inicien formalmente las campañas electorales.
Por supuesto que usted, amable lector, tendrá la mejor opinión.