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AMLO y la prensa

Del “a ver si aprendes algo” al “no se portan bien” | Jorge Ramos Pérez

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Escrito en OPINIÓN el

En torno a la mesa estaban los tres periodistas. Hacía calor. El restaurante ubicado a pie de carretera en los rumbos del Valle del Mezquital, en Hidalgo, copado por reporteros que cubrían la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006.

El entonces candidato caminó hacia ellos. Uno había publicado una crónica sobre protestas en contra de José Guadarrama Márquez y que el día anterior habían perseguido a López Obrador en cada mitin. “A ver si aprendes algo”, dijo el político y lanzó sobre la mesa un ejemplar del diario La Jornada.

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En el salón del Palacio del Ayuntamiento en el que daba sus conferencias “mañaneras” convivían los humores de los reporteros y alguno que otro columnista, conductor de programas noticiosos y hasta bufones que asistían con el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.

“¿De qué medio eres?”, atajaba López Obrador cuando le hacían preguntas incómodas. A quien habitualmente lo cubría, López Obrador había aprendido a sortearlo con habilidad, incluso a los más duros. “No importa lo que le preguntes. Siempre te va a contestar lo que quiere”, justificaban los reporteros. Se hizo famosa la frase de Andrés Manuel: “Lo que diga mi dedito”, para negar o rehusarse a contestar.

Si alguien se empeñaba en ser crítico había que luchar en varios frentes, no sólo el de las burlas, comentarios y no respuestas del jefe de gobierno, también de otros periodistas o las rechiflas de los camarógrafos, que parecían encantados con los chistes de López Obrador y a quienes decía que iba a mejorar sus salarios en los medios en caso de llegar a la Presidencia. Había cierta camaradería con su fuente, como se denomina a los reporteros que cubren una actividad de manera cotidiana.

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En la sala para recoger equipaje del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, al llegar de una gira por el norte del país, el reportero pidió una entrevista formal a López Obrador. Era la campaña presidencial de 2006. “No, es que no has entendido el proyecto”, argumentaba López Obrador. “Ahorita le decía a César (Yáñez, su entonces vocero) que contigo y el de Reforma, ¿cómo se llama?” “Mayolo (López)”, acotó su interlocutor. “Ese, yo le decía (a César) que contigo y con él traía aquí al PRIAN”.

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El periodista y escritor independiente Emiliano Ruiz Parra describió hace poco lo siguiente:

López Obrador comía en cualquier fondita a pie de carretera. En un pueblito de Hidalgo —ya no recuerdo cuál— me invitó a sentarme a su mesa. ¿Quién eres, qué estudiaste, cómo entraste a trabajar a ese periódico? Le intrigaba el muchacho de 24 años que cubría su campaña. La escena se repitió en otras fonditas. Quería ganarse al joven que enviaba notas a la redacción de Reforma.

En Michoacán se acabó la amistad. En un estado perredista las plazas estaban a la mitad. Lo publiqué. En un restaurante, Lázaro Cárdenas —el gobernador— aceptó preguntas de la prensa: ¿Por qué no están llenas las plazas?, le pregunté al mandatario local. Cárdenas estaba a punto de responder cuando Obrador lo interrumpió: “eso no es cierto, eso lo dice Reforma”. Después Reforma publicó una encuesta donde Calderón estaba en empate técnico. “Están arregladas en Los Pinos”. Sus propias encuestas, afirmaba, lo ponían 10 puntos arriba.

Después de las elecciones de 2006 López Obrador se declaró “presidente legítimo”. Un día, en Tlaxcala, me apuntó con su dedo desde el templete: “ahí está Reforma, el boletín del PAN, el boletín de la derecha...”. La gente empezó a rodearme, enojada, y yo me hice a un lado. Escenas similares ocurrieron con reporteros de diversos medios en varias partes del país. Cuando menos en una ocasión terminó en una golpiza a un periodista.

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En su conferencia de prensa del 22 de julio el presidente López Obrador recriminó a la revista Proceso el reportaje del fin de semana anterior. “No se portó bien con nosotros” aunque dijo “no es ningún reproche”.

Arturo Rodríguez, reportero de Proceso, le rebatió:

-No es papel de los medios portarse bien, presidente, con alguien…

-No, pero estamos buscando la transformación y todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones…

-Los periodistas militantes sí, presidente…

-Es una visión distinta, sí, pero Zarco estuvo en las filas del movimiento liberal y los Flores Magón, también…

-Son 150 años de distancia, presidente…

-Sí, pero los periodistas mejores que ha habido en la historia de México, los de la república restaurada, todos, tomaron partido, afirmó el presidente.

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Estos pasajes han sido relatados por periodistas y son sólo una pincelada. Lo que López Obrador no dijo es que ni Zarco ni los hermanos Flores Magón eran generadores de información, sino que sólo escribían artículos de opinión. De hecho, pasaron de la política al periodismo de opinión.

José López Portillo se hizo famoso cuando dijo que “no pagaba para que le pegaran”, justo al criticar a Proceso. Se refería a que no iba a dar publicidad si lo cuestionaban desde sus páginas con sus reportajes.

No hay sorpresa. Así ha sido y así será Andrés Manuel López Obrador.

Punto y aparte. En junio de 2015 el entonces gobernador Javier Duarte se reunió con reporteros. “Pórtense bien, todos sabemos quiénes andan en malos pasos (…) quienes están metidos con el hampa”.

Punto final. Alejandro Moreno, A(m)lito se perfila para ser el próximo presidente del PRI. De los despojos del que fue el partidazo. ¿Qué hará Ivonne Ortega ante esta circunstancia? Lorena Piñón es testimonial.