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AMLO-Azteca: fructífera amistad

Una relación de mutua conveniencia entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Salinas Pliego, fraguada hace casi 20 años. | Roberto Rock L.

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Escrito en OPINIÓN el

Una relación de mutua conveniencia entre Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Salinas Pliego, fraguada hace casi 20 años, cuando el primero se desempeñaba como jefe de gobierno capitalino (2000-2005), ha derivado en una cascada de privilegios en favor de la corporación Grupo Salinas, que incluye entre sus múltiples empresas a Televisión Azteca.

Solo en el plazo de los meses recientes, la autodenominada “Cuarta Transformación” otorgó a compañías de Salinas Pliego contratos multimillonarios de diverso orden, lo que incluye sistemas de videovigilancia para la ciudad de México por 954 millones de pesos; planes de seguros (el grupo cuenta con Aseguradora Nacional Azteca), por 969 millones de pesos para infraestructura y equipos de la Secretaría de Seguridad Pública (SEP); la canalización de un programa de subsidios para obras en colegios públicos, llamado “La Escuela es nuestra”, también auspiciado por la SEP, por 8,875 millones de pesos, que inicialmente incluye a 50 mil planteles pero acabará cubriendo a 170 mil de ellos. 

El titular de la SEP, Esteban Moctezuma, fue presidente de la Fundación Azteca durante 17 años. En enero de 2017, meses antes de iniciar su tercera campaña presidencial, López Obrador anunció su incorporación “para elaborar el nuevo Proyecto de Nación 2018-2024”. Desde entonces se asumió que Moctezuma, que fue secretario de Gobernación y de Desarrollo Social durante gobiernos del PRI, entraba al equipo del tabasqueño como “préstamo” y emisario del Grupo Salinas.

Banco Azteca es otro integrante de la corporación fundada en 1950 como Grupo Elektra por Hugo Salinas Price, padre de Ricardo Salinas Pliego. Este banco canalizará este año los fondos para diversos programas sociales del gobierno federal, en un monto estimado en 300,000 millones de pesos. Para ese efecto, extraoficialmente se ha informado que abrió millones de cuentas bancarias para beneficiarios. 

Informes de Banco Azteca aseguran que la institución no cobra comisiones ni al gobierno ni al beneficiario por el servicio de intermediario. Las sucursales de ese banco están instaladas dentro de las tiendas “Elektra”, donde sistemáticamente se ofrece a los cuentahabientes créditos para adquirir electrodomésticos y otros productos para el hogar, bajo una tasa interés calificado por analistas como notablemente encima del mercado. 

En los mismos inmuebles en los que operan las tiendas Elektra y los bancos Azteca se pueden encontrar oficinas para recibir remesas de mexicanos residentes en Estados Unidos y en otras naciones, ventanillas para la Afore Azteca, e incluso mostradores donde se empeñan prendas. Un negocio redondo en torno a necesidades de clases sociales modestas y vulnerables.

Se trata de la misma corporación señalada por intervenir en la venta fraudulenta de una planta de la compañía Fertinal a Pemex por cientos de millones de dólares, cuando en verdad se trataba de una fábrica de fertilizantes cerrada e inservible. 

Se trata, igualmente, de la compañía que en diversas líneas de negocio se mantiene en actividad pese al decreto de emergencia por la pandemia que prohíbe laborar a empresas no esenciales, lo que incluye a tiendas y a bancos. Empleados del grupo han denunciado ser amenazados para presentarse a laborar, a causa de lo cual un número no determinado de ellos se ha contagiado de covid-19. El Grupo Salinas informó que se amparará para evitar sanciones por su operación bajo rebeldía.

El 25 de marzo el propio presidente del grupo, Ricardo Salinas Pliego, reunió a todos sus colaboradores en Televisión Azteca para dar un discurso sobre los daños causados a la economía debido a la estrategia gubernamental para enfrentar la pandemia. Ello funcionó como el llamado a la carga para una infantería de conductores, reporteros y analistas que en los espacios de la televisora y en columnas periodísticas dijeron en varios tonos y bajo diversos argumentos que el eventual número de muertes por coronavirus “no pintaba” en los rangos de mortalidad en México, y que en cambio sí dañaría el clima de negocios.

En la segunda semana de abril, Javier Alatorre, conductor del noticiero nocturno de TV Azteca, declaró que los reportes cotidianos que ofrece el vocero de la estrategia contra la pandemia, Hugo López-Gatell son “cada vez más irrelevantes… Es más, ya no le haga usted caso”. 

El sábado 18 de abril, cuando los dichos de Alatorre habían despertado una ola de repudio en el país, el presidente López Obrador discrepó, durante un mensaje videograbado, de las aseveraciones del conductor televisivo, al que se refirió como “mi amigo Javier”, para luego describir que se trataba de un ejercicio de libertad de expresión, por lo que llamó a no atacarlo en redes sociales.

El propio mandatario ha dedicado, en cambio, duros comentarios para periodistas que también han criticado a López-Gatell, en especial cuestionando el rigor de sus cifras y echando mano de reportes de especialistas en el campo de la epidemiología. 

De acuerdo con reportes de medición de audiencia elaborados por la empresa IBOPE y a los cuales tuvo acceso esta columna, la penetración del noticiero “Hechos” que conduce Alatorre ha descendido desde el inicio de la crisis sanitaria, hasta colocarse en el lugar 20 de “rating”, con un público de 900 mil personas, mientras la emisión “En Punto” con Denisse Maerker, se halla en el lugar 6, con poco más de 2.4 millones de televidentes. Ciro Gómez Leyva, que dirige la emisión nocturna de TV Imagen, de más reciente lanzamiento y con mucho menos recursos que Azteca, acumula ya 675 mil personas siguiéndolo en promedio.