El feminicidio es la manifestación más brutal de violencia cometida hacia las mujeres, lo que debería mantenernos en alerta para cerrar filas y exigir a los tres poderes de gobierno que actúen rápidamente.
Nunca antes en la historia, desde que recuerdo, asesinaron a tantas mujeres que ejercían trabajo gubernamental y político-partidista en el estado de Veracruz.
En los últimos años, las sentencias a favor de la paridad de género han orillado a los partidos políticos y a las instituciones públicas a impulsar a mujeres dentro de cargos de elección popular y en instituciones públicas.
Ello trajo consigo resistencias dentro de las estructuras de poder donde muchos hombres - machos - se niegan a ceder el poder que, por mucho tiempo, ha estado a su mando.
No importa si eres mujer con alguna manifestación de precariedad, si eres una mujer de clase media, si eres una mujer indígena, si eres una mujer líder, política, con riqueza, soltera o casada, en el estado de Veracruz la violencia extrema nos está llegando por igual y los niveles de impunidad en los casos siguen en aumento, con la violencia prevaleciendo.
Aproximadamente un 89.6 por ciento de impunidad en los homicidios dolosos y feminicidios en 2019, y un 5 % más para el 2020, coloca al país en niveles aterradores.
Mientras tanto, el subsecretario de seguridad, Ricardo Mejía, declaraba la segunda semana de enero sobre los índices de feminicidio y colocaba a Veracruz en el segundo lugar con 87 casos, tan solo por debajo del Estado de México.
La mañana del 15 de febrero, despertamos con una terrible noticia en Veracruz: la exalcaldesa de Cosoleacaque, Gladys Merlín Castro, y su Hija Carla Enríquez Merlín, fueron asesinadas brutalmente con armas punzocortantes y de fuego.
Los hechos ocurrieron en el Barrio Segundo de la calle Correos en Cosoleacaque, en el sur de la entidad veracruzana.
Gladys fue alcaldesa de su municipio y también diputada local por el PRI; su hija Carla Enríquez también candidata en 2016 a diputada local y subsecretaria de Fomento y Gestión Ambiental.
Con Gladys y Carla suman ya seis mujeres asesinadas que ejercían la política en el estado de Veracruz, esto en el período de gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, el más brutal y peligroso para ser mujer.
1.- Marisela Vallejo Orea, alcaldesa de Mixtla de Altamirano, tenía seis meses de embarazo - Morena (23 abril 2019).
2.- María del Carmen Hernández, regidora de Texcatepec - PRD (14 abril 2020).
3.- Catalina Montalvo Tezohua, agente municipal de Ixhuatlancillo - PRI (abril 2020).
4.- Florisel Ríos Delfín, alcaldesa de Jamapa - PRD (11 noviembre 2020).
5.- Gladys Merlín Castro, exalcaldesa de Cosoleacaque- PRI (15 febrero 2021).
6.- Carla Enríquez Merlín, excandidata a diputada local - PRI (15 febrero 2021)
Aspirar al poder conlleva un riesgo más remarcado si eres mujer, las democracias en construcción, en las que se busca la igualdad de derechos y la deconstrucción de la visión machista y del enfoque masculino es un proceso largo.
En el mundo las estructuras de poder fueron creadas por hombres y para hombres, las mujeres que a lo largo de la historia lograron ir escalando dentro de esa estructura tuvieron que luchar constantemente y demostrar por qué deberían estar ahí.
Parecería que esas prácticas totalitarias del sistema patriarcal y machista ya las “superamos”, sin embargo, no ha ocurrido, pues la estructura sigue replicando roles y estereotipos de género en los que se coloca al hombre como la persona idónea para ejercer el poder, porque se afirma constantemente que ellos son fríos y nosotras sentimentales, que ellos son inteligentes y nosotras amorosas, que ellos son fuertes y nosotras delicadas.
Las mujeres que aspiramos a formar parte de las estructuras de poder político debemos de pasar por un proceso de múltiples enfrentamientos dentro y fuera de dichos organismos. La autonomía es fundamental para ejercer el poder que históricamente nos han negado y en el que actualmente nos siguen poniendo trabas.
Hoy más que nunca las mujeres del estado de Veracruz debemos iniciar un pacto colaborativo para blindar nuestros derechos y resguardar nuestra vida. Los riesgos que suponen el ejercer un cargo público será combatido cuando, tanto hombres como mujeres, entendamos que la igualdad y la equidad debe aplicarse en todos los ámbitos de nuestra de vida.
Para Reflexionar, las plataformas de incidencia política deben llevarnos a practicar la deconstrucción de estereotipos de género ¿es el sistema sociocultural nuestro gran desafío? ¿Cómo incidir en la estructura político- social cotidiana? ¿Cómo incidir en la estructura de la formación de las familias? ¿Cómo incidir dentro y fuera de las estructuras de poder político?
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