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Acoso y amenazas contra las mujeres en Internet

Un informe sobre violencia digital | Alejandra Collado

Por
Escrito en OPINIÓN el

Hace unas semanas se hizo público el informe: “La violencia en línea contra las mujeres en México” elaborado en conjunto por Article19 (@article19mex), Luchadoras (@LuchadorasMX), Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (@APC_News), CIMAC Noticias (@Cimacnoticias), Derechos Digitales (@derechosdigital), Iniciativa Mesoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Humanos y Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México (@IM_Defensoras), JASS Asociadas por lo Justo Mesoamérica (@jass4justice), Internet es Nuestra Mx (http://internetesnuestra.mx), La Sandía Digital (@LaSandiaDigital), Red en Defensa de los Derechos Digitales (@r3dmx), SocialTIC (@socialtic) y SonTusDatos (@sontusdatos) dirigido a Ms. Dubravka Šimonovic, relatora sobre Violencia contra las Mujeres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y disponible desde entonces en línea para medios de comunicación y sociedad civil en general.

Violencia online

En dicho informe se dan a conocer los distintos tipos de violencia contra las mujeres relacionados con la tecnología, las tendencias, casos representativos, así como los impactos y violaciones a los derechos que se dan en estos casos.

Destacan datos de violencia estructural contra las mujeres cuyo porcentaje estimado es del 66% en las mujeres mayores de 15 años, es decir: “alrededor de 30.7 millones (de mexicanas) han vivido algún tipo de violencia en sus diferentes formas y en los espacios escolar, laboral, comunitario, familiar o en su relación de pareja“, más el ya conocido dato de los 7 feminicidios diarios.

Ciertamente existen casos que no son denunciados, muchos de ellos por miedo a represalias por parte del agresor, o bien, porque no se cuenta con los recursos o información necesaria. Aunado a esto, existen mujeres que no denuncian las violencias que viven ya que saben que se exponen a la impunidad, o bien, claudican de su denuncia cuando caen en cuenta de que terminarán siendo revictimizadas y de que el agresor no tendrá castigo alguno.

Los actos de violencia contra las mujeres cometidos en línea abarcan daños psicológicos y emocionales, también pueden llegar a ser económicos.

Estos son resultado de distintas formas de agresión a través del uso de cualquier Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), esto incluye redes sociales, correo electrónico y servicios de mensajería e Internet en general. Estas formas de violencia “refuerzan los prejuicios, dañan la reputación, causan pérdidas económicas y plantean barreras a la participación en la vida pública y pueden conducir a formas de violencia sexual y otras formas de violencia física”.

Tipos de violencia digital

Las mujeres más vulnerables a este tipo de violencia están entre los 18 y los 30 años, y de manera similar al espacio físico y material, estas agresiones son cometidas mayormente por conocidos de las afectadas. Algunos rasgos característicos de estos blancos de agresión son:

- Mujeres que viven/vivieron una relación de violencia con parejas.

- Profesionistas con perfil público que participan en espacios de comunicación (activistas, periodistas, investigadoras, artistas, defensoras de derechos humanos, etcétera).

- Mujeres sobrevivientes de violencia física o sexual.

Los diferentes tipos de violencia que se llevan a cabo parcial o totalmente a través de Internet son los siguientes, y pueden darse de manera independiente o combinarse entre sí, siendo todavía más peligrosos:

1. Acceso no autorizado (intervención) y control de acceso: acceso o intervención a las cuentas, aplicaciones y dispositivos.

2. Control y manipulación de la información: sustracción o control de información sin consentimiento.

3. Suplantación y robo de identidad: uso o falsificación de identidad en cuentas y perfiles sin consentimiento.

4. Monitoreo y acecho: vigilancia o lo que conocemos como stalkeo de la vida en línea de una persona.

5. Expresiones discriminatorias: discursos de odio basados en estereotipos, burlas, insultos.

6. Acoso: conductas ofensivas reiteradas y no solicitadas que molestan, perturban e intimidan.

7. Amenazas: manifiestan intención de dañar a una persona o a sus seres queridos, esto se expresa mediante contenidos agresivos, lascivos y violentos.

8. Difusión de información personal o íntima sin consentimiento: compartir datos o información privada de una persona para afectarla.

9. Extorsión: obligar a alguien más a realizar actos en contra de su voluntad a cambio de no dar a conocer información, fotografías o algún otro dato que pueda ser de mucho valor e importancia para la víctima.

10. Desprestigio: Descalificación de la imagen de una persona a través de información falsa, manipulada o descontextualizada que puede arruinar su imagen, carrera, trayectoria o credibilidad.

11. Abuso y explotación sexual relacionada con las tecnologías: explotación sexual o del cuerpo en contra de la voluntad de una persona a través de TIC. Ejercicio de poder con fines lucrativos o de otro tipo.

12. Afectación a canales de expresión: estrategias, acciones y tácticas para dejar fuera de la comunicación y expresión a determinados grupos o personas.

13. Omisiones por parte de actores con poder regulatorio: minimización, indiferencia, menosprecio o inacción por parte de las autoridades intermediarias, reguladoras o sancionadoras de Internet.

Tal como se ha abordado reiteradamente en esta columna, las mujeres periodistas, activistas y defensoras de derechos humanos son mayormente violentadas a través de Facebook y Twitter. A pesar de ser casos públicos, no existe castigo o sanción para quienes violentan a través de estos medios, y muchos casos han quedado impunes.

Los ataques cibernéticos contra estas mujeres van desde el robo de sus herramientas de trabajo, hasta insultos y amenazas de muerte contra ellas y/o sus familias realizadas en colectivo con ayuda de texto e imagen por decenas de usuarios de las redes sociales mencionadas.

Entre las tendencias más alarmantes en la violencia contra las mujeres en línea se encuentran:

1. La viralización del odio.

2. La denuncia injusta y mal intencionada de sitios y páginas de Facebook que logran “tirarlas”, o ataques a sitios web que logran sacarlos de circulación.

3. Campañas de ataques organizados contra personas, grupos, páginas, sitios a través de hashtags, grupos secretos y campañas virales.

4. Espionaje y vigilancia por parte del Estado generalmente contra periodistas, activistas y defensoras de derechos humanos.

5. Campañas de desprestigio.

6. Impactos (físicos y emocionales) y violaciones a los derechos humanos.

Violencia contra las mujeres

Como se hace evidente en este informe, la violencia contra las mujeres en línea va en aumento y es cada vez más común, pero sigue sin ser tomada en cuenta como un problema “real” por darse en el ámbito digital, esto se evidencia en la falta de estadísticas oficiales que den a conocer e identifiquen a las poblaciones vulnerables, conectividades y las características de vida que exponen de dicha población.

El único registro sobre Ciberacoso data de 2015 e indica que al menos 9 millones de mexicanas han vivido acoso en línea.

La violencia digital, contrario a lo que la falta de información pueda hacer creer, causa problemas físicos y emocionales entre los que se encuentran síntomas de estrés, ansiedad, depresión, miedo, paranoia e impotencia, entre muchos otros.

Por último, tal como se menciona en el informe aludido, la violencia digital viene también por parte de instituciones, asociaciones, empresas y diversos sectores con acceso a discursos y medios oficiales con grandes poderes de difusión. Por un lado, campañas existentes cuyo objetivo primordial puede ser, de entrada, concientizar o centrarse en problemas sociales, por fallos graves en el lenguaje y/o por constructos sociales muy arraigados terminan criminalizando prácticas, confundiendo y ocultando delitos graves y culpabilizando a las mujeres.

Los marcos jurídicos aún insuficientes para tipificar y castigar este tipo de violencias, muchas veces también por prejuicios y estereotipos enraizados, burocracia o simple desinterés.

Este documento marca un precedente y es de suma importancia para la visibilización de estas violencias, para una reflexión capaz de idear y generar estrategias de protección a las mujeres: autodefensa y autocuidado digital, capacitación y colaboraciones valiosas como las que hacen posible este informe para el cumplimiento justo de nuestros derechos digitales, porque la Internet es nuestra.

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@AleCaligari | @OpinionLSR | @lasillarota

Informe completo aquí