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Acceso a la información y empoderamiento de las mujeres

La transparencia permite que las principales problemáticas que enfrentan las mujeres, sean visibles | Areli Cano

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Escrito en OPINIÓN el

Hoy, 8 de marzo, como cada año, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha que es aprovechada en muchas partes del mundo, incluido México, para reflexionar en torno a los avances logrados en materia de igualdad de género y construir, a partir de ello, rutas de empoderamiento en favor de este grupo poblacional; lo que significa generar las condiciones para garantizar a las mujeres el goce pleno de sus derechos y libertades, con el objetivo de alcanzar una realización personal con total autonomía.

La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, del INEGI, deja ver que las mujeres en general viven condiciones que les dificulta el desarrollo de una vida plena, por ejemplo, 6 de cada 10 mexicanas han experimentado al menos un acto de violencia, ya sea de carácter emocional, física, sexual, económica o patrimonial, a lo que se suma la discriminación laboral.

Ante escenarios como este, la generación de información es un factor clave para que el gobierno pueda diseñar e implementar políticas públicas enfocadas al colectivo femenino, así como para la evaluación del cumplimiento y eficacia de las mismas, esta última, una tarea en que la sociedad puede desempeñar un rol activo en el acompañamiento y en la exigencia de rendición de cuentas.

Mujeres y transparencia

Desde esta perspectiva, la transparencia permite que las principales problemáticas que enfrentan las mujeres sean visibles y, por ende, hace factible su incorporación en la agenda pública, detona el debate y propicia la construcción de soluciones.

El primer paso es contar con las rutas necesarias para garantizar que la información pueda ser conocida por las mujeres. Al respecto, las instituciones que son parte del entramado organizacional encargado de hacer operables los derechos vinculados a la igualdad de género y empoderamiento de la mujer son generadoras de información de utilidad que ponen a disposición de las personas vía internet. Un ejemplo es la producción de información con perspectiva de género que realiza el INEGI, lo que permite la obtención de datos demográficos sobre la colectividad femenina.

También existe el Sistema de Indicadores de Género administrado por Inmujeres, que concentra datos estadísticos sobre la situación de las mujeres en materia de educación, violencia, trabajo y vivienda.

Por su parte, la Secretaría de Salud, a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, difunde información sobre temas relevantes para el sector femenino, relacionados con prevención y atención de enfermedades ginecológicas y temas conexos.

Mujeres y acceso a la información

Por cuanto hace al ejercicio del derecho de acceso, datos del INAI permiten identificar una evolución positiva a lo largo de los años respecto del uso de la prerrogativa por parte de las mujeres, a tal grado que poco menos de la mitad de los solicitantes de información pertenecen a este sector, cuando en otros momentos la proporción era 3 de cada 10. Este hecho, además de reflejar una apropiación mayor de la garantía por parte de las mexicanas, permite advertir la existencia de condiciones propicias para el empoderamiento, pues el acceso a la información como ejercicio de un derecho que coadyuva a la satisfacción de otros derechos, sirve a la instauración de un escenario a favor de la inclusión social y la disminución de la desigualdad.

Esta perspectiva toma mayor énfasis cuando se observa que, desde un punto de vista de rango de edad, 1 de cada 10 solicitantes es mujer menor de 19 años, mientras que las mexicanas que carecen de educación formal más aquellas que cuentan con algún nivel de educación básica (primaria, secundaria y bachillerato), suman casi una cuarta parte de los requirentes. Tales datos revelan que una importante franja de peticionarias forma parte de sectores vulnerables (menores de edad y personas con grados de instrucción académica bajos o nulos).

Cabe mencionar que las instituciones de los sectores salud y educativo son las más consultadas, lo que puede explicarse por ser dos áreas que atienden garantías cuya limitación afecta el desarrollo de las mujeres: la ausencia de salud es un factor que incide en la desigualdad social, pues además de reducir la calidad de vida, restringe la funcionalidad corporal, teniendo consecuencias en el entorno laboral y económico. Respecto a la educación, las mexicanas que ven truncadas sus expectativas de desarrollo profesional, suelen estar en la condición de iniciar una vida laboral que, sin una formación adecuada, tiende a ser precaria, principalmente en cuanto a los bajos salarios se refiere, lo que a la larga profundiza los niveles de pobreza y las circunstancias desiguales.

Es claro que, dentro de los esfuerzos por impulsar acciones tendientes a mejorar las condiciones para que las mexicanas tengan mayores márgenes de participación en la toma de decisiones, la transparencia y la garantía a saber, son factores clave para construir esquemas de corresponsabilidad entre las instituciones públicas y la sociedad, como mecanismo para lograr que fenómenos como la violencia, la discriminación o la inequidad, dejen de ser barreras impuestas al desarrollo libre de su existencia.

areli.cano09@gmail.com

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