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#8M Nada, sin ellas

Cada flor de Jacarandá nos recordará para siempre la lección de dignidad, inteligencia y hartazgo que las mujeres de este país le gritaron al cielo. | Ulises Castellanos

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Escrito en OPINIÓN el

Marzo arrancó con todo, el pasado fin de semana, las mujeres de México nos dieron una lección de dignidad, valentía y fuerza que estremece. Casi 100 mil mujeres marcharon al Zócalo de la Ciudad de México y decenas de miles más, lo hicieron en al menos una docena de ciudades en el interior del país.

La libertad se defiende ejerciéndola y eso es lo que las mujeres de hoy están haciendo, están hartas y tienen razón. Y no tienen por qué pedir permiso para tomar las calles, son suyas.

De entre todas las imágenes que vimos, tanto en medios, como en redes; quisiera destacar ésta de Santiago Arau, fotógrafo especializado en el uso de drone y que recientemente abrió su primer expo en San Ildelfonso.

Esta imagen es de una belleza geométrica y simbólica sin competencia. El encuadre, las jacarandas sobre la Alameda y la ola morada de mujeres que marchan sobre avenida Juárez. Es una imagen poderosa, que sintetiza su grito de furia y congela un momento que los demás no debemos olvidar.

Claramente nadie es libre hasta qué todas y todos lo seamos. Una sociedad no puede ser totalmente libre si persisten fuerzas opresivas en un sector social, y en este caso un sector de la sociedad tan importante y vital para todos, como lo son las mujeres en México, por eso, ellas no puede ser la excepción. De hecho resulta inaceptable.

Gloria Steinem, icono del feminismo estadounidense lo dijo así de claro: “No basta con alcanzar la igualdad en el terreno laboral, sino que las conductas entre hombres y mujeres sean igualitarias en todos los ámbitos” Y cuando dice en todos, es en todos.

Los hombres debemos revisar nuestro modelo de masculinidad y trabajar en lo que ellas reclaman para resignificarnos y ser mejores. Vergüenza nos debería dar, que las niñas y adolescentes de este país vivan con miedo, o que se sientan marginadas de un desarrollo social y profesional que también les corresponde; si queremos una mejor sociedad en el presente y para el futuro, será con ellas en igualdad de circunstancias, tanto en la familia, como en sociedad, porque sin ellas no hay futuro y no habrá país.

Yo en lo personal, las extrañé mucho el lunes 9 y sentí la ciudad triste y vacía sin ellas. Fue muy extraño, pero muy potente.

Así las cosas, el simbolismo de esta imagen quedará para siempre en la memoria colectiva de una sociedad que busca un nuevo contrato social entre todas y todos. Porque aquí nadie sobra y todos debemos comprenderlo. Este movimiento no lo para nadie, y México jamás volverá a ser el mismo después de la Primavera Feminista en el marco de un reclamo histórico que debe reflejarse ya, en acciones concretas y cambios inmediatos.

A partir de ahora, cada flor de Jacaranda en la ciudad nos recordará para siempre la lección de dignidad, inteligencia y hartazgo que las mujeres de este país le gritaron al cielo, para sembrar nuevos horizontes de convivencia social.

Ellas tienen la palabra; escuchemos.