Main logo

Ciudades pequeñas: si, no y por qué

Muchos preguntan por qué no fuimos a alguna ciudad grande como Toronto o Vancouver y honestamente, porque necesitábamos más que un cambio de país. | Lorena Rico

Por
Escrito en OPINIÓN el

Evidentemente el ajetreo y ritmo de vida en ciudades como Toronto o Vancouver no se iguala al de la Ciudad de México y eso lo sabemos, sin embargo, en particular nosotros buscábamos un cambio de ritmo. Queríamos experimentar lo opuesto a lo que habíamos vivido siempre y si no era para nosotros, siempre iban a estar las grandes ciudades ahí.

Desde las primeras semanas sentimos un cambio que en un inicio no sabíamos si era necesariamente por el tamaño de la ciudad, pero era extraño. Empezando por el silencio, que cuando vives en ciudades enormes y ruidosas, es algo raro, y lo detectas rápidamente. Sin importar la hora las zonas residenciales guardan una ‘paz’ increíble, poco transito y ruido. Otra situación que se ha vuelto una constante es el no tener que hacer filas enormes para pagar en el supermercado o al hacer algún tramite en oficinas del gobierno. Se acabaron las largas esperas para conseguir una mesa en un restaurante o para acceso a algún recinto/evento.

¿Quieres ir al cine ‘de último minuto’? Claro que puedes, no va a estar agotado. La facilidad de planeación que da el poder planear tiempos exactos en traslados porque el transito es el habitual es algo de muy alto valor. Claro que esta situación en los meses de invierno suele variar por las condiciones climáticas y porque claro que los límites de velocidad al conducir cambian, etc.

Claro que también comenzamos a notar que a los 3-4 meses ya había rostros familiares, ya nos encontrábamos a personas conocidas o vecinos en varios lugares y eso es distintivo de las ciudades pequeñas. En lo personal, no le hemos encontrado un lado negativo hasta ahora. Sin embargo, sí puede resultar un tanto extraño cuando de pronto te das cuenta de que muchos se conocen entre sí.

Finalmente, si como nosotros, persigues la idea de empezar una familia, las ciudades pequeñas facilitan en muchos sentidos el proceso. Adquirir una propiedad resulta mas ‘sencillo’ ya que los precios suelen ser mucho más accesibles.

Hoy por hoy puedo decir que estar en una ciudad pequeña no me hace sentir atrapada de ninguna manera, sino privilegiada de poder disfrutar de muchas cosas y situaciones que en una ciudad de mayor tamaño, no podríamos.