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El obispo que dialoga con el narco en busca de paz

El sacerdote católico justificó el diálogo que mantiene con cabecillas del narco en Guerrero, como un “acto de paz y concordia"

Escrito en ESTADOS el

Guerrero (La Silla Rota).- Salvador Rangel Mendoza el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa retó al secretario de Gobierno de la entidad a demostrar que incurre en un delito por dialogar con narcotraficantes; el religioso sostiene pláticas con cabecillas del narco, para reducir la violencia en la entidad.

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De acuerdo con información de Proceso, Rangel Mendoza señaló que en Guerrero hay políticos que tienen nexos con el crimen organizado.

En entrevista, el sacerdote católico justificó el diálogo que mantiene con altos mandos del narco en Guerrero y aseguró que las acusaciones en su contra se deben a un conflicto personal con Florencio Salazar Adame secretario de Gobierno de Guerrero.

La rencilla entre los personajes, según señala el religioso, surgió tras la destitución del subsecretario de Gobierno para Asuntos Religiosos, Jorge Alberto González Rivero, quien es señalado por el gobierno estatal por ser una persona cercana a Rangel Mendoza.

La acusación contra el obispo ocurrió el martes 14 de noviembre, cuando Salazar Adame admitió ante diputados locales que en Guerrero “no existe la gobernabilidad esperada”.  Aseguró que grupos criminales controlan territorios completos y señaló públicamente al sacerdote Salvador Rangel Mendoza, de lanzar acusaciones “sin fundamento” en contra de autoridades estatales por presuntos nexos con la delincuencia. 

Salvador Rangel Mendoza, obispo de Chilpancingo (Foto. Tomada de web)

El secretario afirmó haber demandado al religioso “por su intromisión con grupos de la delincuencia, bajo el supuesto de promover acuerdos para terminar con la violencia” menciona Proceso.

“Es conveniente que las acusaciones sobre la complicidad del Estado con el crimen organizado, procedentes de los representantes de las iglesias, siempre se expresen con veracidad y apego a la ley. La politización de la religión es una combinación que resulta sumamente grave”, dijo Florencio Salazar Adame.

La respuesta del obispo

Salvador Rangel aseguró que el diálogo que mantiene con jefes criminales tiene como intención revertir los efectos de la narcoviolencia que azota la entidad, “Yo como obispo, como pastor, creo que tengo toda la libertad de hablar con las personas que sean dentro de mi línea como ministro de culto, como sacerdote”

Ciertamente he platicado con esas personas (jefes del narco), tratando de buscar la paz, la concordia de que no aumenten los asesinatos, yo operando, ayudando a Guerrero”.

  

El obispo asegura dialogar con delincuentes que las autoridades no pueden localizar, “cuando es necesario y principalmente para que no se metan con los sacerdotes, las religiosas, los seminaristas, los catequistas”, expresó para Proceso.

Respecto a los delincuentes, el sacerdote dijo “Simplemente estoy tratando de ver a estas personas, como lo he dicho otras veces, ellos también tienen sus razones y son personas”.

El religioso finalizó diciendo que está “para sumar, para cooperar y ayudar” en relación con las acusaciones del secretario dijo “¿Estoy haciendo bien o estoy haciendo mal? ¿A quién estoy perjudicando? ¿Dónde está el error de que yo hable con ellos para que no asesinen?”.

Con información de Proceso 

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