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Zunduri y Karla Jacinto, los rostros de la trata

Felipe de la Torre, oficial a cargo de la UNODC, alerta de los distintos tipos de delitos de trata que se registran en el país

Escrito en NACIÓN el

En 2013, Zunduri solicitó trabajo en una planchaduría en la colonia Lomas de Padierna, Tlalpan, donde fue obligada a trabajar todo el día sin pago alguno. Cansada de sufrir maltratos, quemaduras con la plancha y otras vejaciones, en 2015  escapó y denunció.

Su historia estremeció a todo el país. Durante dos años permaneció encadenada del cuello para obligarla a planchar ropa día y noche, sin pago alguno y sin condiciones de salubridad. Fue víctima de trabajo forzado en la capital del país.

“Me golpeaba muy feo, me llegaba a golpear con palos, fierros, con lo primero que pudiera estar en sus manos… había días que no dormía, nada, porque me obligaba a mantenerme despierta para seguir trabajando”.

Los que la esclavizaron fueron condenados el año pasado a pasar 30 años en prisión.

Karla Jacinto llegó a tener 30 clientes por día, siete días por semana, lo que hace un cálculo de 43 mil 200 violaciones hasta que fue rescatada tras cuatro años de ser explotada sexualmente. Karla vivía en la ciudad de Tenancingo, Tlaxcala, el paraíso de los “padrotes” a nivel nacional.

A los 12 años, un hombre 10 años mayor la enamoró con promesas de una vida mejor y cosas materiales. Comenzó a ser obligada a prostituirse en Guadalajara, después vinieron otras ciudades. Sus proxenetas la obligaban a que hiciera de todo con tal de obtener más dinero. También sufrió abusos de la policía, esa a la que le pagamos para protegernos.

Ahora es activista y recorre el país alertando sobre este flagelo.

Estas dos son historias que reflejan la realidad en un país en el que la trata, más que disminuir, va en aumento. De acuerdo con el reporte más reciente de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en México, 20 mil niños y niñas han sido captados por redes de trata de personas. De éstos, 9 mil son menores indígenas.

Adicionalmente el reporte refiere que 6 de cada 10 mujeres migrantes se ven afectadas por la trata de personas en su paso por nuestro país.

Estas cifras fueron obtenidas de algunas dependencias gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil e incluso reportes periodísticos, ya que no existe actualmente un método para integrar el número de casos y víctimas de trata registrados en nuestro país.

Corrupción e insensibilidad

Al respecto, Felipe de la Torre, oficial a cargo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en México, considera que la proliferación de este delito en nuestro país se debe, principalmente, a la corrupción de autoridades y por la falta de sensibilidad entre la ciudadanía, así como en la “normalización” de la violencia.  

En entrevista con La Silla Rota, el oficial a cargo de la UNODC en México advierte que si bien es importante reforzar la investigación criminal, persecución del delito y capacitación de autoridades en relación a este flagelo, es urgente sensibilizar a la ciudadanía sobre un problema que mantiene a nuestro país en especial vulnerabilidad.

“En cuanto a la trata de personas además de los esfuerzos que se deben hacer en temas de investigación criminal y persecución del delito, algo fundamental es poder incidir en el cambio de cultura (…) y generar una actitud más empática, más alerta y más preocupada del entorno que nos rodea”, expresó.

En este contexto, el funcionario de la ONU en México habló sobre la campaña #AquíEstoy a través de la cual se busca extender una red de voluntarios a lo largo del país, ya sean organizaciones de la sociedad civil o personas, que tengan entre sus principales deberes la denuncia de posibles casos de trata a través de la línea abierta 01 800-5533 000 y del sitio www.aquí-estoy.org.

“Lo más importante relacionado con esta campaña es la posibilidad de que la sociedad mexicana se sensibilice ante víctimas que generalmente no han estado visibles. #AquíEstoy contra la trata de personas busca dar voz a todas aquellas víctimas que han estado invisibles frente a la trata de personas, y también busca dar un espacio a las personas para colaborar en la lucha contra este delito”.

De la Torre señaló que el delito de trata se relaciona principalmente con la explotación sexual de mujeres y niñas, no obstante puntualizó que hay otros sectores de la población igualmente vulnerables a este delito, entre ellas, la población indígena, personas con discapacidad y migrantes. “Esto nos habla también de que la trata de personas puede ocurrir más cerca de lo que creemos en cualquier parte, en cualquier espacio”.

“Nosotros hicimos en el año 2014 un estudio sobre la situación de trata de personas en México y definitivamente nos encontramos con que el país no cuenta con información estadística confiable en relación con el tema del delito de trata de personas. Cada estado de la República tiene conteos diferentes respecto al número de víctimas y es por eso que a nivel nacional no hay en realidad un registro único”, señaló tras asegurar que se está trabajando con la Secretaría de Gobernación en una Plataforma única de datos que podría estar lista en tres meses.

Otros retos

El oficial a cargo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en México reconoce que el delito de trata de personas “es extremadamente complejo” y para combatirlo efectivamente, asegura, es necesario atender grandes retos.

“Sin duda existen retos muy grandes, muy importantes y uno de ellos es la formación de los profesionales que investigan, detectan y persiguen el delito. La capacitación, formación profesional, la sensibilización para que las autoridades estén prestas para escuchar a las víctimas de trata de personas que es una tarea fundamental y primordial”, señaló.

Asimismo consideró que se deben considerar algunas reformas a la ley que permitan atender a las víctimas de delito de tratas de una manera especial dado la particularidad de este delito.

“En la legislación mexicana podría fortalecerse mucho más el aspecto de lo que es la asistencia y protección a las víctimas específicamente de la trata de personas. Hay una ley general de víctimas en donde se habla sobre la protección a las víctimas de delitos graves pero las víctimas de trata de personas son personas que tienen una necesidad tan especial que es necesario que hay que darles un régimen especial. Por eso la necesidad imperiosa de que el Estado mexicano trabaje en una estandarización de los servicios relacionados con la atención a las víctimas de trata de personas”, indicó.