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“México, no olvides que estamos aquí”, pide connacional en Nepal

La doctora Yuriria Vélez pide auxilio a través de un video al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; a fin de que puedan enviar por ella

Escrito en NACIÓN el

La doctora Yuriria Vélez no encuentra los medios para volver a México. Y desde Katmandú, capital de Nepal (cerca de las montañas Himalaya) pide auxilio a través de un video, al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; a fin de que puedan enviar por ella y once mexicanos más que se encuentran varados en aquel país asiático desde hace casi veinte días.

 

“Resido en Querétaro como médico anestesiólogo en el área de cuidados críticos en el IMSS. Aquí la ciudad está cerrada y eso será indefinido. No se nos permite abordar otro tipo de aviones, los comerciales están suspendidos. La única manera de dejar el país es en aviones tipo Charter que cada embajada o gobierno ha tramitado para sus connacionales”, relata ella en el video publicado; y continúa. “Llevo dos semanas tratando de comunicarme con la Embajada pero no hay una como tal en Nepal, es un cónsul honorario y me pide que reenvíe la misma información que envíe veinte veces, pero lo hare de nuevo”.

 

Allá, la situación (como en la mayor parte del mundo que atraviesa por esta pandemia) no es fácil. Desde el lunes 23 de marzo el gobierno impuso el confinamiento de la población en sus casas; y quienes transgreden esa orden y salen a la calle, son detenidos por la policía con ganchos extensibles para evitar contagios a la autoridad.

Entrevistada por LSR la doctora Vélez narró así su experiencia, que seguramente, es similar a la de muchos mexicanos varados en estos momentos en el extranjero. “Cuando inicie este viaje el 9 de marzo, las fronteras y aeropuertos funcionaban normalmente; solo China había cancelado algunos vuelos por lo que seguimos por otras rutas sin problema. A mitad de mi estancia inició el cierre de emergencia, primero en India luego en Nepal; después vino el cierre generalizado de fronteras y cancelación de vuelos comerciales. Esos días yo no tuve mucha información porque me encontraba en los Himalayas donde a veces no hay wi-fi ni electricidad; cuando volví y supe todo, pensé que el 30 de marzo ya podría regresar con normalidad. Pero ya en Katmandú me encontré con que ya no podía regresar a la ciudad por mi equipaje y fue cuando intenté contactar con la embajada”.

 

Federico Salas, embajador de México en la India, recién respondió la carta que envió Yuriria. Y en resumen, expresa ideas contradictorias de “sí, pero no”. Y dice en citas textuales, “se ha levantado un censo y se monitorea la situación de los mexicanos… Existen diversos requisitos para contar con un salvoconducto y esta Embajada con gusto lo gestionara… El costo y modalidad del traslado tendrá que correr a cargo de los interesados… El reagrupamiento de todos los mexicanos en Nueva Delhi presenta diversas dificultades. Además, la distancia y complejidad logística hace que, en las condiciones presentes, los riesgos de ciertos traslados superen sus posibles beneficios”.

Continúa, “Si bien se están haciendo gestiones para ofrecer alternativas expeditas de retorno esta Embajada no puede dar certezas sobre decisiones que no se encuentran en la esfera de facultades… Mirar las acciones de otras embajadas es inevitable, sin embargo tiende a generar expectativas que no se ajustan a los alcances y límites de la protección consular en el marco jurídico… Les aseguramos que estamos tratando… de atender a cada uno de ustedes… les solicitamos prudencia y paciencia ante las circunstancias”. Fin.

La realista y desalentadora respuesta institucional, afectó el ánimo de Yuriria y los demás connacionales. “Desde aquí muy poco puedo hacer, he visto cómo alemanes, franceses, poco a poco nos han ido dejando solos. Se nos pide paciencia, entiendo que el país está saturado y que es una situación sin precedentes ¡Pero que por favor México no se olvide que estamos aquí! ¡Que podamos recibir la ayuda que pedimos y no es económica! ¡Que podamos recibir una respuesta pronta para volver”! Por solo mencionar dos de las situaciones que atraviesan, destaca que el 90 por ciento de los hoteles cerraron ya; sus ahorros están por terminarse; y la población local comenzó a negarles servicios de hospedaje y alimentación en los pocos hoteles aun abiertos, por temor a un contagio porque miran al extranjero como una fuente segura de covid-19. Desde el encierro, la única comunicación posible de Yuriria con su familia es vía mensajería por wi-fi, cuando lo hay.

“Entiendo que aquí hay menos casos de coronavirus que en México; hasta me dicen que estoy mejor acá; pero bueno el hogar es el hogar y quiero volver a ver a la familia. Prever que esto me sucedería, era imposible. Hay pocos comercios abiertos y los que abren solo lo hacen de cinco a seis de la tarde, ya no tienen muchos productos para vender; la comida empieza a acabarse, aunque haya dinero. Casi nadie habla inglés lo que complica saber dónde hay una tienda que abra, para poder comprar”, describe.

 

Nuestro trámite con la SRE era inexistente, sin respuesta, hasta que difundimos nuestro caso con videos. Solo así voltearon a vernos y nos enviaron mails con información. Contrario a nosotros, muchos europeos han sido llevados a sus destinos; entiendo que la distancia y el poder adquisitivo de sus países son muy distintos a los nuestros lo que les facilita el acceso a charters. A nosotros no se nos permite eso

La doctora Yuriria destaca además la necesidad de una carta expedida por el IMSS, particularmente por su jefe el doctor Santa María en Querétaro, para avalar su situación profesional. “La carta para requiero es tal vez es mi única oportunidad para el cruce de fronteras. No se me permite por mi nacionalidad abordar otro tipo de aviones tipo charter”. Por eso, desde Nepal, este grupo de connacionales lanza un SOS comprensible al gobierno mexicano. “¡Que ni un mexicano se quede varado, ni uno más!”.

(María José Pardo)