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Mariana, con sólo 11 años, sufrió abuso sexual de su propio padre

De acuerdo con organizaciones, 8 de cada 10 casos de abuso sexual contra niños y adolescentes ocurren en lugares presumiblemente seguros como el hogar; su caso, en más de seis meses, no ha tenido avances en la investigación

Escrito en NACIÓN el

Con sólo 11 años de edad, Mariana ha sufrido casi la mitad de su vida abuso sexual de parte de su padre. Primero enfrentó esta violencia sola, por temor a las amenazas de su agresor, quien le dijo que no se lo contara a nadie, como muchos casos que viven en el silencio por el miedo.

Todo comenzó una tarde cuando Mariana jugaba en su cuarto, su papá entró y sacó a su hermano Marco. Cuando se quedaron solos, Germán comenzó a tocarla, el miedo paralizó a la menor, quien no entendía qué estaba pasando. Esa fue la primera de las violaciones que se repitieron constantemente durante cinco años, en el cuarto, en el baño, en la cocina, siempre cuando no estaba su mamá, Carolina.

Las agresiones sexuales contra la menor se registraron incluso en otros espacios. “También era en casa de mis abuelitos, los fines de semana, cuando él se iba con ellos me llevaba. Recuerdo que en una ocasión era martes, yo tenía que exponer y él me llevó con mis abuelitos, me sacó. Mi hermana se fue con mi mamá, yo no tuve el valor de irme”, relata Mariana, quien es una niña tranquila y tímida.

“Él (Germán) les decía a mis abuelitos, porque él tiene su recamara allá, que yo me durmiera con él porque estaba solo, yo les pedía que no a mis abuelitos, pero me llevaba con él", recuerda la menor.

El mayor temor de Mariana era que su padre lastimara a su mamá o a sus dos hermanos, una niña de cuatro años y un niño de 10. Sabía que era capaz de hacerles daño, ya que Germán había golpeado anteriormente a Carolina y a los menores.

La dinámica familiar fue un factor importante, ya que los roles estaban invertidos. Carolina era quien salía a trabajar para mantener el hogar, mientras que Germán se dedicaba a ingerir bebidas alcohólicas.

Un día Marco, hermano menor de Mariana, vio por accidente lo que su papá le hacía. Germán lo aventó fuertemente para sacarlo. Después, con mucho temor le contaron a un tío, quien le dijo a su mamá lo que estaba sucediendo.

“Germán es una persona violenta, no quería trabajar y yo me vi forzada a vender por catálogo y le dejaba a mis hijos a su cargo, pero mis hermanos me dijeron que mis hijos les habían contado que cuando yo no estaba él se aprovechaba de mi niña la más grande, por eso me decidí a realizar la denuncia”, relata Carolina, mientras su voz muestra una mezcla de rabia y miedo.

El coraje que ella sentía tras haberse enterado de lo sucedido, le ayudó a enfrentar a Germán, aún ante el riesgo de que la agrediera físicamente.  "Yo tenía miedo porque ya me había llegado a golpear en ocasiones pasadas. Esperé a que llegara y le pregunté qué le había hecho a mi hija. Él me dijo que todo lo que había dicho ella era verdad y que si yo me quedaba callada me iba a ayudar, que si no, me iba a pasar lo mismo que a mí mamá, ella murió a manos de mi papá hace muchos años y por eso yo tengo miedo de que me haga lo mismo”, enfatiza Carolina, mujer joven que ha sacado adelante a sus tres hijos.  

Con el apoyo de la Fundación Por un México Bonito, el 9 de junio de 2019 fueron a presentar la denuncia ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, pero hasta ahora no ha habido muchos avances, hecho que mantiene en vilo a la familia, por el temor de que Germán regrese e intente lastimarlos.

En otras ocasiones ya se ha metido a la casa, ubicada en el corazón de la Ciudad de México. La casa antigua tiene una barda con muchas plantas, como no es muy alta, no le es difícil saltar por ahí.

Desde que lo enfrentó, Germán no ha vuelto, pero le ha mandado mensajes. "Me dijo que podíamos llegar a un acuerdo económico y que le otorgara el perdón, yo le respondí que no. Luego me dijeron en el bunker que yo le hablara como si nada para que no sospechara. Yo estoy segura de que sabe que lo denuncié, por eso no ha venido”.

Las autoridades le dijeron que se puede proceder en su contra por los delitos de corrupción de menores, violación y abuso sexual. En la denuncia se señala que es abuso sexual agravado por parentesco. Sin embargo, en más de seis meses no ha habido avances en la investigación.

"Dijeron que le tenían que hacer un estudio psicológico a mi hija para ver qué tan afectada estaba y ampliarle declaración, y con eso ya van a girar la orden de aprehensión", explica Carolina.

LA SILLA ROTA buscó a la Fiscalía General de la Ciudad de México para conocer su postura sobre este caso y su respuesta fue que "la instrucción es clara y se está pidiendo agilizar con el fin de judicializar la carpeta de investigación, en estos momentos todavía sigue en proceso de integración, ya que se necesitan diferentes diligencias, una es la ampliación de las entrevistas, otra es la ampliación del dictamen médico”.

Indica que el asesor jurídico, Carolina y Mariana están citados para que se presenten esta semana, aunque en su posicionamiento, la Fiscalía resalta que ellas “no han acudido a otras citas” y eso ha retrasado el procedimiento.

En ocho de cada 10 casos el agresor es alguien cercano

El gobierno capitalino reforzó esta semana los esfuerzos al reinaugurar la Agencia Especializadas de Atención a Delitos Sexuales, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, resaltó que se atenderán en particular los casos de niños, niñas y mujeres.

“No solamente es la remodelación física del espacio sino como bien explica nuestra fiscal es una integración distinta de la atención con perspectiva de género a todas aquellas víctimas tanto familias como las propias víctimas que han sido, que han recibido alguna agresión sexual. Hoy incluso el tema del feminicidio, en donde las familias son atendidas de una manera distinta”, destacó.

La fiscal general de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, enfatizó que estos avances tienen como objetivo principal que haya una rápida, cálida y digna procuración de justicia en la ciudad. Otro tema pendiente en la capital es el Registro Público de Agresores Sexuales Sentenciados, con el cual se busca acabar con la impunidad.

El caso de Mariana, lamentablemente no es aislado, se trata de un modus operandi que se replica en el país. De acuerdo con datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), 8 de cada 10 casos de abuso sexual contra niños y adolescentes ocurren en los lugares de protección, es decir, casa, escuela, iglesias y centros deportivos.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia también señala en su informe “Panorama estadístico de la violencia contra niñas, niños y adolescentes en México”, que los menores que  son víctimas de agresiones en el hogar, también lo son en la escuela y en su comunidad.

Asimismo, están expuestos a combinaciones de violencia que incluyen abuso sexual, gritos y amenazas, y golpes. Otro riesgo que identifican es que los niños que son víctimas tienen altas probabilidades de sufrir otra agresión.

 

Unicef advierte que “la revictimización también puede ser institucional y esta ocurre cuando las víctimas o testigos de cualquier forma de violencia son sometidas a prácticas, protocolos o métodos nocivos para su bienestar”.

El riesgo aumenta al tomar en cuenta que seis de cada 10 padres y madres mexicanas no saben cómo identificar y enfrentar una situación de abuso sexual y no creen que cualquier menor sea susceptible a vivirla, de acuerdo con el informe “Violencia en la Primera Infancia”, de la organización Guardianes.

Aunque pueden variar, los principales síntomas de abuso sexual infantil son: cambio repentino en la conducta, desórdenes alimenticios (comer más o menos), trastornos del sueño, padecer enuresis o encopresis, y cambios en el carácter, ya que se pueden volver agresivos o violentos porque sienten rabia.

Asimismo, los padres deben estar atentos para notar si los niños se aíslan o si tienen comportamientos relacionados con la sexualidad, como querer jugar con adultos a cosas sexuales o que dibujen o hablen de cosas sobre este tema.

* LOS NOMBRES DE LOS PERSONAJES DE ESTE MATERIAL PERIODÍSTICO SE CAMBIARON POR RAZONES DE SEGURIDAD

(María José Pardo)