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La ascendencia mexicana de los más buscados del FBI

No sólo es Caro Quintero, el FBI tiene en su lista de los más buscados a otro mexicano que vincula con un cártel de la droga

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No sólo es Rafael Caro Quintero, exjefe del cártel de Guadalajara acusado del asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena, el FBI tiene en su lista de los más buscados a otro mexicano que vincula con un cártel de la droga y, además, presume que otros dos fugitivos se esconden en territorio nacional, por su ascendencia mexicana.  

El Federal Bureau of Investigation (Buró Federal de Investigaciones) tiene como segundo más buscado a un capo al que da el alias del Gato, José Rodolfo Villarreal Hernández, quien supuestamente ocupa un cargo activo entre los cabecillas de la organización de narcotráfico de los Beltrán Leyva en la región de San Pedro Garza García, Nuevo León, México, y categoriza como “sumamente peligroso”.  

El Gato es buscado por su presunta participación en el acecho interestatal de una víctima, un hombre de 43 años, y en la conspiración para asesinarla por encargo el 22 de mayo de 2013 en Southlake, Texas, de acuerdo con una alerta emitida por la oficina regional del FBI en Dallas.  

El Programa de Recompensas contra la Delincuencia Organizada Transnacional del Departamento de Estado de los Estados Unidos ofrece una recompensa de hasta un millón de dólares (20 millones 610 mil pesos) por información que conduzca directamente al arresto de José Rodolfo Villarreal Hernández, que nació en México el 16 de enero de 1978.  

Desde que fue excarcelado en el país, el FBI, así como otros órganos de inteligencia en Estados Unidos como la Drug Enforcement Administration (DEA) busca a Rafael Caro Quintero por delitos violentos en apoyo de la delincuencia organizada; asociación delictiva para cometer delitos violentos en apoyo de la delincuencia organizada; asociación delictiva con fines de secuestro de un agente federal; secuestro de un agente federal; asesinato estatutario de un agente federal; complicidad e incitación; complicidad por encubrimiento.  

El caso al que refiere es el de Enrique Camarena, en 1985. Sin embargo, el Buró Federal de Investigaciones asegura que Caro Quintero ocupa un cargo activo y clave entre los cabecillas del cártel de Sinaloa, y dirige las actividades de esta organización en la región de Badiraguato, tras la caída de Joaquín El Chapo Guzmán.   

Aunque no nacieron en México, pero tienen ascendencia nacional, el FBI presume que dos de los fugitivos más buscados se encuentran en nuestro territorio, por cada uno ofrece hasta 100 mil dólares por información que lleve a su arresto.  

El primero de ellos es Arnoldo Jiménez, acusado de haber matado a su esposa el 12 de mayo de 2012, al día siguiente de su boda.  

Supuestamente apuñaló a su esposa hasta matarla dentro de su Maserati negro de cuatro puertas, modelo 2006. Más tarde, según la información que recabó, arrastró su cadáver a la tina del departamento de ella en Burbank, Illinois.  

El 15 de mayo de 2012 el Tribunal de Circuito del Condado de Cook en Illinois acusó a Jiménez de asesinato en primer grado y emitió una orden judicial estatal para arrestarlo. Dos días después, el Tribunal Federal de Primera Instancia del Distrito Norte de Illinois en la División libró una orden judicial federal para arrestar a Jiménez, luego de que fuese acusado a nivel federal de darse a la fuga para evadir el proceso judicial.  

Aunque nació en Texas, el FBI refiere que es posible que Jiménez haya huido a Durango, México, en concreto, a la zona de Santiago Papasquiaro. Asimismo, señala en la ficha de búsqueda que es posible que también frecuente la ciudad de Reynosa en Tamaulipas, México, además de que el fugitivo ha vivido previamente en Chicago, en el estado de Illinois.  

Otro fugitivo que posiblemente se esconda en México para evadir la justicia estadunidense es, según el FBI, Alejandro Rosales Castillo, quien se dio a la fuga para evadir el proceso judicial por asesinato.  

Nacido en Estados Unidos, Rosales Castillo se encontraba en Charlotte, Carolina del Norte. Aunque vínculos con la ciudad de Phoenix en Arizona, y presuntamente participó en el asesinato de una compañera de trabajo.  

Con base en la información del gobierno estadunidense, el 15 de agosto de 2016 se halló el vehículo de la víctima en una estación de autobuses en Phoenix, Arizona. El 17 de agosto de 2016 el cadáver fue encontrado en una zona boscosa del Condado de Cabarrus, en Carolina del Norte, y presentaba una herida en la cabeza por arma de fuego.  

A Rosales Castillo –refiere el FBI– lo vieron cruzar a México y es posible que resida en San Francisco de los Romo o en Pabellón de Arteaga, Aguascalientes. Asevera, es también posible que haya viajado a los estados mexicanos de Guanajuato o Veracruz.