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“Acorrala” escuela a niños para que vayan a clases presenciales

Camila, de 7 años, es parte del grupo de 21 menores que fueron inscritos a la primaria pensando que se ofrecerían clases a distancia

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Camila, quien cursa segundo año de primaria en una escuela de Coacalco, Estado de México, no tuvo más opción que aceptar ir a clases presenciales pese a la negativa de sus padres de que regresara a las aulas para este ciclo escolar.

“Mi hija Camila de 7 años, pasó todo el primer año de primaria en línea, éramos constantes. Cuando pasa a segundo grado estábamos con la misma incertidumbre de todo México, cómo serían ahora las clases”, cuenta Sandra para La Silla Rota.

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La madre de la niña detalla que cinco días antes de que empezara el ciclo 2021-2022, fue que les avisaron sobre la reapertura de la escuela y se les aseguró que el regreso sería de manera opcional. Sandra y su esposo Ricardo decidieron que Camila continuara con clases a distancia por el alto riesgo de contagio entre niños de la variante Delta del coronavirus.

“Justo dos días antes de entrar el maestro (quien es el mismo maestro que tuvo en primer año) nos convocó a una junta virtual donde nos explica que si es opcional la asistencia de los niños pero que él no tiene la posibilidad de seguir dando clases en línea, que tiene también un grupo en la tarde y que no le da tiempo de atender a todos presencial y en línea”, cuenta la mamá de Camila.

El profesor les ofreció una dinámica en la que él manda todas las actividades a realizar durante la semana por medio de una planeación y en caso de requerir que se explique algún tema o se resuelvan dudas a los pequeños, estos tendrán que asistir un día a la semana en grupos de 4 o 5 niños.

El maestro agregó que es decisión de los padres si no los quieren llevar, pero serán ellos quienes tengan que explicarles y apoyarlos en casa. 

“En ese caso no tuvimos más opción que elegir presencial una vez a la semana, porque mi hija necesita que un profesor le explique de forma adecuada los temas”, señala Sandra.

En esta misma situación se encuentran los 21 menores que conforman el grupo de segundo “B” en el que quedó inscrita Camila, quienes, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que no es obligatorio el regreso a clases presenciales.

“No quieren que vayan sus hijos a la escuela, pues no los manden”, lanzó el presidente en la conferencia mañanera del 30 de julio pasado, pero el propio mandatario señaló días después que los padres que tomaran esa decisión tendrían la opción de educación a distancia. 

Cambiar a Camila a una escuela que sí de clases virtuales no es una opción para Sandra, pues sería un doble gasto, puesto que pagaron la colegiatura antes de que se les informara sobre la falta de clases a distancia.

MODELO HÍBRIDO SIGNIFICA DOBLE TRABAJO

Érika, quien es directora de un preescolar en la Ciudad de México, asegura que la falta de un mecanismo de trabajo claro para la implementación de clases presenciales y a distancia en un modelo híbrido, representa un problema, por lo que “hemos tenido que hacerle como le entendemos al gobierno”, dice para LSR.

“Tenemos la ventaja de que los grupos son pequeños, de cinco a seis niños, pero de ellos, la mitad sus padres no quieren regresar a clases presenciales, si una actividad dura más o menos media hora, tengo que hacerla de 15 minutos para cada subgrupo y entre que se distraen y ponen atención, ya perdí todo el tiempo en dar instrucciones y es doble trabajo”, cuenta la maestra.

Ante ello, la escuela decidió ofrecer clases presenciales tres días a la semana (lunes, miércoles y viernes) y los otros dos (martes y jueves) en línea. 

“Sí es importante que los niños tengan contacto con sus maestras, pero tenemos que respetar la decisión de los padres”, mencionó la miss Érika, como la llaman sus alumnos.

(djh)