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'Voy a luchar por Venezuela' dijo Carlos antes de morir

Carlos Moreno, de 17 años, salió el miércoles a defender sus derechos en “La madre de todas las marchas” en Venezuela, pero no regresó, hoy está muerto

Escrito en MUNDO el

Cuando Hernán Cortez, un vecino de La Candelaria, le preguntó a Carlos José Moreno a dónde iba, él respondió tajante. “Voy a la plaza La Estrella a marchar. Voy a luchar por Venezuela y por mis derechos”, se despidió. “Bueno, cuídate”, expresó Cortez antes de dirigirse a Altamira para encontrarse con un grupo de amigos. Cerca de las 9:30 am salió el adolescente de 17 años de su casa. A las 10:45 am, una bala le quitó la vida al lado del Abasto Bicentenario en San Bernardino.

Sus padres le dieron permiso para salir este jueves, 19 de abril, porque dijo que iba a jugar fútbol con unos amigos en Chuao. Sin embargo, vestido con una franela y una gorra Adidas, un mono, zapatos deportivos y un morral, el estudiante de Economía de la Universidad Central de Venezuela se enrumbó a la convocatoria de la oposición.

Sus familiares lo recuerdan como un muchacho tranquilo que nunca se metió en problemas ni peleas. Era el menor de tres hermanos y cumpliría los 18 años el próximo sábado, 22 de abril. Un compañero de la carrera contó a Efecto Cocuyo que era un joven tímido en la universidad, pero que en el poco tiempo que lo conoció resultó ser un “buen amigo”.

Sin embargo, para su vecino y sus compañeros de clase, “Carlitos era un muchacho con ganas de echar pa’ lante”. “Estaba emocionado por estudiar Economía“, aseguró Cortez. Ante la situación que atraviesa el país y la migración de jóvenes venezolanos decía: “Yo no tengo más opción. Yo tengo que luchar por esto”, añadió.

A Carlos le gustaba jugar fútbol, era fanático del Real Madrid y era activo en los deportes. Solía ir a trotar con sus vecinos al Parque Los Caobos y subir El Ávila. Su hermana, Alejandra Moreno, indicó que también le encantaban los videojuegos.

No es recordado como un joven que estuviese vinculado a la política, aunque sí se preocupaba por la inseguridad del país, que muchas veces le privó de salir de noche.

La dura situación económica igualmente lo angustiaba. “Él me decía Hernán, yo quiero trabajar, yo quiero ayudar a mi familia“, dijo su vecino. Recordó que el adolescente también le decía que quería viajar, tener una buena carrera y formar una familia un día. “Cómo acabaron con los sueños de ese muchacho”, lamentó.

Cortesía de Efecto Cocuyo