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Reconvirtió su forma de trabajar y reanudó su negocio en la cuarentena

Su negocio es el plástico y aunque estuvo enclaustrado 6 semanas, sus pérdidas no han sido totales

Escrito en METRÓPOLI el

El negocio de Santiago lleva 49 años funcionando en el Centro Histórico. Y con él al mando, 44. Ha sido una próspera actividad relacionada con la venta de plásticos que si bien en esta época de crisis sanitaria tuvo que cerrar, ha encontrado la forma de que las pérdidas no sean totales.

A partir del 21 de marzo sus hijos le prohibieron a él y a su mamá aparecerse por el local. “No sabes, Fabi (su hija) se puso como loca. Ya no quiso que nos presentáramos en el negocio, y aunque David (su hijo) estuvo más tranquilo simplemente ya no nos permitieron a mi esposa y a mí volver a ésta que es la zona más transitada de la ciudad”. 

De cuarentena a la casa 

Y aunque el negocio todavía estuvo abierto dos semanas más, llegó el momento que tuvieron que cerrar por órdenes oficiales. Toda la familia y los 10 empleados tuvieron que respetar la sana distancia y recluirse en sus hogares. 

Aunque hubo un momento en que el descanso obligatorio ya le estaba gustando, a Santiago le llovían llamadas de sus clientes quienes necesitaban que les abasteciera de diversos productos.

Aun así Santiago, su esposa e hijos (que también atienden el negocio familiar) permanecieron enclaustrados y el negocio se mantuvo sin actividad durante 4 semanas, pero después de ello idearon una forma de seguir atendiendo a parte de sus clientes de una manera remota.  

No hay venta al público en general

El local sigue cerrado y en vez de abrir el comercio al público ahora atienden sólo pedidos para clientes mayoristas y foráneos pero lo hacen a través de envíos por paquetería

“Tomamos el pedido, informamos a los clientes cual va a ser el costo, les damos una cuenta bancaria para que hagan el depósito y seguimos en el negocio”, platica Santiago. 

De cualquier modo la cuarentena ha tenido impacto. No es fácil seguir pagando salarios a 10 empleados que están registrados en el IMSS y a su familia, y luego de 4 semanas sin ningún tipo de ingreso, ha tenido pérdidas del 50% de lo que hubiera ocurrido en una situación normal. 

“Sí nos ha pegado pero los proveedores han aguantado vara y afortunadamente hemos podido negociar con ellos. Me conocen desde hace muchos años y hemos podido ir disminuyendo las deudas poco a poco en las últimas dos semanas en que hemos reanudado nuestras actividades parcialmente”.

En algún momento escuchó que el gobierno daría apoyo a los pequeños negocios por 25,000 pesos “pero con eso no pago ni un mes de nómina. Preferí que lo aprovechara alguien que lo necesitara más”, apunta. 

Lo que hacen ahora es apenas algo así como el 30% de la actividad normal. Pero se siente feliz de estar de vuelta en el “business”. Asegura que él está “a toda madre” en comparación con sus vecinos de calle que no han podido reanudar. 

Y lo mejor de todo es que ahora trabaja hasta las 3 de la tarde y de lunes a viernes.

(Sharira Abundez)