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Caso Mariela: los errores al buscar a una mujer desaparecida en CDMX

Cuando Mariela desapareció el 27 de abril de 2018, su familia y un grupo de académicas evidenció la impericia de las autoridades capitalinas y el aumento de desapariciones en el oriente de la ciudad

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Escrito en METRÓPOLI el

Mariela Vanessa Díaz Valverde, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM,  tenía 21 años de edad cuando salió de su casa, probablemente hacia Ciudad Universitaria, pero ya nada se supo de ella.

“Es una persona muy seria y tímida. Alguien que realmente no faltaría a casa”, afirma Gabriela, hermana de la joven, en entrevista con LA SILLA ROTA. 

Cuando se presentó la denuncia, lo primero que hicieron las autoridades fue revictimizar. “Preguntaron si tenía novio, que a lo mejor se había ido con él. Todo ese proceso ha sido muy duro. Hace poco acaba de cumplir un año y hasta la fecha no tenemos nada ni una sola pista”. 

Las pruebas que pudieron haber obtenido se perdieron debido a que no se efectúo a tiempo la debida diligencia, así como la resistencia de las autoridades en admitir el delito. Cuando se interpuso la denuncia, Mariela fue declarada persona ausente. Después de cuatro meses, su estatus jurídico cambió a persona desaparecida, gracias a la presión de la familia. 

 

Mariela Vanessa tiene dos hermanas. Ella es la de en medio. Cuando la mayor, Gaby se despidió para ir a la escuela, ella todavía estaba en la cama con su pijama: “Esa vez fue la última vez que la vimos. Mi hermana menor se quedó en casa y dice que solo escuchó la puerta, pensó que se había ido a la Facultad. En la noche, mi mamá comenzó a preocuparse porque Mariela nunca había llegado tarde, le llamó y ella nunca contestó”. 

A esa hora, la mamá fue a Ciudad Universitaria a buscarla. Ya no había nadie. De ahí se dirigió al Ministerio Público más cercano. Sin tomarle la declaración ni hacer ningún registro, solo se limitaron a decirle que al día siguiente se presentara a Capea

“Una vez que nos tomaron la declaración en Capea, nos dijeron que cualquier información la presentáramos inmediatamente. Eso fue lo que hicimos. Como teníamos cuentas vinculadas de Google, yo pude acceder a la suya y ahí saqué una geolocalización, la cual al siguiente día llevé. Lo único que nos pidieron fue que regresáramos tres o cuatro días después para que nos pudieran atender”, relató Gaby Díaz Valverde a La Silla Rota. 

Interpusieron una queja en contra de aquellos funcionarios. Hasta la fecha no han sido sancionados. La geolocalización, que obtuvo Gaby, indicaba que la última señal del teléfono de Mariela fue en el Cerro de la Estrella, colonia Fuego Nuevo, alcaldía Iztapalapa. Sin embargo, las autoridades no la buscaron de inmediato. 

“Un mes después de que presentamos la geolocalización, las autoridades a base de exigencias hicieron un rastreo con binomios caninos y demás equipo en el Cerro de la Estrella. Pero no fue una búsqueda de una persona con vida. En sus palabras de ellos, estaban buscando nubes de moscas o malos olores”, explica Gabriela. 

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La Ciudad de México cuenta con un protocolo para casos de desaparición, mas no existe un protocolo Alba que es la alerta que se emite cuando desaparece una mujer y que tiene un enfoque con perspectiva de género. Este mecanismo operativo fue implementado por primera vez en Chihuahua gracias a la lucha de las mamás en aquel estado. 

En el caso de Mariela Vanessa muchas de las cosas que se sugieren en el protocolo de desaparición de la CDMX no se siguieron y sí se hicieron fueron a base de exigencias, con escritos y meses después. Eso ocasionó que se perdiera mucha información y evidencia como las cámaras y las sábanas de llamadas. A un año después, se han agotado las diligencias y no hay nada sólido.

“Nos duele mucho el haber confiado en la autoridad, porque uno no está preparado para estas cosas. No sabes qué hacer en estas situaciones. Nos deja mucho que desear el actuar de la Procuraduría. A un año no hay una línea de investigación como tal.  También nos duele que la desaparición esté muy normalizada, que hay fotovolantes y las personas ni siquiera voltean a verlos y que no ayuden como sociedad. No solo somos unas cuantas personas. Además que el gobierno no nos proporciona la debida seguridad, eso nos lacea. Como mujer no puedes salir tranquila, por el miedo de qué puede pasar”, expresa la hermana. 

El acompañamiento de investigadoras

A unos días de la desaparición de Mariela se realizó una protesta afuera de las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), en la colonia Doctores, para exigir su búsqueda. Ahí, un grupo de profesoras, principalmente, empezó a organizarse en equipos interdisciplinarios con la finalidad de coadyuvar con la PGJ para generar investigación desde las universidades y dar acompañamiento jurídico a la familia de la joven. 

Se formó un grupo de investigadoras, profesionistas y académicas de la UNAM, Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Universidad Iberoamericana para atender el caso Mariela al ver la resistencia de las autoridades. Sin embargo, al avanzar se percataron que lo ocurrido a la joven no era un hecho aislado, sino que formaba parte de un fenómeno que va en ascenso: la desaparición de mujeres y niñas en la Ciudad de México.

A partir del caso Mariela, el grupo investigó este fenómeno en la capital del país con todas sus acepciones y pudieron establecer, a través de cruzar datos y analizar los contextos, los modus operandi de las bandas del crimen organizado para desaparecer mujeres con distintos objetivos. 

El delito de trata tiene tres finalidades, según su división jurídica: con fines de explotación laboral, tráfico de órganos y sexual.  “El fenómeno de la trata con fines de explotación sexual puede estudiarse en tres dimensiones: la local, la estatal y la internacional", explica Rita Canto Vergara, de la Universidad Autónoma Metropolitana y quien ha seguido de cerca el caso. 

También a ese espacio se acercaron más familias con hijas desaparecidas. El grupo asumió el acompañamiento y coadyuvancia de estos casos, lo que permitió observar de primera mano la inacción de las autoridades en resolver la problemática y a raíz de ello, las académicas pudieron presumir, en algunas ocasiones, la coalición con los delincuentes. 

Mariela, posible víctima de trata internacional

Una de las líneas de investigación que propuso el grupo interuniversitario a la Procuraduría capitalina en el plan de coadyuvancia en el caso Mariela es la del delito de trata con fines de explotación sexual fuera del país. Incluso la Interpol ya emitió una ficha de búsqueda.

“Hemos pedido que a Mariela se le busque fuera de México, porque muy probablemente ella pudo haber sido sacada del país. Por lo tanto hemos solicitado y eso se ha cumplido que se gire la ficha de búsqueda en Interpol, la policía internacional. También hemos pedido, aunque no hemos corroborado ya que los procesos van muy lentos, que se gire esa ficha a todos los consulados y que se empiece a buscar a Mariela fuera de nuestras fronteras”, señala Canto. 

A partir de investigar la desaparición de Mariela, el grupo interuniversitario se dio cuenta de que una semana antes, en la colonia en la que está su casa, desapareció una vecina de atrás y una semana después desapareció otra mujer de la calle de enfrente. A ello, le denominaron desaparición por cuadrantes. 

“Eso nos empezó a sonar muy extraño. Entonces decidimos concentrar nuestra investigación en ese cuadrante. Entramos en contacto con gente que ha investigado el portal Zona Divas y nos dimos cuenta que había mujeres provenientes de Venezuela, tratadas en la Ciudad de México, finalmente liberadas, que venían de pueblos muy pequeños que sin conocerse entre ellas pertenecían a calles aledañas muy cercanas”, señala Canto. 

Eso hizo sospechar a las investigadoras que el modus operandi internacional tiene que ver con extraer mujeres de lugares muy concentrados, pero no se conocen entre ellas, las transportan a otro país e introducen para fines de explotación sexual. 

“Este modus operandi o contexto que observamos en el caso de Mariela nos puede llevar a presumir que si se sigue la línea de lo que ha sucedido en Venezuela, muy probablemente estas mujeres que salen del cuadrante del que habita Mariela han sido introducidas en otro país. A esta hipótesis se llegó cruzando datos. Ahora solo nos falta saber dónde. Necesitamos la cooperación de la autoridad mexicana y de la comunidad internacional para localizarlas con vida”.

Iztapalapa, un foco rojo en la desaparición 

Mariela pertenece a la alcaldía de Iztapalapa, lugar donde se le perdió el rastro. “Después de investigaciones académicas hemos encontrado que las mujeres, jóvenes y niñas están viviendo un contexto de extrema vulnerabilidad en este sector que comprende la zona oriente de la Ciudad de México, donde se concentra la mayor cantidad de desapariciones”, señala Canto.

En un conteo que realizaron distintas organizaciones de la sociedad civil a partir de las fichas oficiales de búsqueda en el periodo de julio de 2018 a febrero de 2019, han desaparecido 91 mujeres, jóvenes y niñas en la Ciudad de México. De ellas, 20 en Iztapalapa, 13 en Cuauhtémoc, 12 en Gustavo A. Madero, 8 en Coyoacán, 7 en Álvaro Obregón y 7 en Xochimilco, entre otras. El rango de edad oscila de los 5 a 53 años; 64 son menores de 5 a 17 años y 27 son de 18 a 53 años. De las 91, dos han sido localizadas sin vida y dos localizadas.

El grupo consideró que Iztapalapa es un foco rojo, porque geográficamente está en la periferia, donde además operan bandas de la delincuencia organizada y porque existen las condiciones de dolo del Estado para permitir que libremente las mujeres de esa zona sean tomadas y sacadas de ahí para distintos fines, indicó Canto.  

La trata se podría dividir en tres a partir del destino de las mujeres: internacional, dentro de los estados y local. En esta última vemos un aumento muy grande particularmente en Cuauhtémoc. Son mujeres que pertenecen a otras alcaldías y son tratadas en esa demarcación. No descartamos que también puedan estar siendo tratadas en la zona oriente, donde ahí mismo fueron desaparecidas
 

Canto señaló que se creía que la Ciudad de México estaba libre del fenómeno de la trata. Sin embargo, en las investigaciones las académicas se percataron que el gobierno de la ciudad no cuenta con cifras fiables que reflejen un aproximado de lo que sucede en realidad.  

 

“Tenemos una invisibilización total con respecto a las cifras. Nos dimos cuenta que la ciudad genera e irradia un cinturón alrededor de los municipios más complicados en términos de desaparición del Estado de México y sin embargo esa cifra, ese cinturón no se irradia alrededor del corredor de la trata, sino que la CDMX representa el lugar que está marcando la pauta de las altas cifras de desaparición”.
  

De acuerdo con el Diagnóstico sobre la Situación de la Trata de Personas en México 2014 de la CNDH, las alcaldías de la CDMX donde han encontrado a mujeres que desaparecieron en otros estados son: Iztapalapa, GAM y Cuauhtémoc. De las víctimas mexicanas localizadas en el extranjero, la CDMX ocupa el cuarto lugar de origen. Primero está Puebla, seguido de Michoacán y Guerrero.

Debido al aumento de este fenómeno y que en poco tiempo la Ciudad de México pasó a ocupar el cuarto lugar de desapariciones de mujeres a nivel nacional, así como el incremento de violencia sexual y feminicidios, organizaciones de derechos humanos solicitaron al gobierno federal declarar la Alerta de Violencia de Género en esta entidad el 7 de septiembre de 2017, lo cual sigue en proceso. 

MJP